5.3.14

La imaginación cambia la conciencia del lector

Imagen: cubierta de La historia interminable





"Estoy en contra del escritor como un maestro que tiene que enseñar", dice Michael Ende, el autor de La Historia interminable y de Momo, publicados ambos por la Editorial Alfaguara. "Estoy en contra", dice, "de toda esta literatura didáctica que pretende siempre enseñar algo a los lectores. Creo que el sentido del arte, de todas las artes, es hacer volver al lector a su vida cotidiana con algo cambiado en la conciencia. Y este cambio se da por la imaginación". Y ahí está la clave de esta novela que será llevada por fin al cine, para ser"una alternativa europea a las historias fantásticas norteamericanas, a las que les falta, como a los guerreros de Excalibur, tener rostros creíbles, no de jugadores de béisbol".


Michael Ende no podía dejar de venir a España, donde su libro, editado, como él quería, en tinta roja y verde, está siendo el gran éxito de la Feria del Libro. Está encantado: "En ningún país podría ocurrir lo que en España: me cuentan que los linotipistas que picaban el libro querían leerlo entero, porque se quedaban en la acción. Me cuentan que el corrector de pruebas tuvo que leerlo dos veces porque en la primera no era capaz de ver los errores. Me dicen que el Rey Don Juan Carlos compró mi libro... Bueno. Esta es la tierra de Don Quijote", dice.


Está hablando de un azar, y también de su libro, de esa rara cualidad que los editores han conseguido hacer plástica cuando lo han hecho anfibio entre la colección lujosa y adulta, la colección azul de Alfaguara, y esa otra, amarilla y juvenil. Es seguramente,como todos los verdaderos libros, una historia pensada en principio para niños y que más tarde se convierte también en lectura deseada de mayores.



Clave fantástica


La explicación la da el propio Ende. "Yo siempre he escrito en clave fantástica: para mí la transformación de la realidad es el acto artístico o poético por sí mismo. Ningún pintor puede pintar un paisaje tal cual, tiene que transformarlo en una cosa autónoma". "La historia interminable tiene además una motivación muy especial. Hace diez años hubo un gran debate sobre la literatura de evasión, durante el cual muchos críticos importantes decían que toda literatura fantástica es literatura de evasión. Sólo la literatura comprometida, es decir, social y realista, podía ser considerada como tal"." A mí me parecía un concepto completamente equivocado. En este libro no he tratado de explicar por qué estoy en desacuerdo, sino hacerle vivir al lector la experiencia de ese viaje a la historia contada, del que se vuelve con la conciencia cambiada a la realidad cotidiana. Y para mí, ese es el sentido de todo arte. Por eso estoy en contra de la literatura didáctica".


La historia interminable es la de un niño para quien los libros son un refugio y el colegio un infierno, con el que de un modo u otro se ha de identificar más de uno. Por los libros, por un libro de tapas color cobre -y quiten ustedes la sobrecubierta a esta edición- se introducirá en un mundo de dragones y criaturas. Ende explica el origen de sus personajes como "un largo proceso, que es el que ha conseguido que los personajes se volvieran reales. El primer Bastián" que es el protagonista-niño, "era un muchacho automarginado y solitario, que no quería la relación con los otros. Después, a mitad del libro, el personaje tuvo que cambiar, cambió: él desea estar con los otros, pero no puede. No encuentra la vida".

"En realidad", dice, "los personajes y la historia se fueron haciendo solos. Yo tenía apenas una nota en un sobre: tengo que contar la historia de alguien que entra en un libro y no sabe cómo salir. Luego me dejé caer en la historia misma, en la aventura. Lo que contaba el libro tenía que ser una historia capaz de atraparle a él y, consiguientemente, al resto de los lectores, y por otro lado el chico tenía que ser un personaje capaz de ser atrapado, de dejarse atrapar. Así se fue escribiendo esta historia que yo mismo no sabía cómo podría terminar".

La historia, la novela, continuó por mucho más tiempo del previsto. Duró dos años, cuando su idea y la del editor era terminarla en uno, y multiplicó varias veces los cien folios previstos al principio. "Sólo termina la historia cuando Bastián quiere salir de Fantasia, y esto sólo ocurre cuando ha conseguido ya todos los deseos. Sólo entonces puede sentir el deseo de volver'.

En una historia de estas características, dice Michael Ende, "lo más importante y lo más difícil es encontrar las reglas del juego. Es una historia fantástica, así que tienen que ser claras, para no perderse en las aventuras diversas". Y en el transcurso de la historia es donde van apareciendo los otros personajes: Atreyu,que es la contrafigura de Bastián, el héroe a quien todo sale bien, mientras a él le sale todo mal; el dragón de la suerte, la emperatriz infantil, en fin, ese mundo que hace de La historia interminable un libro con el que, como su pequeño protagonista con las historias que acababan, se termina sólo llorando.


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