22.5.23

Como se hace la fantasía: modelos y estructuras en La historia interminable de Michael Ende

Texto: María Nikolajeva en JSTOR
Imagen: slonme



El enfoque estructural de la literatura es solo uno de muchos enfoques y, como la mayoría de los métodos de investigación, resulta muy fructífero en algunos campos y totalmente inaplicable en otros. El análisis estructural, que tiene una tradición arraigada en muchos países, ha producido resultados más exitosos en los estudios del folklore, presumiblemente porque en el folklore los elementos recurrentes de la narrativa son más obvios.

Dado que la fantasía surgió del mito y el cuento de hadas, a menudo es posible rastrear los modelos mitológicos recurrentes en las obras modernas de fantasía. El uso de esos modelos por diferentes autores puede ser consciente o inconsciente, y puede producir buenos o malos resultados.

La historia interminable de Michael Ende, autor de Alemania Occidental (1979) es un material valioso para la investigación estructural, ya que los patrones de fantasía en este libro son bastante tangibles. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, como la mayoría de la buena literatura, consta de una multitud de capas en diferentes niveles de lenguaje y significado y, por lo tanto, puede considerarse desde varios puntos de vista. He optado por centrarme en las estructuras e ignoraré tanto como sea posible, los mensajes, las ideas, los problemas psicológicos, los valores educativos, etc. Por supuesto, son las estructuras las que transmiten los mensajes, mientras que los mensajes determinan las estructuras; pero ese no es mi principal objetivo.

La historia interminable se ha convertido en un éxito de ventas internacional y, aunque la mayoría de las críticas han sido positivas, también existen otras como la de Neil Philip, que llama al libro "banal, pretencioso y aturdidor". Creo que, en su evaluación, Philip no ha reconocido el uso intencional de modelos y clichés por parte del autor, que pueden o no tener como objetivo parodiar historias de fantasía conocidas. Sea cual sea el caso, Michael Ende ha logrado producir una narración espléndidamente construida en la que el marco y los componentes básicos son evidentes para el ojo entrenado, pero nunca molestos para el lector fascinado.

Puede parecer natural comenzar un análisis estructural de una obra de fantasía moderna aplicando el modelo de Vladimir Propp para los cuentos de hadas rusos. Dado que hemos dicho que la fantasía se ha apropiado de bastantes elementos estructurales del cuento de hadas, se puede esperar que el modelo sea fructífero. De hecho, se ha aplicado en estudios de fantasía, por ejemplo, en la disertación de Dennis L. Armstrong "E. Nesbit. Una entrada a la Ciudad Mágica", donde el autor utiliza el método de Propp para estudiar la novela fantástica La ciudad mágica de Edith Nesbit, lo que no es una elección accidental. De todas las novelas de Nesbit, y probablemente de muchos otros libros de fantasía, La ciudad mágica sigue más de cerca el modelo narrativo del cuento mágico tradicional. El estudio no es, pues, más que una transposición más o menos mecánica de las funciones de Propp a otro texto.

Hay, sin embargo, considerables dificultades para aplicar el modelo de Propp directamente a la fantasía, que surgen de las diferencias esenciales entre la fantasía y el cuento de hadas. Primero, la fantasía no sigue el modelo rígido de la narración construida por siglos de tradición oral, sino que está moldeada por la voluntad arbitraria de un autor en particular. Segundo, la fantasía es un género sintético que ha asimilado rasgos y motivos de la historia de aventuras, el sinsentido, la novela caballeresca, etc. Tercero, mucho más que el cuento de hadas, la fantasía involucra una estructura narrativa de "muchos movimientos", donde cada movimiento es una serie separada de funciones y a menudo, dichos movimientos no se suceden entre sí, sino que pueden estar entrelazados e incluso pueden existir conjuntos de personajes independientes.

La narración de La historia interminable se divide claramente en dos partes, o movimientos (capítulos 1-12 y 13-26); en el primero, Atreyu es el héroe, en el segundo, lo es Bastián. El héroe es uno de los siete personajes que Propp destaca en un cuento de hadas, siendo los otros: la princesa, el falso héroe, el mandante, el donante, el auxiliar mágico y el antagonista. Dado que la fantasía surgió históricamente del cuento de hadas, ha heredado su sistema de personajes pero lo ha transformado de acuerdo con sus propios propósitos.

En el primer movimiento, Atreyu es un típico héroe del cuento de hadas, un huérfano de ascendencia desconocida, "hijo de todos". La Emperatriz Infantil es la princesa a la que hay que salvar del mal, a la vez que es la donante que presenta al héroe un objeto mágico. Caíron el centauro es el mandante: es él quien le cuenta a Atreyu sobre su misión y lo envía en la búsqueda. Falkor [Fújur], el dragón de la suerte, es el auxiliar mágico que asiste a Atreyu y se ocupa de su traslado. Finalmente, la Nada es antagonista de la historia, la innombrable fuerza malvada que amenaza a la princesa y al país entero.

La secuencia de funciones en el primer movimiento es bastante parecida a la del cuento de hadas tradicional. Se desarrolla desde el daño a través de la mediación, la oposición y la partida en una serie de pruebas, donde el héroe se encuentra con diferentes donantes que, a través de consejos, un agente mágico o de alguna otra manera lo ayudan en su viaje. El primer encuentro es en un sueño, cuando el búfalo purpúreo al que Atreyu no ha matado le dice que vaya a ver a Morla. El segundo donante es la propia Morla, quien revela el secreto de la enfermedad de la Emperatriz Infantil. Además, Atreyu salva a [Fújur] el dragón de la suerte, del monstruo Ygrámul, con lo cual el dragón de la suerte se convierte en su auxiliar mágico y ambos son transferidos por Ygrámul a otra parte de Fantasia. Énguivuck el gnomo, guía a Atreyu al Oráculo del Sur, [donde Uyulala] le dice que busque a un humano. Y el último encuentro es con Gmork el hombre lobo. Todas estas aventuras pueden parecer movimientos separados, pero son repeticiones de la misma función, la prueba del donante, muy común en el cuento de hadas, donde, sin embargo, tres es el número más común. Aquí tenemos al menos seis repeticiones.

Durante todo el viaje, Atreyu es perseguido por el hombre lobo, cómplice de las fuerzas del mal, y es rescatado más de una vez por Falkor [Fújur], el auxiliar mágico. Cuando Atreyu regresa a la Torre de Marfil, su misión se completa y Fantasia se puede salvar.

El capítulo 12 es un breve movimiento intermedio en el que se abandona a Atreyu y la propia Emperatriz se convierte en la heroína, lo que no es raro en el cuento de hadas. Ahora está buscando a su libertador y el Viejo de la Montaña Errante es su auxiliar mágico y donante.

El segundo movimiento presenta un patrón ligeramente diferente. Bastián es el héroe y Atreyu su auxiliar mágico. No hay antagonista, y la Emperatriz Infantil es una mandante y donante, que le da a Bastián un amuleto mágico y lo envía a sus aventuras. Pero ella no es la única donante aquí; Bastián adquiere una espada mágica de Graógraman el león, una joya mágica de los habitantes de la Ciudad de Plata, un cinturón de invisibilidad de Xayide la hechicera. Bastián hace mal uso de todos estos objetos mágicos de la misma manera que el falso héroe de los cuentos de hadas. Saca la espada de la vaina por la fuerza, usa la piedra para satisfacer su vanidad, escucha a escondidas a sus amigos mientras es invisible, y en todos los casos trae dolor para él y para todo el país.

Aquí tampoco tenemos movimientos separados en las múltiples aventuras de Bastián, sino una función repetida de tareas difíciles, es decir, los deseos de Bastián y el resolver las tareas, lo acercan gradualmente a su destino.

Algunas funciones menos significativas para la narración se encuentran en el segundo movimiento, como la llegada no reconocida de Bastián a la Ciudad de Plata y su posterior identificación por parte de Atreyu, así como su relación con el amuleto que porta y su transfiguración al final. Tomen en cuenta que, a diferencia del cuento de hadas tradicional, en el que el héroe se transfigura en un príncipe, Bastián deja de ser el superhombre en el que se había convertido en Fantasia para volver a ser él mismo.

La última función en la secuencia de Propp, la boda, que es idéntica a la recompensa, está representada por el reencuentro de Bastián con su padre, pero en realidad ésta y la primera función, la ausencia -es decir, el escondite de Bastián en el ático- están establecidas en el marco de la historia.

Ahora bien, no me aventuraría a sostener que Michael Ende está familiarizado con la teoría de Propp, pero obviamente conoce la estructura narrativa del cuento de hadas tradicional y la sigue en su libro. Además, debe ser muy consciente de los elementos, modelos o motivos recurrentes más comunes del género con el que trabaja.

Procedo aquí del análisis sintagmático del texto al paradigmático, extrayendo de la narración los elementos que pueden denominarse "marcadores de género".

Uno de estos motivos es lo que he elegido llamar Mundo Cerrado (la terminología se usa en mi tesis doctoral). Este motivo es característico del subgénero a veces llamado "alta fantasía", del cual Tolkien es el representante más brillante. Un mundo cerrado es un universo mítico autónomo que, aunque bastante independiente de la realidad, todavía implica una especie de contacto a través de la mente del lector.

Hasta donde yo sé, La historia interminable es única en la forma en que introduce al lector en la narrativa. Bastián está sentado en el ático de la escuela leyendo un libro de alta fantasía de tipo bastante tradicional. Michael Ende es lo suficientemente inteligente como para no describir completamente su mundo en un inicio, pero tras una lectura atenta, obtenemos una imagen bastante vívida de Fantasia, [es un sitio] poblado por todo tipo de criaturas mitológicas, desde dragones, gnomos, unicornios, faunos, duendes y salamandras hasta comerocas, trolls de corteza, fuegos fatuos, azafranios, sombras picarescas, etc. Parece que cada pueblo tiene su propio reino y su propia lengua local, aunque también se usa un idioma común, el fantasio clásico [Gran Lenguaje], y todos están unidos bajo el gobierno de la sabia y eterna Emperatriz Infantil. Las dimensiones de Fantasia parecen enormes; evidentemente no tiene límites, lo cual es, por supuesto, un hermoso símbolo.

No es hasta la mitad de la historia que, el mundo mágico se abre de repente y el niño lector se ve atraído por él. Algunos indicios del contacto venidero se extienden a lo largo de la narración, primero en forma de inserciones que describen a Bastián en su ático y su reacción a la historia que está leyendo. Por cierto, estas inserciones, marcadas con un color de impresión diferente, son mucho más numerosas de lo que la mayoría de los lectores podrían suponer. Cuando se les pregunta, la mayoría de la gente dice que hay de doce a quince cuando en realidad hay cuarenta y ocho de ellas. Considero que vale la pena mencionar este hecho porque muestra cuán hábilmente Michael Ende ha entretejido las dos historias aparentemente independientes.

Los dos casos directos de contacto son, cuando Atreyu se encuentra con Ygrámul y escucha el grito de aversión de Bastián y más tarde cuando ve a Bastián en el espejo mágico. Cuando Atreyu regresa a la Torre de Marfil, la frontera entre los dos mundos casi desaparece: Bastián ya no lee la historia, la ve y la siente.

Bastián no es de ninguna manera un privilegiado en su participación de Fantasia, ya que los humanos parecen haber estado visitando este mundo desde tiempos inmemoriales. En un pasaje se menciona a un tal Shexper [Chéxpir], por ejemplo; el librero, el Sr. Koreander, también admite haber estado en Fantasia y se dice que bastantes humanos no han podido regresar a su mundo y viven en la Ciudad de los Viejos Emperadores. El propósito de la visita de Bastián es, por lo tanto, recrear el mundo fantástico y luego regresar al suyo. La última acción la acepta de mala gana hasta que se da cuenta de su necesidad.

El camino de regreso pasa por sus deseos en más de un sentido, ya que al final el amuleto que concede los deseos, ÁURYN, se convierte en una puerta mágica.

La segunda parte de la narración se desarrolla así, en un Mundo Abierto en el que Bastián es un mensajero de la realidad. El precio que debe pagar por su omnipotencia y la cadena interminable de deseos concedidos, es la pérdida de la memoria de su propio mundo. Pero mientras lo recuerda, Bastián sigue preguntándose cómo se conectan los dos mundos. En el desierto intenta enviar un mensaje a su propio mundo, probablemente a alguien que lea La historia interminable, escribiendo sus iniciales con la arena de colores. Más tarde, usa una joya mágica para impresionar a los Tres Pensadores Profundos, y en el resplandor de la gema aparece el viejo ático de la escuela por un segundo.

Otra cosa que vale la pena mencionar aquí, es una profecía de que algún día Fantasia y el mundo de los humanos serán uno. No se sabe si Michael Ende está insinuando la próxima Edad de Oro en la Tierra o un Paraíso celestial más tradicional.

El contacto entre los dos mundos se mantiene a través de un talismán mágico, que es otro motivo común tomado del folclore y muy familiar en otras obras de fantasía. El talismán más importante de La historia interminable es el libro mismo, ya que existe en ambos mundos. Bastián lo está leyendo en realidad, mientras que en Fantasia, el Viejo de la Montaña Errante lo está escribiendo. Cuando Bastián regresa, el libro ya no está, lo que sugiere que alguien más puede estar leyéndolo en ese momento.

Otro amuleto que existe solo en Fantasia es ÁURYN. Cuando lo lleva Atreyu, le brinda protección y guía, pero en manos de Bastián se convierte en un poderoso agente mágico. Poco a poco esclaviza y corrompe a su portador, como el anillo de la trilogía de Tolkien. Pero solo a través del amuleto, Bastián puede volver a casa y, sorprendentemente, lleva la puerta con él durante todo su viaje en Fantasia. El simbolismo de la puerta también se presenta cuando Atreyu tiene que atravesar las tres puertas mágicas hacia el Oráculo y cuando Bastián deambula por un laberinto de puertas tratando de encontrar y formular su próximo deseo [El Templo de las Mil Puertas].

La importancia de los nombres destaca en La historia interminable. El lector se inicia en la magia de los nombres cuando se presentan Bastián Baltazar Bux y Karl Konrad Koreander. Más tarde, para salvar a Fantasia de la Nada, se debe dar un nuevo nombre a la Emperatriz Infantil. Y en la segunda parte, la amenaza para los fantasios radica en su incapacidad para inventar nuevas historias y nuevos nombres. Para crear la nueva Fantasia, Bastián tiene que nombrar las cosas como el bosque Perelín y el desierto Goab. Para poseer objetos mágicos debe nombrarlos: la espada Sikanda, la piedra Al-Tsahir, el cinturón Guemmal. Es bien sabido que, en la brujería antigua, así como en las sociedades primitivas de nuestro tiempo, aprender los verdaderos nombres de las cosas, animales o personas otorga un poder ilimitado sobre ellos.

Cuando Bastián finalmente pierde su nombre a cambio de su último deseo, también pierde su identidad; ya no es Bastián, sino un niño sin nombre y se le conoce como tal hasta que regresa a su propio mundo.

Otro motivo familiar de la literatura fantástica es la relatividad del tiempo mágico. Se encuentra activo durante el viaje de Atreyu al Oráculo del Sur: pasan siete días, mientras que a él le parece solo uno. Esto anticipa los viajes de Bastián en Fantasia, donde pueden haber pasado años o incluso siglos de tiempo fantástico, como en los lugares que se dicen haber estado allí durante miles de años, mientras que, en su propio mundo, ha pasado una sola noche.

Todos estos patrones se reconocen fácilmente. La totalidad de las aventuras de Bastián en la segunda parte en Fantasia es una serie de narraciones, cada una de las cuales se basa en una historia bien conocida: el mito de la creación, el mito de la muerte y la resurrección (en la imagen de Graógraman el león, que también es un paralelo obvio con C.S. Lewis y su león Aslan). Alusiones bíblicas como la presentación de Bastián como el Salvador y la sabia mula que lo transporta es, por supuesto, un motivo directo. Además, encontramos novelas caballerescas, así como el motivo medieval del concurso de los bardos; el dragón Smerg nos recuerda inmediatamente al Smaug de Tolkien; la malvada hechicera Xayide puede volver a ser un préstamo de C.S. Lewis, al igual que la batalla por la Torre de Marfil y la visión apocalíptica del fin del mundo. Imágenes como los Tres Reyes Magos, o la Ciudad de los Locos [Ciudad de los Antiguos Emperadores], o la misteriosa Mina de las Imágenes y por último, pero no menos importante, el Agua de la Vida, todas tienen su origen en obras literarias anteriores.

Puede surgir la pregunta de si Michael Ende es un imitador que no es capaz de inventar una historia propia y simplemente toma prestadas las ideas de otros. Para responder a esto, recurriré al semiólogo ruso Yuri Lotman. En su artículo El arte canónico como paradoja informacional, muestra que los textos con un alto grado de regularidad y previsibilidad (por ejemplo, el folclore o el arte medieval) a veces son más informativos que los textos que en un principio pueden parecer "originales" e "innovadores". La paradoja se explica por el hecho de que los textos canónicos (o "rituales") no solo transmiten información (como se supone que hacen la mayoría de los textos de los siglos XIX y XX), sino que también la generan. El receptor de un texto canónico ya está familiarizado con la información que contiene, pero el texto estimula o genera una corriente interna de información en la mente del receptor, la idea misma de un texto canónico es, según Lotman, crear una situación favorable para la meditación del receptor.

Si tratamos de ver la fantasía bajo esta luz, podemos afirmar que La historia interminable es un texto canónico y que el propósito de Michael Ende no es proporcionar al lector información nueva y original. Es, por el contrario, hacernos reconocer imágenes y modelos que se han conocido antes y estimular las reflexiones del lector sobre estos. El uso de clichés de Michael Ende es consciente y hábil y, en última instancia, sirve al mensaje mismo de la historia. Todas las aventuras de Bastián son producto de su propia imaginación, inspiradas en los libros [que ha leído]. Es él quien actúa como un copista en blanco mientras no se dé cuenta del objetivo de su búsqueda.

Así es como un autor de fantasía puede trabajar con modelos familiares y modificarlos de acuerdo a sus propios propósitos. Debido a que Michael Ende hace esto de manera más abierta y consistente que la mayoría de los autores, su libro ofrece una excelente ilustración.



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Philip, Neil. The Times Literary Supplement (January 6, 19Ö4).
Armstrong, D.L. "ME. Nesbit. An Entrance to the Magic City." Ph.D. diss. The Johns Hopkins University, 1974.
Propp, Vladimir. Morphology of the Folktale. London: Austin, 1968.
Nikolajeva, Maria. The Magic Code. Ph.D. diss. Stockholm, 1988.
Lotman, Yu. "Kanonicheskoye iskusstvo как informatsionny paradoks [The canonical art as an information paradox]. Problémy kanona. Moscow, 1973 

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