3.9.14

Identificando a los hombres grises

Texto: Ana López de San Román en espaciosblog
Imagen: fotograma de Momo



Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo. // Momo (Michael Ende)

En la famosa novela de Michael Ende, Momo, unos misteriosos hombres que visten de gris son los dueños del Banco del tiempo. Éstos consumen el tiempo de las personas para mantenerse con vida. La vida se convierte así en una especie de dictadura del tiempo. La gente vive en la obligación de ahorrar tiempo, sin saber muy bien porqué, pero para mantener con vida a los hombres grises.

Esta cosa misteriosa y cotidiana que se nos aparece y no nos cuestionamos es el tiempo. Pero, ¿Qué es el tiempo? Y cómo ha ido evolucionando su significado y su valor.


Etimológicamente procede del latín tempus. Como definición general, se entiende al tiempo como la duración de las cosas que se encuentran sujetas al cambio. Tempus fugit! (El tiempo huye, se va, cambia continuamente)

Para Aristóteles el tiempo es la dimensión inherente a la representación intelectual del movimiento. San Agustín sin embargo, relaciona el tiempo con el alma.

Podemos considerar que el tiempo como construcción social nace en el siglo XIII, hasta entonces los fenómenos naturales bastaban para medirlo. Pero surge entonces el reloj como instrumento de medida, porque era necesario un instrumento físico invariable.

En el siglo XIV, se produce la época más importante en torno al tiempo. El uso del reloj pasa a extenderse en las ciudades. Y el tiempo comienza a tener valor con el desarrollo del comercio.

En el siglo XIX, los relojes entran en la vida cotidiana. El tiempo de Newton es el tiempo del reloj. El tiempo es concebido ahora como una magnitud absoluta. Tiempo absoluto.

Esa concepción está de acuerdo con la concepción filosófica de Kant que establece el espacio y el tiempo como necesarios para cualquier experiencia humana. Kant asimismo concluyó que el dependen del sujeto observador, es decir, son subjetivos.

En la mecánica relativista de Newton, la medida del transcurso del tiempo depende del sistema de referencia donde esté situado el observador y de su estado de movimiento, es decir, diferentes observadores miden diferentes tiempos transcurridos entre dos eventos causalmente conectados.

Bergson, el filósofo de la temporalidad  añade que el yo vive el presente con el recuerdo del pasado y la anticipación del futuro.

La noción de tiempo ha ido variando a lo largo de la historia. Lo que parecen tener en común todas las teorías y conceptos, es que el tiempo es valioso.

El tiempo es a la vez el más valioso y el más perecedero de nuestros recursos.
John Randolph

Tal vez su ser perecedero le confiere aún más valor. El devenir del tiempo hace que se escurra entre nuestros dedos, que no podamos retener los instantes presentes  más que en nuestra memoria, porque nuestro presente se convierte en pasado a  cada instante.

En nuestro presente se concentra nuestro pasado. Nuestro tiempo es nuestro destino. (Son ideas de la filosofía de la razón vital de Ortega)

¿Por qué quieren los hombres grises que ahorremos tiempo? En la novela, el ahorro de tiempo se centra en evitar todo lo que no sea productivo en la vida del hombre, incluso el dormir. Todo lo que se refiere al arte, la imaginación, las relaciones interpersonales,…  se considera una pérdida y un despilfarro de tiempo. La consecuencia es la homogeneidad y la esterilidad de la vida humana.

Tal vez el relato de Michael Ende no esté tan alejado de la realidad. Podríamos y deberíamos hacer un ejercicio de identificación de nuestros hombres grises. De aquello, que nos hace dedicar y consumir nuestro tiempo pensando que es tiempo bien empleado y no malgastado.

Nuestra batalla es la de ganar el tiempo. Pero antes tenemos que cambiar la noción de lo que es perderlo, o por lo menos detenernos a analizarlo.

Un hombre que se permite malgastar una hora de su tiempo, no ha descubierto el valor de la vida.     Charles Darwin.

Todo aquello que los hombres grises identifican con pérdida de tiempo es lo que pertenece a la esencia del hombre. El tiempo que dejamos de ganar, de vivir y de disfrutar, es el que nos humaniza. Nuestro ser con otros y para otros, en primer lugar. La autorrealización del hombre pasa por encontrarse con el mundo y salir fuera de sí mismo.

El arte, la creación, la imaginación, el descanso, el tiempo en la naturaleza…ese tiempo es ganado porque nos pertenece, porque nos hace más personas y más felices.

Dejemos de regalar nuestro tiempo a los hombres grises porque los mantenemos vivos y siguen consumiendo nuestra humana temporalidad.


1 comentario:

El primer banner, hace 20 años. Con la tecnología de Blogger.

*