Todos imaginaron dos obras; nadie pensó que libro y laberinto eran un solo objeto.
Jorge Luis Borges
Me gustaría saber -se dijo-, qué pasa realmente en un libro cuando está cerrado. Naturalmente dentro hay sólo letras impresas en papel, pero sin embargo… Algo debe de pasar, porque cuando lo abro aparece de pronto una historia entera…
Michael Ende
La historia interminable (o
La historia sin fin, como la conocemos en Argentina) es una obra sorprendente de la literatura juvenil universal. Una alhaja o joya que comparte ese estante central junto a otros clásicos como
El principito de Saint Exupery,
Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carrol o
La isla del tesoro de Stevenson, entre tantos otros.
La novela de Michael Ende ha sido traducida a múltiples idiomas y ha vendido millones de ejemplares. Pero a la vez, tiene la contradictoria particularidad de haber dado un salto en su fama gracias a su adaptación al cine (contando con tres películas, la primera de ellas la más importante).
En consecuencia, la versión textual fue quedando relegada en partes del imaginario colectivo frente al film. Puede pensarse algunos motivos posibles: diferentes épocas de escritura, el número de lectores de cada uno y los cambios en las nuevas generaciones en su manera de relacionarse con la literatura. En ese sentido, la complejidad que tiene
La historia interminable es propio de una literatura juvenil conectada con los clásicos juveniles y literarios (la mítica colección Robin Hood por ejemplo) y, por el contrario, un cierto desentendimiento contemporáneo de finales del siglo XX y principios del XXI con esa literatura y con su importancia en la cultura universal de la humanidad. Pese a todo ello, ahí sigue la obra de Ende, firme, convocando para su lectura a todo aquél que quiera escuchar la llamada.
El libro interminable
Puede pensarse a La historia interminable como un laberinto. La característica principal de sus 400 paginas es poseer una puerta para la entrada que se extiende en un camino (ya hablaremos de él) pero que una vez recorrido, tras salir por la última página y mirar para atrás, pueden observarse una variedad de entradas que antes no eran visibles y ahora sobresalen en distintas partes de la obra.
Quienes ya la hayan leído saben que es mucho más compleja, desarrollada y amplia en relación a lo que ha adaptado la película (una diferencia inevitable, en mi opinión personal).
Así como una multiplicidad de entradas, la novela de Michael Ende tiene muchas capas de lectura, como en El principito de Saint Exupery. La historia interminable está embebida de la literatura universal, desde El libro de las mil y una noches a la obra de Borges, pasando por la literatura juvenil, fantástica y hasta pueden trazarse algunas conexiones con obras consideradas mayores, como la Comedia de Dante.
Para entrar en La historia interminable pretendo hacerlo desde ambos extremos: inicio y fin. La primera coincide con la entrada de la primera lectura (la de la primera hoja) para una introducción general, teniendo en cuenta a quienes aún no la han leído (destáquese el adverbio). Esto no impide la inclusión de algunas de las inter-textualidades mencionadas más arriba para hacerla más llamativa.
La segunda es la que se nos abre al terminar la historia, más destinada a aquellos que quieran compartir un análisis en profundidad de algunos aspectos particulares de la novela y quienes hayan leído esta obra de Ende (o no la tengan en su lista de pendientes).
El Libro – Arte
La definición de La historia interminable como una joya o alhaja tiene dos aristas (la palabra alhaja, proveniente del árabe, tiene una connotación inferior en el castellano rioplatense, ausente en el vocablo de origen, equivalente a joya).
En primer lugar,destaca por el libro en sí mismo. Lo que Walter Benjamín denomina su materialidad. La novela fue publicada con el texto en dos colores: verde y violeta. Cada capítulo viene precedido por ilustraciones hechas a mano y a página completa, utilizando la misma paleta de colores (en castellano, la edición de RBA mantiene estos elementos). En tiempos de novedades tecnológicas, con ediciones virtuales, tener en nuestras manos el libro de Michael Ende es como sostener una obra medieval, con sus texturas y detalles.
1- Una visión general de la novela
Escribir sobre la trama de La historia interminable tiene varias dificultades.
En términos generales, muy generales, la obra está protagonizada por un niño, Bastian Baltasar Bux, que se encierra en el ático de su escuela a leer un libro de aventuras, que suceden en el mundo ficticio de ‘Fantasia’, con una gran variedad de personajes -y el mismo título que la novela-. Fantasia está en peligro ante el avance de la Nada, un vacío que se va “comiendo” poco a poco el reino. La Emperatriz Infantil solicita al joven Atreyu que lleve adelante La Gran Búsqueda, para encontrar una manera de salvar al reino. Para ello, le entrega el Áuryn, que representa su poder. Una alhaja compuesta por dos serpientes que se muerden entre sí. Poco a poco, Bastian descubrirá que puede tener extrañas interacciones con los personajes de esa historia. En su camino Atreyu se encontrará con personajes inolvidables, como el gigante come-rocas, la Vestusta Morla, y Fujur, el dragón de la suerte. También deberá hacer frente a las esfinges gigantes que vigilan el secreto de las Puertas Mágicas.
Esto es aproximadamente lo que adapta la primera película. En la novela de Ende corresponde a la primera mitad de los episodios. La trama continua en una segunda parte donde Bastian entra en ‘La historia interminable’, el libro que está leyendo (que fue adaptado en la segunda y tercer película). Sin embargo, limitarla así sería definirla como una obra puramente infantil, y no es así. Como referimos anteriormente, a la sucesión de hechos que conforman el núcleo de la historia se le suman -casi en forma de capas paralelas (sin aplastarse ni anularse entre sí)- una gran variedad de referencias, historias paralelas y complejidades que pueden apreciarse conforme avanza la lectura de La historia interminable y tienden puentes a acervo literario que cada uno posee. Esta particularidad me permite señalar algunas conexiones, sabiendo que se me escaparán otras.
Antes de entrar en ese laberinto de varios niveles y puentes, es interesante poner la lupa en el uso del lenguaje. Lo primero con lo que nos encontramos al iniciar la novela es con una línea de texto que no entendemos. Se trata del cartel de una librería visto al revés, como se vería en un espejo. Una genial manera de desubicarnos como lectores.
Pese a la complejidad que va adquiriendo la trama, el manejo de la lengua se mantiene directo. No hay un exceso de adjetivos ni construcciones lingüísticas complejas para desarrollar la historia. Al contrario, es habitual la presencia del escritor-narrador para aportar datos sobre lo que sucede (sea desde los personajes o el propio narrador) detallando particularidades de Fantasia, sus personajes y las leyes que rigen ese mundo.
El camino del… ¿héroe?
Así como el libro está presentado con dos colores, la trama corre por varios niveles. La historia inicial de Bastian, desde que entra a la librería que se va diluyendo mientras lee. La aventura de Atreyu, protagonista de la lectura de Bastian. Pero también el mundo ‘real’ de Bastian interrumpe el relato del mundo de Fantasia, como un lector interrumpe su lectura para prepararse un café o tomar un descanso.
Bastian le cede su protagonismo a Atreyu. Vale preguntarse la relación entre el desafío que debe llevar a cabo, La Gran Búsqueda, con lo que se denomina “el camino del héroe” –presentación de la dificultad, enfrentamiento y derrota, preparación o entrenamiento, segundo enfrentamiento y victoria-. Atreyu comienza su aventura a pedido de la Emperatriz Infantil. Cuándo pregunta ‘qué’ es lo que debe buscar, la respuesta es que nadie lo sabe. Sólo lo advertirá cuando esté delante de ella. En ese particular camino, Atreyu no deberá enfrentar a la amenaza (como el héroe clásico) sino esquivarla. No hay manera de enfrentar a la Nada. Así avanza según su propia intuición. No es un recorrido lineal; más bien es el diagrama de un laberinto.
Recorriendo el laberinto: niveles, estructura, personajes
El comienzo del segundo capítulo de La historia interminable sirve como muestra de la narrativa de Michael Ende. En Fantasia, la Emperatriz Infantil está enferma. La Nada, la gran amenaza, avanza. Los mejores médicos de todo el reino se han reunido en torno a la Emperatriz. El narrador les pone número: quinientos. Ni uno más ni uno menos. Hay representantes de todas las especies y razas. pero el más reconocido por todos ellos es Caíron, un centauro. Resulta imposible no rememorar a Quirón, el médico (Caíron es una leve deformación de su nombre en griego). Del centauro mitológico se dice que instruyó a Aquiles el griego y Jasón el argonauta. Compartió con los hombres muchos de sus conocimientos sobre la medicina.
En esta escena, narrada con mucha sencillez, pueden ubicarse las distintas capas narrativas y de significado. La Emperatriz enferma es una tópica de los relatos infantiles. La Nada como un elemento sobrenatural e inexplicable que no puede ser enfrentado puede recordar más a Cthulhu de H. P. Lovecraft (con permiso de sus fanáticos) que a cualquier villano del fantasy juvenil. La referencia a la literatura clásica en Caíron puede pasar de largo para un lector más joven sin que por ello pierda sentido la historia.
Cada aventura que se nos ofrece en la novela se desarrolla de manera independiente, con sus propios compañeros de y una profundidad distinta a la anterior y la que le sigue. Es como un espacio amplio en el laberinto, que se conecta con el anterior y el siguiente a través de pasillos más estrechos pero que no son lineales, con bifurcaciones posibles donde el joven Atreyu toma un camino como bien podría haber seguido por otro. Siempre con el pedido de la Emperatriz como objetivo final del recorrido, hay una cuota importante de azar en esa búsqueda.
La variedad de personajes de Fantasia es enorme. Interminable, si se quiere hacer el juego con su título. La gran mayoría de de estos personajes poseen una historia y un pasado desarrollados. En particular los antagonistas o imparciales, lo que permite al lector reflexionar de una manera más compleja que el binomio bueno/malo acerca de las acciones y decisiones que toman en distintos momentos de la trama.
El primer encuentro es con la Vetusta Morla, una tortuga gigante de (casi) infinitos años de edad. El contraste entre la desesperanza de Atreyu (luego del episodio con Ártax en el Pantano de la Tristeza) con la indiferencia de la Vetusta es excelente. Ella ha vivido cientos, miles de años. Parece no importarle lo que suceda en Fantasia, pues ha sobrevivido a todo. Ni la Nada la asusta. Pero la soledad de tantos años le pesa a Morla. Es evidente cuando se habla a sí misma y se responde en breves escenas de enorme potencia. En ese indicio se apoya Atreyu para utilizar un juego de argumentos y conseguir una respuesta.
Más tarde aparece Ygrámul, el Múltiple. Junto a él (aunque no por voluntad propia), está Fujur, el dragón de la suerte (muy conocido por su imagen en el cine).
Los Dos Colonos, una genial, divertida y algo extravagante pareja de gnomos. Estudian desde su propio observatorio a las Puertas Mágicas y sus protectoras, las Esfinges.
Uyulala es un personaje que sólo habla en rima. “Mi cuerpo es acento y tono” dice de manera misteriosa, en uno de los episodios más sorprendentes y mejor construidos de la historia.
Seguir mencionando a los personajes que aparecen sería adelantar demasiado de la obra.
Los puentes literarios del libro – laberinto
Bernando de Chantres dijo en algún momento del siglo XII sobre la humanidad “Somos enanos en hombros de gigantes”. La historia interminable se apoya, como mencionamos más arriba, en varios elementos de la literatura universal.
Si la referencia al mítico centauro Quirón está en su –casi- homónimo Caíron, la propia búsqueda de Atreyu puede leerse al calor de la Odisea y el viaje de vuelta a casa de Ulises (Odiseo). La presencia del héroe y sus compañeros junto al azar y los avatares del viaje.
Otra gran influencia son las fábulas universales. Desde Esopo a los fableux medievales, (pasados a texto primero por Charles Perrault y edulcorados por los hermanos Grimm posteriormente). La enorme variedad de entes que pueblan Fantasia sería impensable sin ese acervo de ideas y criaturas. Faunos, gnomos, gigantes, lobos, brujas, esfinges, -una mención aparte merecen los ayayai- se hacen presentes en la obra, que bien podría leerse como un refugio para ellos, aunque los sucesos de la segunda parte relativizan esta afirmación.
Otro recurso habitual de las fábulas es utilizado magistralmente por el narrador, al sembrar posibles historias paralelas, interrumpidas para seguir con el relato central, aunque son rematadas con la frase: “pero eso es otra historia y deberá ser contado en otra ocasión”.
El tercer elemento invitado es la literatura fantástica del mundo árabe y de oriente, muy presente en la novela. Lo primero que salta a la vista es el uso de nombres árabes para algunos elementos, como la piedra Al-Tsahir, que brilla como cien días en un solo momento (una alegoría tal vez de una cultura muy relacionada con el conocimiento) y Bastian la utiliza para iluminar una solución a un complejo interrogante.
La espada que le es entregada a Bastian en Fantasia es nombrada por él como Sikanda. En la segunda parte toma centralidad Xayide, la maga que “fumaba casi continuamente en un narguile oriental que tenía al lado”. Incluso la sensualidad de El libro de Las mil y una noches tiene su correlato en Xayide y su narguile, de una manera más sutil: “El tubo era como una víbora de color esmeralda y la boquilla, que ella sostenía entre sus largos dedos como el mármol, parecía la cabeza de una serpiente. Cuando chupaba, era como si la besara. Las nubes de humo que, voluptuosamente, dejaba escapar por su boca y nariz, tenían a cada bocanada un color distinto”. Esta descripción aparece recién en la página 318 y la realiza el narrador; el joven Bastian es ajeno a estos detalles.
Si los elementos mencionados pueden dar la impresión de que la presencia de lo árabe pasa sólo por lo exótico, vale remitirnos a las técnicas narrativas, como la descripción inicial del palacio de la Emperatriz y su corte: “La Torre de Marfil era tan grande como una ciudad. (…) se componía de innumerables torres, torreones, cúpulas, tejados, miradores, terrazas, arcos, escaleras y balaustradas, que se entrecruzaban y entrelazaban. Todo era del marfil más blanco de Fantasía”. Pareciera describir un palacio oriental. La enumeración también es una tópica en esa literatura.
Sigue: “(…) la corte que rodeaba a la Emperatriz Infantil: tesoreros y sirvientas, sabias y astrólogos, magos y bufones, mensajeros, cocineros y acróbatas, funámbulos y narradores de historias, heraldos, jardineros, guardianes, sastres, zapateros y alquimistas”.
Tanto la arquitectura como la poesía árabe fueron incorporadas durante la Edad Media en la Europa occidental o cristiana, por lo que puede entenderse también plantear un crisol de posibles rastreos.
Las sagas islandesas están presenten en los héroes Hykrion, Hýsbald y Hydorn.
El propio símbolo del Áuryn, la doble serpiente que se muerden mutuamente es visible en una gran cantidad de cosmogonías en distintas regiones del mundo.
Es de estas fuentes (y otras más que se me escapan) de la cultura universal y literaria de las que bebe La historia interminable, y en ese proceso de asimilación y diferenciación es que toma una dimensión propia. Con este método milenario, Michael Ende se hace un lugar especial dentro de los grandes relatos de la literatura juvenil universal.
2-Adentrándonos en el Libro
La segunda parte de la reseña está pensada para quienes hayan leído el libro y/o les interesa una lectura más profunda. Mi recomendación para aquellos que aún no la leyeron y la primera parte les haya despertado el interés por ella, es buscar un momento para leerla. Siempre es mejor la experiencia directa con la obra.
Pero, parafraseando a Dolina, es tan grande la disponibilidad de libros a nuestro alcance que es lógico que algunos opten por seguir leyendo directamente. De todos modos, siempre queda la trampa de ser lo más general posible sobre la ubicación del momento analizado en la obra general y sólo ser específico en sus desarrollo interno. Iluminar una sección del laberinto (siguiendo la metáfora usada) manteniendo al resto distante.
Los límites de Fantasía y los límites de un libro
Uno de los descubrimientos que realiza Atreyu en su recorrido por Fantasia es su falta de una zona que limite su mundo con otros, como el de los humanos. Sus fronteras están hacia adentro; deben buscarse en el interior de ese universo (los motivos de ello se explican en la obra). De la misma manera, topológica-literaria, puede pensarse las dificultades de un análisis más complejo.
Adentrarse en la trama como si fuera una operación quirúrgica es trasladar elementos propios del lenguaje poético al del análisis, de la re-escritura y de las citas. Si al comienzo esos elementos analizados pierden fuerza (no es lo mismo unos versos separados de un poema que el poema completo) luego, en una nueva lectura, toma mayor dimensión con los nuevos significados incorporados (esta manera de leer la literatura es propia del Formalismo Ruso. Dos lenguajes distintos para dos miradas distintas que se complementan.
Un camino, dos caminos
Con Bastian dentro del libro dentro del libro (no es un error de tipeo, libro y laberinto eran un solo objeto –refiere Borges en el texto citado en el epígrafe) la historia toma una dimensión mayor. El camino del héroe ya no es el clásico griego ni el azar, sino que está conectado con otra concepción, tan antigua como las otras dos (aunque muchas de sus versiones mas ‘light’ lo olviden): el de un descubrimiento.
Sin la amenaza de la destrucción de Fantasia sobre sus hombros como la tuvo Atreyu, Bastian avanza narrando aquello que encuentra, lo que descubre y como lo nombra nombra. Inicia con Perelín, la selva nocturna, que crece sin detenerse.
El encuentro con Graógraman, la Muerte Multicolor, vuelve a elevar la narración a otro nivel meta-literario, (como sucediera antes con Uyulala). El león Graógraman es el señor de Goab, el desierto de colores. Su piel irradia un calor destructivo que convierte todo en arena. Es debido a ello que se lo conoce como La Muerte Multicolor. Bastian está protegido por el Áuryn, la alhaja que portaba antes Atreyu y la Emperatriz le concedió luego a él.
La relación entre la selva nocturna y el desierto de colores es un misterio cuya resolución expone la magistralidad y profundidad de la pluma de Ende. El desierto impide que la selva nocturna se desarrolle ilimitadamente hasta ocupar y saturar toda Fantasia. Cuando termina el día, la selva se desarrolla sobre las cenizas del desierto. Una y otra se anulan a la vez se complementan. Este circulo de la vida es un gran aprendizaje para Bastian, y por extensión un gran aprendizaje y/o recordatorio para los lectores.
La Muerte Multicolor es la puerta de entrada para entender que el viaje de Bastian por Fantasia es un viaje de descubrimiento y entretenimiento, una aventura ‘libre’, ya que prescinde de una amenaza antagónica como la Nada. Pero también es el descubrimiento de sí mismo.
El círculo de la vida es un concepto que se retrotrae en filosofías y religiones milenarias, como el budismo y algunas ramas místicas de varias religiones. Esta segunda lectura llega hasta el final de la obra, cuando aparecen dos elementos disruptivos: los yskálnari (un pueblo de pescadores que vive colectivamente) y la Casa del cambio, una vivienda en permanentemente transformación.
Libro de libros
La presencia de la intertextualidad y el meta-lenguaje en el libro es permanente, como señalamos al final del primer apartado.
La gran ruptura en este sentido se produce hacia el final de la aventura de Atreyu, cuando la Emperatriz Infantil sale de su lugar de espectadora e intervenir en la salvación de Fantasia, buscando ayuda ella también.
El epígrafe de Borges no está sólo por la referencia a los laberintos. Hay varios elementos borgeanos en la obra. Michael Ende ha referido en distintas notas ser lector del escritor que supo esquivar el Nobel con todo éxito. El uso de la meta-literatura, el libro dentro del libro y el libro como un universo en sí mismo son algunos de ellos.
Una situación destacada es cuando Bastian debe narrar una historia frente a un auditorio. Es fanático de las historias, por lo que conoce varias. Pero el tiempo le juega una mala pasada: le alcanza sólo para una. Así que anuncia que contará un relato con todas las otras historias suyas dentro de ella. La manera en que lo resuelve en su narración y los efectos que tiene en la trama es otro excelente momento narrativo y meta-textual.
En otra etapa de la historia, Bastian llega a una ciudad dónde (por distintas causas) se ha perdido la capacidad del lenguaje. Su protector, Árgax, le muestra a Bastian un juego de dados que les ha regalado a sus particulares habitantes. Cada cara del dado tiene letras, por lo que con ellos forman conjuntos que leen sin saber lo que son.
Árgax espera que, de tanto jugar con ellos, se formen palabras y con esas palabras un poema. Algo similar plantea el bibliotecario que describe cómo es la Biblioteca de Babel en el relato homónimo. El protector y guía expone su versión-homenaje: “todas las historias del mundo, en el fondo, se componen sólo de veintiséis letras. Las letras son siempre las mismas y sólo cambia su combinación. (…) Si se juega eternamente tendrán que surgir todos los poemas, todas las historias posibles, y luego todas las historias de las historias, incluida esta”.
Por alguna razón particular, la humanidad ha decidido otros métodos para contar historias. Prescindiendo de ese cubilete, nos inclinamos por la lectura y el análisis literario que, desde aquellos primeros narradores alrededor del fuego en los primeros tiempos de la humanidad, nos ha legado grandes joyas, como las que hemos mencionado en la nota y la misma obra de Ende.