Nuestra religión se llama poesía
(Michael Ende)
La crítica y el mercado editorial han considerado al escritor alemán Michael Ende (1929-1995) como un autor de literatura infantil y juvenil, incluyéndolo en este género, considerado usualmente como menor, debido a sus personajes, sus mundos, que parecen sacados de cuentos de hadas, y su tono aparentemente sencillo. Sin embargo, considero que, en gran parte de su obra, esta apariencia infantil esconde una gran profundidad de significado, conformando obras de importante calidad literaria que van más allá del género infantil. La crítica, poco a poco, se ha abierto a su estudio y han ido surgiendo trabajos especializados en su obra.
Para ello, intentaré esbozar una hipótesis de interpretación de La historia interminable, a saber, que la obra de Ende conforma un sistema alegórico que simboliza el proceso de escritura creativa, base de la enseñanza del valor de la poesía que subyace tanto en este texto como en el conjunto de la obra de Ende. Aunque podría analizarse cómo esta interpretación alegórica está intrínseca en todos los personajes de la obra, en el presente trabajo me centraré en la construcción simbólica que rodea a la figura de su protagonista, Bastián, quien representa de este modo el lector que pretende convertirse en autor, a través de la lectura y de la inmersión en el mundo de la fantasía.
Que Bastián es un personaje lector es indudable, incluso en una primera aproximación superficial al texto. De hecho, la mayor parte de la crítica lo menciona en algún momento. Mayor atención dedican al tema Kenfel (1993a: 29), Filmer (1991: 59) y Cesare (2015), quien dedica su artículo a estudiar la figura narrativa del libro en la obra. Este hecho es una de las claves que nos permiten entender el texto de Ende, ya que lo vertebra estructuralmente, pues toda la primera mitad de la obra gira en torno a un libro, «La historia interminable»3, que Bastián lee.
Son continuas las referencias a las lecturas previas de Bastián, como cuando afirma que él «hatte in seinen Büchern Geschichten gelesen von Jungen […]» (15)6 o cuando recuerda la relación con su padre en un pasaje tan breve como imprescindible para mostrar el distanciamiento que muestra para con él su progenitor: Bastian erinnerte sich, dass der Vater früher gern Späße mit ihm getrieben hatte. Manchmal hatte er sogar Geschichten erzählt oder vorgelesen. Aber das war seit damals vorbei […]. Oder manchmal, wenn sie beide ein Buch hatten, sah Bastian, dass der Vater überhaupt nicht las, weil er stundenlang auf ein und dieselbe Seite blickte, ohne umzublättern. (B: 39)7.
Er mochte keine Bücher, in denen ihm auf eine schlecht gelaunte und miesepetrige Art die ganz alltäglichen Begebenheiten aus dem ganz alltäglichen Leben irgendwelcher ganz alltäglichen Leute erzählt wurden. Davon hatte er ja schon in Wirklichkeit genug, wozu sollte er auch noch davon lesen? Außerdem hasste er es, wenn er merkte, dass man ihn zu was kriegen wollte. Und in dieser Art von Büchern sollte man immer, mehr oder weniger deutlich, zu was gekriegt werden. Bastians Vorliebe galt Büchern, die spannend waren oder lustig oder bei denen man träumen konnte, Bücher, in denen erfundene Gestalten fabelhafte Abenteuer erlebten und wo man sich alles Mögliche ausmalen konnte. (A: 28-29)9.
Defiende Ende, por tanto, el género al que pertenece su obra dentro de su propia obra, en un recurso metanarrativo que es característico de todo el texto. Ende compara en el libro la visión realista de la literatura con las clases de Ciencias, «der hauptsächlich im Aufzählen von Blütenstände und Staubgefäßen bestand» (A: 29)10, como algo totalmente carente de imaginación o creatividad.
Bastian schaute das Buch an.
»Ich möchte wissen«, sagte er vor sich in, »was eigentlich in einem Buch los ist, solang es zu ist. Natürlich sind nur Buchstaben drin, die auf Papier gedruckt sind, aber trotzdem — irgendwas muss doch los sein, denn wenn ich es aufschlage, dann ist da auf einmal eine ganze Geschichte, Da sind Personen, die ich noch nicht kenne, und es gibt alle möglichen Abenteuer und Taten und Kämpfe — und manchmal ereignen sich Meeresstürme oder man kommt in fremde Länder und Städte. Das ist doch alles irgendwie drin im Buch. Man muss es lesen, damit man’s erlebt, das ist klar. Aber drin ist es schon vorher. Ich möcht wissen, wie?
Und plötzlich überkam ihn eine beinahe feierliche Stimmung (17-18)11.
DIE UNENDLICHE GESCHICHTE
zu lesen.12
Debido a la disposición sintáctica del alemán, el verbo lesen —‘leer’— se sitúa al final de la oración. Esta estrategia, así como los cambios de color y el centrado de las dos últimas líneas, aporta tres matices semánticos que creo conveniente destacar. En primer lugar, finaliza el capítulo introductorio con el verbo —y la acción— lesen, introduciendo los capítulos A-L, que no dejarán de ser una lectura por parte de Bastián —y de nosotros con él—. En segundo lugar, aparece por primera vez el color verde en el texto, que marcará —al menos, al principio— lo que Bastián lee en el propio libro. Sin embargo, este color aparece aquí entre dos textos en rojo, lo que ya simboliza la interrelación entre ambos planos que será gradualmente mayor a medida que avance el texto. También refleja la estructura global de la obra, pues la obra empieza y acaba en color rojo, mientras que el color verde se encuentra en su interior13. En tercer y último lugar, se observa una ambigüedad en el significado de la oración alemana, provocada por la ruptura de la línea y la disposición sintáctica, pues Bastián «begann die unendliche Geschichte zu lesen»14 y, a la vez, «begann die unendliche Geschichte»15, en un sentido ontológico de la lectura que le hará ser co-creador de la misma, la cual no deja de ser una (o quizá la única) historia interminable.
Retomo esta última idea para mostrar la segunda característica de Bastián. Así como el texto de Ende no duda en afirmar que Bastián es un lector que disfruta de los libros, también muestra una y otra vez que nuestro protagonista crea historias y disfruta haciéndolo. Es, en definitiva, un autor. La crítica también ha visto esta propiedad del personaje, aunque le ha dado menos importancia que a su papel lector (Acosta Churro, 2003; Etten, 2013: 98; Filmer, 1986; Kenfel, 1993a: 103). Creo, no obstante, que tan importante es uno como el otro, y que Bastian va progresando a lo largo de la historia desde el personaje-lector al personaje-autor, en un recorrido que iré desgranando a lo largo de este apartado.
Denn das konnte er — vielleicht war es das Einzige, was er wirklich konnte: sich etwas vorstellen, so deutlich, dass er fast sah und hörte. Wenn er sich selbst seine Geschichten erzählte, dann vergaß er manchmal alles um sich herum und wachte erst am Schluss auf wie aus einem Traum (A: 29)19.
En el capítulo L, como resultado de una metalepsis28, Bastián acaba introduciéndose en Fantasia. Nos hallamos en la mitad del libro y Bastián parece haber cumplido ya su función: dar un nuevo nombre a la Emperatriz Infantil. Como él mismo le pregunta a la regente, «ist das nun das Ende?» (M: 216)29. Pero «nein», le responde ella, «es ist der Anfang»30. ¿El principio de qué? ¿Qué le queda a Bastián por hacer en Fantasia? La propia Emperatriz Infantil lo deja bien claro:
Phantásien wird aus deinen Wünschen neu entstehen, mein Bastian. Durch mich werden sie Wirklichkeit.
Aus meinen Wünschen?«, wiederholte Bastian staunend.
Du weiß doch, hörte er die süße Stimme, »dass man mich die Gebieterin der Wünsche nennt […].(M: 216)31.
No trataré en este trabajo de uno de los lugares más comunes de la crítica sobre La historia interminable, a saber, la naturaleza real o imaginaria de Fantasia. En su lugar, es mi intención analizar, o determinar, la naturaleza de los fantasios o seres fantásicos, es decir, de los habitantes del reino de Fantasia, así como explicitar las diferencias que muestran con los seres humanos. No parece haber grandes disparidades entre los fantasios previos a la llegada de Bastián y los posteriores, por los que los trataré por igual, salvo en las pequeñas particularidades que serán abordadas en cada momento.
Una de las características principales de la obra de Ende es la diferencia tan marcada que existe entre los personajes del mundo de Bastián —él, su padre, el señor Koreander, los otros chicos…, en definitiva, humanos— y los personajes de Fantasia. Entre estos últimos no se encuentra ni un solo ser humano, pese a que gran parte de ellos comparten características humanas —tienen lenguaje, inteligencia, presentan cierto grado de antropomorfismo…—. Esta situación es expresada con detalle por el narrador a la hora de describir a los quinientos médicos que se encuentran reunidos para tratar de encontrar la solución a la enfermedad de la Emperatriz Infantil:
Nun darf man sich eine solche Versammlung natürlich nicht so vorstellen wie einen menschlichen Ärztekongress. Zwar gab es in Phantásien sehr viele Wesen, die in ihrer äußeren Gestal mehr oder weniger menschenähnlich waren, aber es gab mindestens ebenso viele, die Tieren oder überhaupt völlig anders gearteten Geschöpfen glichen […]. Es gab Zwergenärzte mit weißen Bärten und Buckeln, es gab Feerärztinnen in blausilbern schimmernden Gewändern und mit funkelnden Stenen im Haar, es gab Wassermänner mit dicken Bäuchen und Schwimmhäuten an Händen und Füßen […], aber es gab auch weiße Schlangen, die sich auf dem langen Tisch in der Mitte des Saales zusammengeringelt hatten, es gab Bienenelfen, ja sogar Hexer, Vampire und Gespenster, die im Allgemeinen nicht als besonders wohltätig und gesundheitsfördernd gelten (B: 37-38)34.
Ancho, alto y profundo es el reino de los cuentos de hadas, y lleno todo él de cosas diversas: hay allí toda suerte de bestias y pájaros, mares sin riberas e incontables estrellas; belleza que embelesa y un peligro siempre presente; la alegría, lo mismo que la tristeza, son afiladas como espadas. (Tolkien, 2009: 257)
Habrá notado ya el lector el parecido entre Fantasia y el reino de los cuentos de hadas. Esta relación se explicita mucho más en diversos momentos de la obra de Ende, donde se reflexiona sobre la naturaleza fantásica.
Wir sind nur Figuren in einem Buch
und vollziehen, wozu wir erfunden.
Nur Träume und Bilder in einer Geschicht,
so müssen wir sein, wie wir sind,
und Neues erschaffen — wir können es nicht,
kein Weiser, kein König, kein Kind (G: 123)37.
Was seid ihr denn, ihr Wesen Phantásiens? Traumbilder seid ihr, Erfindungen im Reich der Poesie, Figuren in einer unendlichen Geschichte! (I: 159)38.
Una vez que hemos entendido la naturaleza de los fantasios, podemos comprender mejor otra de sus características. Como dice la Vetusta Morla a Atreyu al principio de su aventura: «kein Wesen in Phantásien kann ihr [der Kindlichen Kaiserin] einen neuen Namen geben» (C: 68)39. Esta incapacidad por parte de los fantasios se explica, en mi hipótesis, como la imposibilidad que tienen para la creación poética. Si partimos, como hemos deducido en el anterior subapartado, del hecho de que los fantasios son personajes literarios —o, mejor dicho, son el símbolo del personaje literario—, entendemos que no puedan crear, a su vez, ningún tipo de literatura, pues no pueden crearse a sí mismos. Cuando un personaje realiza en su mundo una creación poética, dicha creación no deja de ser, en última instancia, obra de su creador, el autor humano, que es la entidad que le ha dado a ese personaje la habilidad de la creación poética. Del mismo modo, los fantasios no pueden otorgar un nuevo nombre a su Emperatriz, es decir, carecen de la capacidad de la creación poética. Esto se vuelve a explicitar en la profecía de Uyulala:
Wer kann der Kindlichen Kaiserin
einen neuen Namen geben?
Nicht du, noch ich, nicht Elfe, noch Dschinn,
von uns rettet keiner ihr Leben
und keiner erlöst uns alle vom Fluch,
durch keinen wird sie gesunden (G: 123).40
A lo largo de este trabajo he reiterado la importancia de Bastián para Fantasia, lo que puede desprenderse fácilmente de la lectura del texto. Como se revela en la conversación que acontece entre la Emperatriz Infantil y Atreyu en el capítulo K, toda la primera parte del libro, las aventuras de Atreyu, tienen como único objetivo el llamamiento de Bastián para que salve a Fantasia dándole un nuevo nombre a la Emperatriz Infantil:
Verstehst du nun, Atréju«, fragte die Kindliche Kaiserin, »warum ich dir so viel auferlegen musste? Nur durch eine lange Geschichte voller Abenteuer, Wunder und Gefahren konntest du unseren Retter zu mir führen. Und das war deine Geschichte. (K: 189).41
Esta nueva habilidad de Bastián concuerda con mi hipótesis. Es el autor el encargado de crear el mundo de su obra con sus deseos —o, lo que es lo mismo, sus decisiones creativas—. ¿Y cómo creará Bastián la nueva Fantasia? La Hija de la Luna lo deja claro: otorgando nombres a las cosas, pues la capacidad de asignación de nombres es una metáfora de la creación poética, al menos, en la obra de Ende. Pero no vale un nombre cualquiera, pues «nur der richtige Name gibt allen Wesen und Dinge ihre Wirklichkeit» (K: 190).43 Esto será lo que Bastián irá realizando a lo largo de sus aventuras en Fantasia: lo que ya hizo con la Hija de la Luna lo vuelve a repetir con Perelín, la Selva Nocturna (M), Goab, el Desierto de Colores (O), su espada Sikanda (O) y la piedra Al-Tsahir de la Biblioteca de Amaranz (Q), así como con muchos otros elementos de la nueva Fantasia. En todos ellos, la característica principal de la creación de Bastián es la asignación de su historia al nombrarlos. Estos elementos preexisten en Fantasia —se observan primero— y Bastián, al darles el nombre, los ancla en la existencia. Por el contrario, otra serie de elementos, como el dragón Smerg (Q) y los ayayai (Q, convertidos con el mismo procedimiento en schlabuffos en R), no aparecen hasta que Bastián les concede un nombre e inventa su historia. En cualquier caso, los tres conceptos: existencia, nombre e historia —lo que en el fondo no deja de ser la esencia de todo personaje literario— están inequívocamente unidos.
»Bist du wirklich schon seit immer hier?«
»Seit immer«, bestätigte Graógramán.
»Und die Wüste Goab, hat es sie auch immer schon gegeben?«
»Ja, auch die Wüste. Warum fragst du?«
Bastian dachte eine Weile nach.
»Ich versteh’s nicht«, gab er schließlich zu. »Ich hätte gewettet, dass sie erst seit gestern Morgen da ist. […] Es ist alles so sonderbar […], mir kommt irgendein Wunsch und dann passiert immer gleich etwas, das dazu passt und den Wunsch erfüllt. Ich denk mir das nicht aus, weißt du? Das könnte ich gar nicht. Nie hätte ich all die verschiedenen Nachtpflanzen in Perelín erfinden können. Oder die Farben von Goab — oder dich! Allest ist viel großartiger und wirklicher, als ich mir’s vorstellen könnte. Und trotzdem, alles ist immer erst da, wenn ich mir was gewünscht habe […]. Ist das alles erst da, wenn ich mir was gewünscht habe? Oder es vorher schon da und ich hab’s nur irgendwie erraten?
»Beides«, sagte Graógramán.
»Aber wie kann denn das sein?« […]
»Herr«, antwortete der Löwe ruhig, »weißt du nicht, dass Phantásien das Reich der Geschichten ist? Eine Geschichte kann neu sein und doch von uralten Zeiten erzählen. Die Vergangenheit entsteht mit ihr.«
»Dann müsste ja auch Perelín schon immer bestanden haben«, meinte Bastian ratlos.
»Von dem Augenblick an, da du ihm seinen Namen gabst, Herr«, erwiderte Graógramán, »hat er seit jeher bestanden.« (O: 248-249)45.
Sin embargo, no todo son alabanzas para nuestro protagonista. El autor, en la aventura de la creación poética también se equivoca, se frustra y no encuentra el camino. Bastián no será menos. Del mismo modo en que un poeta genera borradores de su historia, prueba mil y un caminos distintos sin saber muy bien hacia dónde va, extasiándose con las maravillas de la fantasía, así avanza Bastián, sin rumbo, con equivocaciones y sin querer abandonar el mundo de Fantasia.
Sin embargo, a pesar de este precio —del cual es inconsciente durante gran parte de sus aventuras—, es mediante estos deseos que su camino puede continuar. Cuando no sabe qué más desear, camina en círculos por Fantasia hasta que descubre su nuevo deseo. En nuestra hipótesis, tal situación se desprende de la actitud del autor para con su obra: solo cuando toma decisiones, cuando desea cómo continuar su obra, esta puede desarrollarse. Si no, se quedará estancado, sin llegar a terminar nunca la obra. Es decir, nunca saldrá de Fantasia y no volverá a su mundo real.
»Großer Wohltäter! Großer Wohltäter! Weißt du noch, wie du uns erlöst hast, als wir noch die Acharai waren? Damals waren wir die unglücklichsten Wesen in ganz Phantásien, aber jetzt hängen wir uns selbst zum Hals heraus. Was du da aus uns gemacht hast, war anfangs ganz lustig, aber jetzt langweilen wir uns zu Tode. Wir flattern so herum und haben nichts, woran wir uns halten können. Wir können nicht einmal ein richtiges Spiel spielen, weil wir keine Regel haben. Lächerliche Hanswurste hast du aus uns gemacht mit deiner Erlösung! Du hast uns betrogen, großer Wohltäter!«
»Ich hab es doch gut gemeint«, flüsterte der Junge entsetz.
»Jawohl, mit dir selbst!«, schrien die Schlamuffen im Chor. »Du bist dir ganz großartig vorgekommen. Aber wir haben die Zeche bezahlt für deine Güte, großer Wohltäter!« (Y: 453)48.
El culmen de la tiranía del autor se alcanza cuando Bastián intenta coronarse a sí mismo Emperador de Fantasia, sustituyendo a la propia Emperatriz Infantil —quien no vuelve a aparecer desde que Bastián le dio su nuevo nombre—. Bastián cree así que podrá volverse todopoderoso y controlar Fantasia en su totalidad:
Und während Bastians Augen mehr und mehr in einem kalten Fieber zu glänzen begannen, erzählte ihm Xayíde von einem neuen Phantásien, von einer Welt, die bis in alle Einzelheiten nach Bastians Belieben zu gestalten war, in der er nach Willkür schaffen und vernichten konnte, in der es keine Schranken und Bedingungen mehr gab, wo jedes Geschöpf, ob gut oder böse, schön oder hässlich, töricht oder weise, einzig seinem Willen entsprungen war und er erhaben und rätselhaft über allem thronte und die Geschicke lenkte in ewigem Spiel (V: 386-387)49.
Tras la ya mencionada rebelión de fantasios encabezada por Atreyu, Bastián se dedica a vagar por Fantasia, solo, olvidándose cada vez más de su mundo y, lo que es peor, de sí mismo. Sin embargo, este viaje ya no sigue motivos egoístas, sino que se convierte en un viaje de curación. Aprende la humildad (W) y recupera el sentimiento de ser amado (X), lo que le hace descubrir que su «Verdadera Voluntad» no es otra que amar. Descubre así que la única forma de regresar a su mundo es amando y la única forma en la que él puede amar, ahora que ha olvidado casi todo, es encontrando el Agua de la Vida. Sin embargo:
»[…] du suchst das Wasser des Lebens. Du möchtest lieben können, um zurückzufinden in deine Welt. Lieben — das sagt sich so! Das Wasser des Lebens wird dich fragen: Wen? Lieben kann man nämlich nicht einfach so irgendwie und allgemein. Aber du hast alles vergessen außer deinem Namen. Und wenn du nicht antworten kannst, wirst du nicht trinken dürfen. Drum kann dir nur noch ein vergessener Traum helfen, den du wiederfindest, ein Bild, das dich zur Quelle führt. Aber dafür wirst du das Letzte vergessen müssen, was du noch hast: dich selbst (Y: 446)50.
auf der zarten Marienglastafel — sie war nicht sehr groß, hatte nur etwa das Format einer gewöhnlichen Buchseite — war sehr klar und deutlich ein Mann zu sehen, der einen weißen Kittel trug. In der einen Hand hielt er ein Gipsgebiss. Er stand da und seine Haltung un der stille, bekümmerte Ausdruck in seinem Geschicht griffen Bastians ans Herz […].
Während Bastian das Bild betrachtete, das vor ihm im Schnee lag, erwachte in ihm Sehnsucht nach diesem Mann, den er nicht kannte. Es war ein Gefühl, das wie aus weiter Ferne herankam, wie eine Springflut im Meer, die man anfangs kaum wahrnimmt, bis sie näher und näher kommt und zuletzt zur gewaltigen, haushohen Woge wird, die alles mit sich reißt und hinwegschwemmt. Bastian ertrank fast darin und rang nach Luft. Das Herz tat ihm weh, es war nicht groß genug für eine so riesige Sehsucht. In dieser Flutwelle ging alles unter, was er noch an Erinnerung an sich selbst besaß. Und er vergaß das Letzte, was er noch hatte: seinen eigenen Namen (Y: 450)52.
»Die Wasser fragen dich«, verkündete Fuchur, »ob du alle Geschichten, die du in Phantásien begonnen hast, auch zu Ende geführt hast.«
»Nein«, sagte Bastian, »eigentlich keine.«
[…]
»Sie sagen, dann wird dich die weiße Schlange nicht durchlassen. Du musst zurück nach Phantásien und alles zu Ende bringen.«
»Alle Geschichten?«, stammelte Bastian. »Dann kann ich nie mehr zurück. Dann war alles umsonst.«
»Sie sagen, es ist nicht zu ändern, es sei denn, es fände sich jemand, der diese Aufgabe für dich übernimmt.«
»Aber es sind unzählige Geschichten«, rief Bastian, »und aus jeder kommen immer neue. So eine Aufgabe kann niemand übernehmen.«
»Doch«, sagte Atreyu, »ich.« (Z: 464)53.
Der Vater hörte ihm zu, wie er ihm noch nie zugehört hatte. Er verstand, was Bastian ihm erzählte.
Gegen Mittag unterbrach er einmal, aber nur, um die Polizei anzurufen und mitzuteilen, dass sein Sohn zurückgekehrt und alles in Ordnung sei. Dann machte er für sie beide Mittagessen und Bastian fuhrt fort zu erzählen. Der Abend brach schon herein, als Bastian mit seinem Bericht bei den Wassern des Lebens angekommen war und erzählte, wie er davon dem Vater hatte mitbringen wollen und es dann doch verschüttet hatte.
Es war schon fast dunkel in der Küche. Der Vater saß reglos. Bastian stand auf und knipste das Licht an. Und nun sah er etwas, was er noch nie zuvor gesehen hatte.
Er sah Tränen in den Augen seines Vaters.
Und er begriff, dass er ihm das Wasser des Lebens doch hatte bringen können.
Der Vater zog ihn stumm auf seinen Schoß und drückte ihn an sich und sie streichelten sich gegenseitig.
Nachdem sie lange so gesessen hatten, atmete der Vater tief auf, schaute Bastian ins Gesicht und begann zu lächeln. Es war das glücklichste Lächeln, das Bastian je bei ihm gesehen hatte (Z: 469)55.
»Dann glauben Sie mir also?«, fragte Bastian.
»Selbstverständlich«, antwortete Herr Koreander, »jeder vernünftige Mensch würde das tun. […]. Es gibt Menschen, die können nie nach Phantásien kommen […], und es gibt Menschen, die können es, aber sie bleiben für immer dort. Und dann gibt es noch einige, die gehen nach Phantásien und kehren wieder zurück. So wie du. Und die machen beide Welten gesund.« (Z: 473)56.
»Bastian Balthasar Bux«, brummte er, »wenn ich mich nicht irre, dann wirst du noch manch einem den Weg nach Phantásien zeigen, damit er uns das Wasser des Lebens bringt.«
Und Herr Koreander irrte sich nicht.
Aber das ist eine andere Geschichte und soll ein andermal erzählt werden. (Z: 475)57.
Creo, por tanto, que es esta la finalidad de La historia interminable: demostrar al lector cuáles son los pasos de la escritura creativa, cómo para escribir hace falta la lectura y cómo la lectura permite viajar a Fantasia y volver con el Agua de la Vida que cure tanto al mundo como a nosotros mismos.
Espero haber demostrado en el presente trabajo que la obra de Ende es lo suficientemente profunda como para merecer ser estudiada desde múltiples perspectivas. El enfoque ficcional que aquí planteo es solo uno de los muchos posibles, como parece empezar a reconocer la crítica. En este trabajo, por lo tanto, he pretendido acercarme al mensaje oculto que se encuentra tras las líneas de La historia interminable y analizar el panorama simbólico que Ende construye alrededor de la figura protagonista de Bastián. De este modo, se obtiene que La historia interminable, en un plano alegórico, va mucho más allá de ser una simple novela de aventuras fantásticas, como en más de una ocasión se le ha denominado. La obra de Ende se muestra aquí como una construcción simbólica —gracias a las posibilidades que le otorga la fantasía— del proceso de escritura creativa. Esta alegoría se permite gracias a la intervención de Bastián, quien, gracias a la lectura inicial simboliza al lector universal, y quien, gracias a su introducción en Fantasia, simboliza al autor universal. Ende convierte su obra en un manual para escritores. Y así es como entiendo que el autor alemán quería que interpretáramos su obra, pues son abundantes las referencias textuales que parecen apuntar en esta dirección.
“Me gustaría saber —se dijo—, qué pasa realmente en un libro cuando está cerrado. Naturalmente, dentro hay sólo letras impresas sobre el papel, pero sin embargo... Algo debe pasar, porque cuando lo abro aparece de pronto una historia entera. Dentro hay personas que no conozco todavía, y todas las aventuras, hazañas y peleas posibles... y a veces se producen tormentas en el mar o se llega a países o ciudades exóticos. Todo eso está en el libro de algún modo Para vivirlo, hay que leerlo, eso está claro. Pero está dentro ya antes. Me gustaría saber de qué modo”
Y de pronto sintió que el momento era casi solemne» (17).
22 «Él podría ayudarlos… Y ellos a él. Sería la salvación de todos» (G: 115).
23 «No puede ser» (G: 110).
24 «¡Yo iría a ayudaros si supiera cómo!» (H: 127).
25 «Pero ahora sabía también que tenía que ir a Fantasia para sanar otra vez a ambos mundos» (I: 142).
26 «No puedo […], no sé lo que tengo que hacer. Y además, a lo mejor el nombre que se me ha ocurrido no es el bueno» (K: 165).
27 «¡Hija de la Luna! ¡Voy!» (L: 183).
28 No ahondaré en este concepto teórico por falta de espacio. Para una revisión del mismo, véase Martín Jiménez (2015).
29 «¿es esto el final?” (M: 187).
30 «no […], es el principio” (M: 188).
31 «—Fantasia nacerá de nuevo de tus deseos, Bastián, que se harán realidad a través de mí.
—¿De mis deseos? —preguntó Bastián asombrado.
—Ya sabes —oyó decir a la dulce voz— que me llaman la Señora de los Deseos» (M: 188).
32 «entonces no habrá Fantasia» (M: 188).
33 «el comienzo siempre es oscuro» [la traducción es mía].
34 «Ahora bien, una reunión así no debe imaginarse, naturalmente, como
un congreso de médicos humanos. Desde luego, en Fantasia había muchos
seres que, en su aspecto exterior, eran más o menos parecidos a los
hombres, pero había por lo menos otros tantos que parecían animales o
criaturas de especies totalmente distintas […]. Había médicos enanos con
barba blanca y joroba, médicas hadas, con túnicas relucientes de un
azul plateado y estrellas centelleantes en el cabello; había genios
acuáticos de vientres abultados y membranas natatorias en pies y manos
[…], pero había también serpientes blancas, enroscadas en la gran mesa
del centro del salón, elfos abeja y hasta brujas, vampiros y espectros
que, en general, no eran considerados especialmente bienhechores y
salutíferos» (B: 35).
35 Apréciese el acento gráfico con el que se distingue la Fantasía de Tolkien de la Fantasia de Ende.
36 «Mundo exterior». En la versión Española de Sáenz citada, puede
encontrarse la profecía de Uyulala en las páginas 103-109. Las
traducciones de la misma, al igual que las de otros pasajes en verso,
son mías y no son tomadas de la edición de Sáenz, pues el traductor
forzó la versión para adaptar la rima.
37 «Solo somos figuras en un
libro y hacemos aquello para lo que fuimos inventados. Solo sueños e
imágenes en una historia, así debemos ser como somos, y crear algo
nuevo… de nosotros no puede hacerlo ningún sabio, ningún rey, ningún
niño». En el siguiente subapartado trataré esta incapacidad de creación
que parecen tener los fantasios.
38 «Qué sois los personajes de
Fantasia? ¡Sueños, invenciones del reino de la poesía, personajes de una
Historia Interminable!» (I: 140).
39 «ningún ser de Fantasia puede darle [a la Emperatriz Infantil] un nuevo nombre» (C: 61).
40
«¿Quién puede darle un nuevo nombre a la Emperatriz Infantil? Ni tú, ni
yo, ni elfo ni genio, de nosotros ninguno salvará su vida y ninguno nos
liberará de la maldición, a través de ninguno ella será curada».
41 «—¿Comprendes ahora, Atreyu —preguntó la Emperatriz Infantil—, por
qué tuve que exigir tanto de ti? Sólo mediante una larga historia llena
de aventuras, prodigios y peligros podrías traer hasta mí a nuestro
salvador. Y esa historia fue la tuya» (K: 164).
42 «Tantos como quieras… cuantos más mejor, Bastián. Tanto más rico y variado será Fantasia» (M: 188).
43 «Sólo su verdadero nombre hace reales a todos los seres y todas las cosas» (K: 165).
44 «una historia en la que están contenidas todas las demás» (Q: 246).
45 “—¿Es verdad que estás aquí desde siempre?
—Desde siempre —aseguró Graógraman.
—¿Y el desierto de Goab, ¿ha existido también siempre?
—Sí, también el desierto. ¿Por qué lo preguntas?
Bastián pensó un rato.
—No
comprendo —reconoció por fin—. Yo hubiera apostado a que sólo estaba
aquí desde ayer. […] Todo es muy extraño […]: se me ocurre cualquier
deseo y enseguida sucede algo que concuerda con ese deseo y lo cumple.
No es que lo imaginé, ¿sabes? Jamás hubiera podido inventarme todas las
plantas nocturas distintas de Perelín. Ni los colores de Goab… ¡Ni a ti!
Todo es mucho más grandioso y real de lo que podría imaginar. Y, sin
embargo, todo está ahí cuando lo deseo […]. ¿Todo está ahí sólo cuando
yo lo deseo? ¿O estaba ya antes y únicamente lo adivino de algún modo?
—Las dos cosas —dijo Graógraman.
—¿Pero cómo puede ser? […]
—Señor
—respondió el león serenamente—, ¿no sabes que Fantasia es el reino de
las historias? Una historia puede ser nueva y, sin embargo, hablar de
tiempos remotos. El pasado surge con ella.
—Entonces también Perelín debe de haber existido siempre —dijo Bastián desconcertado.
—Desde el momento en que le diste su nombre, señor —contestó Graógraman—, existió desde siempre” (O: 216)
46 No ocurre lo mismo en otras obras de carácter metanarrativo, como
podrían afirmar Augusto, el personaje unamoniano de Niebla o los
perdidos seres de Seis personajes en busca de un autor, de Pirandello.
47 En parte, esta situación es un reflejo de las características espaciotemporales de Fantasia, cuyo análisis excedería el objetivo y las páginas del presente trabajo. Baste indicar que Fantasia carece de fronteras físicas y, por lo tanto, el concepto de espacio es inexistente en ella. Para un estudio detallado de este fenómeno, véase Acosta (2003).
48 «—¡Gran benefactor! ¡Gran benefactor! ¿Te acuerdas de que nos
salvaste cuando éramos todavía ayayai? Entonces éramos los seres más
desgraciados de Fantasia, pero ahora nosotros mismos estamos hasta la
coronilla. Lo que nos hiciste fue al principio muy divertido, pero ahora
nos aburrimos mortalmente. Revoloteamos de un lado para otro y no hay
nada que nos retenga. Ni siquiera podemos jugar a un verdadero juego,
porque no respetamos las reglas. Al salvarnos, hiciste de nosotros unos
bufones ridículos. ¡Nos engañaste, gran benefactor!
—Mi intención era buena —susurró el muchacho horrorizado.
—¡Sí,
para ti! —gritaron a coro los schlabuffos—. Te encontraste a ti mismo
generosísimo. ¡Pero fuimos nosotros los que lo pagamos, gran
benefactor!» (Y: 383)
49 «Y mientras en los ojos de Bastián, poco a poco, comenzaba a brillar
una fiebre fría, Xayide le habló de una nueva Fantasia, de un mundo que,
en todos sus detalles, se conformaría con la voluntad de Bastián, en el
que podría crear o destruir a su antojo, en el que no habría ya límites
ni condiciones, y en el que toda criatura, buena o mala, hermosa o fea,
necia o sabia, se debería sólo a su voluntad y él, majestuoso y
enigmático, reinaría sobre todos dirigiendo la Historia en un juego
eterno» (V: 328-329).
50 «—[…] Tú buscas el Agua de la Vida. Quisieras poder amar, para volver
a tu mundo. Amar… ¡eso se dice muy fácilmente! El Agua de la Vida te
preguntará: ¿a quién? No se puede amar sencillamente, en general y de
cualquier manera. Sin embargo, tú lo has olvidado todo, salvo tu nombre.
Y si no sabes contestar, no podrás beber. Sólo te puede ayudar un sueño
olvidado que vuelvas a encontrar, una imagen que te lleve hasta la
fuente. Pero para eso tendrás que olvidar lo último que te queda:
tendrás que olvidarte de ti mismo» (Y: 377).
51 «Fantasia entera se asienta sobre unos cimientos de sueños olvidados» (Y: 377).
52
«En la delicada piedra especular —no era muy grande; tenía
aproximadamente el tamaño de una página corriente de libro— se veía
clara y distintamente un hombre que llevaba una bata blanca. En una mano
sostenía una dentadura de escayola. Estaba de pie, y su actitud y la
expresión tranquila y preocupada de su rostro conmovieron a Bastián […].
Mientras
Bastián contemplaba la imagen que tenía ante sí en la nieve, se
despertó en él una añoranza de aquel hombre al que no conocía. Era un
sentimiento que venía de muy lejos, como un oleaje tormentoso en el mar
que, al principio, no se nota, hasta que se acerca más y más y se
convierte por fin en olas poderosas altas como edificios, que lo
arrastran y anegan todo. Bastián se ahogó casi con ese sentimiento y
tuvo que luchar para respirar. Le dolía el corazón, que le resultaba
insuficiente para una añoranza tan grande. Con aquella oleada se
hundieron todos los recuerdos que aún tenía de sí mismo. Y olvidó por
último lo que le quedaba: su propio nombre» (Y: 380-381).
53 «—Las aguas te preguntan —anunció Fújur— si has concluido todas las historias que comenzaste en Fantasia.
—No —dijo Bastián—. En realidad, ninguna.
[…]
—Dicen que, entonces, la serpiente blanca no te dejará pasar. Tendrás que volver a Fantasia y terminarlo todo.
—¿Todas las historias? —balbuceó Bastián—. Entonces no podré regresar nunca. Todo ha sido inútil.
[…]
—Dicen que no hay nada que hacer, a no ser que haya alguien que haga por ti ese trabajo.
—Pero
las historias son innumerables —exclamó Bastián—, y en cada una aparece
siempre otra. Una tarea así no puede acometerla nadie.
—Sí —dijo Atreyu—. Yo puedo» (Z: 391).
54 «pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión».
55 «Bastián comenzó a contar lo que le había ocurrido. Lo contó muy detalladamente y tardó varias horas.
Su padre lo escuchaba como nunca lo había escuchado. Comprendía lo que Bastián le contaba.
Hacia
el mediodía lo interrumpió una vez, pero sólo para llamar a la policía y
comunicarle que su hijo había vuelto y que todo estaba arreglado. Luego
preparó la comida para los dos, y Bastián siguió contando. Era ya de
noche cuando Bastián llegó en su relato hasta las Aguas de la Vida y
contó cómo había querido traer agua a su padre y luego se le había
derramado.
En la cocina era ya casi oscuro. El padre se sentaba
inmóvil. Bastián se puso en pie y encendió la luz. Y entonces vio algo
que nunca había visto antes.
Vio lágrimas en los ojos de su padre. Y comprendió que, a pesar de todo, había podido traerle el Agua de la Vida.
Su padre, en silencio, lo atrajo hacia sí y lo abrazó, y los dos se hicieron mutuas caricias.
Después
de estar sentados así largo rato, el padre respiró profundamente, miró a
Bastián a la cara y empezó a sonreír. Era la sonrisa más feliz que
Bastián le había visto nunca» (Z: 395).
56 “—Entonces, ¿me cree usted? —preguntó Bastián.
—Naturalmente
—respondió el señor Koreander—. Cualquier persona sensata te creería
[…]. Hay seres humanos que no pueden ir a Fantasia […] y los hay que no
pueden pero se quedan para siempre allí. Y luego hay algunos que van a
Fantasia y regresan. Como tú. Y que devuelven la salud a ambos mundos»
(Z: 398-399).
57 «—Bastián Baltasar Bux —gruñó—: si no me equivoco,
les vas a enseñar a muchos el camino de Fantasia para que puedan
traernos el Agua de la Vida.
Y el señor Koreander no se equivocaba.
Pero ésa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión» (Z: 400).
_______________
BIBLIOGRAFÍA
Acosta
Churro, José Pedro (2003): Michael Ende: una nueva dimensión. Estudio
de las categorías espacio-temporales, tesis doctoral, Universidad de
Salamanca.
Berger, Klaus (1988): Michael Ende - Heilung durch
magische Phantasie, Wuppertal, Verlag und Schriftenmission der
Evangelischen Gesellschaft für Deutschland.
Cáceres Blanco, Roberto
(2018): «Una lectura alquímica de La historia interminable», en
Castilla: Estudios de Literatura, 9: 263-292.
Cesare, Elena di
(2015): «La figura del libro in Die unendliche Geschichte di Michael
Ende: da finestra a varco», en Altra Modernità: Rivista Di Studi
Letterari e Culturali, 1: 396-404.
Delgado, Ángel; Donaldo García;
Valentina Truneanu (2001): «El elemento fantástico en la obra de Michael
Ende», en Contexto: Revista Anual de Estudios Literarios, 7: 105-117.
Delgado, Josep Francesc (2017): El món de Michael Ende: vida, obra i antroposofia, Lleida, Pagès Editors.
Ende,
Michael (1988): La historia interminable, traducción al español por
Miguel Sáenz, Barcelona, Alfaguara-Círculo de Lectores.
Ende, Michael (1996): Carpeta de apuntes, traducción al español de Carmen Gauger, Madrid, Alfaguara, 1994.
Ende, Michael (2016): Die unendliche Geschichte, Stuttgart, Thienemann, 1979.
Etten,
Jonas (2013): Schreiben für «das Kind in uns allen»: Metafiktion und
Kindheit bei Michael Ende und William Goldman, Marburg, Tectum Verlag.
Filmer, Kath (1986): «Beware of Nothing: an allegorical reading of Ende’s The neverending story», en Mythlore, 12, 4: 34-36.
Filmer, Kath (1991): «Religion and romanticism in Michael Ende’s The neverending story», en Mythlore, 69: 59-64.
Gronemann, Helmut (1985): Phantasien: Das Reich des Unbewusste, Zürich, Schweizer Spiegel Verlag.
Hocke, Roman; Thomas Kraft (1997): Michael Ende und seine phantastische Welt, Stuttgart, Thienemann Verlag.
Hocke, Roman; Uwe Neumahr (2007): Michael Ende. Magische Welten, München, Henschel.
Kaminski, Winfred (1983): «West German Young People’s Literature since 1965», en New German Critique, 30: 171-194.
Kenfel, Veljka Ruzicka (1993a): Michael Ende: una aproximación crítica a su obra, Barcelona, PPU.
Kenfel,
Veljka Ruzicka (1993b): «Momo y Bastián: volver al romanticismo», en
Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil, 6, 46: 20-25.
Kenfel,
Veljka Ruzicka; Celia Vázquez García; Marta García de la Puerta (1997):
La literatura infantil y juvenil anglogermana de nuestro siglo,
Barcelona, PPU.
Kröll, David (2009): Rettungswege aus der Wirklichkeit? Perspektiven und Gefahren fantasticher Jugendliteratur, Marburg, Tectum.
Martín Jiménez, Alfonso (2015): Literatura y ficción: La ruptura de la lógica ficcional, Berna, Peter Lang.
Schaefer,
Tatjana (2008): «“Do what you wish or wish what you what?”: Michael
Ende’s Fantastica and Rudolf Steiner’s moral imagination», en Papers:
Explorations into Children’s Literature, 18, 2: 28-34.
Stoyan, Hajna
(2004): Die phantastischen Kinderbücher von Michael Ende. Mit einer
Einleitung zur Entwicklung der Gattungstheorie und einem Exkurs zur
phantastischen Kinderliteratur der DDR, Frankfurt am Main, Peter Lang.
Tolkien,
John Ronald Reuel (2009): «Sobre los cuentos de hadas», en Cuentos
desde el Reino Peligroso, Barcelona, Minotauro: 257-324.
SOBRE EL AUTOR
Alberto Ferrera-Lagoa
Alberto
Ferrera Lagoa se graduó en Bioquímica y en Estudios Hispánicos: Lengua
Española y sus Literaturas por la Universidad Autónoma de Madrid y
realizó los másteres de Escritura Creativa (Universidad Complutense de
Madrid) y Literaturas Hispánicas: Arte, Historia y Sociedad (UAM).
Actualmente realiza una tesis doctoral sobre alternancias de estructuras
verbales (UAM) y forma parte del equipo de redacción del Diccionario
histórico de la lengua española (Real Academia Española). Ha realizado
estancias de investigación en el Centro Superior de Investigaciones
Científicas y en la Justus-Liebig-Universität de Gießen (Alemania). Ha
recibido diversas becas, para la colaboración (UAM) y el fomento de la
investigación (UAM). Es secretario de Biblioteca de Babel: revista de
filología hispánica (de la que es cofundador), así como de Philobiblion:
revista de literaturas hispánicas. Sus principales interes de
investigación son la teoría sintáctica y el elemento sobrenatural en la
literatura, área sobre la que ha publicado trabajos en diversas revistas
académicas de calidad. También se ha dedicado a la creación literaria,
con el resultado de varias publicaciones y premios en certámenes y
concursos literarios.
Contact information: Universidad Autónoma de Madrid - Real Academia Española.