Imagen: Portada del libro
¿De dónde surgieron los hombres grises en la obra de Ende? ¿Sabíais que cuando era pequeño le tocó vivir rodeado de ellos en su Alemania natal? Su padre, Edgar, fue un pintor al que esos hombres grises prohibieron pintar porque no entendían las obras que creaba su imaginación, y Micha, el joven Michael Ende, aprendió a crear mundos imaginarios que más tarde nos regalaría en papel.
OPINIÓN
¿Habéis leído Momo o La historia interminable? Si es así, la lectura de este libro seguro que os hace sonreír a pesar de la dureza del trasfondo que contiene.
Marinella Terzi nos brinda la oportunidad de conocer la infancia de uno de los autores favoritos de varias generaciones de niños y niñas: Michael Ende. Es una novelita corta, apenas 69 páginas, pero que nos abren el mundo de la familia Ende, en la que la creatividad y la imaginación campaban a sus anchas hasta que aparecieron los hombres grises, esos hombres malvados que no querían que hubiese diversidad ni fantasía, que llevaban la Nada allá por donde pasaban. Esos hombres grises que fueron los culpables de la destrucción de miles de vidas…
Leyendo sobre la infancia de Micha, como le llamaba en casa, conocemos a Edgar, su padre, un pintor surrealista de cierta fama que guardaba como oro en paño su caja de dibujos, en la que iba guardando las ideas que se le ocurrían para trabajar en ellas posteriormente. Vemos en él a un hombre tremendamente creativo, obligado a callar su arte por la incomprensión de unas personas que querían acallarle no solo a él, sino a toda Europa.
Como contraste, Lise, la madre de Micha, es un personaje fuerte y luchador, quien saca a la familia adelante en los momentos más difíciles y que entiende a la perfección que su marido, el artista, es en el fondo un niño grande al que hay que cuidar porque tiene la cabeza en el mundo de la fantasía.
Aprendemos también la importancia de las palabras, el poder que pueden ejercer en otras personas, tanto para bien como para mal. Nuestro querido Micha, que había heredado el don de entrar en el Reino de Fantasía en su cabeza, hace uso de esas palabras para vencer a un futuro hombre gris, para plantar en él la semilla que quizá un día hiciese de él un hombre, por lo menos, con un poquito de color.
Entre estas páginas veremos referencias indudables a las obras más conocidas de Ende y que, sin duda, se empezaron a fraguar en su infancia, cuando las palabras en su mente eran un refugio ante tanto monocromismo que reinaba a su alrededor. Recomendable para introducir la obra de este autor a nuestros alumnos y trabajar el contexto histórico que rodeó su infancia.
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