La historia de Michael Ende inicia en 1928 cuando huyendo del mal tiempo, Edgar Ende un pintor de Hamburgo, entra buscando refugio en una pequeña tienda en la Bahnhofstrasse de joyería y bisutería; con el correr de las horas y que el tiempo no daba muestras de mejorar, la dependienta del lugar, Luise Bartholoma invita a Edgar a su apartamento en el primer piso, conversan sobre materias literarias, filosóficas, mitológicas y religiosas y Luise encuentra en el pintor, una agradable compañía. El 22 de febrero la pareja contrajo matrimonio.
Michael Andreas Helmut Ende nace en Garmisch-Partenkirchen a las 5.15 p.m., el 12 de noviembre de 1929, a pesar de ser un parto complicado fue un bebé saludable que creció rápidamente, tanto que su traje de bautizo no le quedó a la medida y finalmente no fue bautizado.
Su padre, Edgar Ende, pronto se aburrió de la vida en Garmisch, y se llevó a su familia a la ciudad, donde su trabajo artístico se viera más apreciado, “Garmisch no es un lugar para un artista”, escribió Michael Ende acerca de las ambiciones de su padre “el único lugar para un pintor es Múnich. Así que mi madre guardó silencio y nos trasladamos a la ciudad”. Esa mudanza tuvo lugar en 1931 y la familia se estableció en una villa que había sido del escultor Joseph Flobmann. Las pinturas de Edgar Ende comenzaron a venderse bien y la situación financiera de la familia se mantuvo estable. Los siguientes cuatro años serían de gran felicidad para la familia, pero el interés artístico en Edgar Ende no duraría para siempre.
En 1935 los Ende se mudaron a Schwabing, donde ocuparon un departamento en el cuarto piso. El sitio estaba dividido en un estudio para Edgar, una sala de estar y un dormitorio para la familia. La habitación de Michael contaba con una claraboya desde la cual podía ver las estrellas; dicho lugar sería muy importante para su posterior obra literaria. El niño creció rodeado de un rico ambiente artístico, espiritual y material. Los Ende no tuvieron problemas financieros reales –ni sus amigos-. Y no era extraño que alguno de ellos llegara en mitad de la noche para sostener una charla intelectual. El historiador Friedhelm Kemp llego una vez urgentemente a ver a sus amigos para hablar sobre un poema; Michael Ende describe la situación así “Nos habíamos ido a la cama, porque yo tenía clases al día siguiente (…) y permanecieron sentados en el estudio discutiendo el poema durante toda la noche”. Muchas experiencias como esta conformaron la vida del chico, quien se convirtió en un niño bohemio rodeado de escritores, escultores, y pintores. Su padre mostraba gran interés en cuestiones filosóficas y religiosas, alquimia, mitos hindúes y antroposofía -áreas desaprobadas por el régimen nazi-. Y pasaba horas discutiendo acerca de éstos y otros temas.
Viviendo en esa positiva atmosfera, Edgar experimentó la época más productiva de su carrera. Décadas después, Michael recordaría ese periodo diciendo: “Los amigos venían y se unían a la celebración” (…) Ellos se reunían alrededor de la pintura hasta altas horas de la mañana, yo tenía siete u ocho años de edad y me les unía, era muy feliz”.
Michael era extremadamente apegado a su padre y en los siguientes años, ambos sostendrían conversaciones sobre las pinturas de Edgar y su mundo, las cuestiones esotéricas y religiosas eran el tema favorito; Edgar sentía un profundo respeto hacia la divinidad, pero no se limitaba al cristianismo, sino que su admiración se extendía hacia grandes figuras de otras religiones como el budismo. Luego, cuando el joven Michael comenzó a escribir poesía, sus padres tomaron sus primeros esfuerzos con mucha seriedad, Edgar leyó con todo orgullo los escritos de su hijo a sus amigos; como escritor, Michael Ende tuvo la suerte de tener el apoyo de sus padres desde el inicio.
En Schwabing, la situación financiera de la familia se deterioró por los cambios políticos y en 1936 Edgar fue vetado por el Régimen Nacional Socialista pues pensaban que su trabajo era “degenerado”; sin embargo, continuó su trabajo a puertas cerradas, pero no logró volver a exhibirlo y su ascendente carrera fue cortada abruptamente. La familia entonces tuvo que depender económicamente de Luise quien trabajaba como fisioterapeuta y masajista; este fue el principio del periodo difícil. Muchos de los compañeros y amigos judíos de los Ende, fueron arrestados y conducidos a campos de concentración, Michael aprendió a no hablar del tema en casa.
El rompimiento del matrimonio comenzó a anunciarse, la causa principal era la diferencia de personalidades, Edgar era un hombre silencioso que prefería la soledad de su estudio en donde pasaba horas enteras, Luise era una mujer muy determinada y llena de energía. Con el tiempo, las fricciones fueron insalvables y para no afectar a su hijo, lo enviaron con un familiar esperando que todo volviera a la calma, pero su madre comenzó a vivir más dificultades con Edgar. “Ella tenía una increíble energía y una intensidad muy grande, así que sus emociones se tornaban en agresividad. Eso debe haber sido muy duro para mi padre” Michael Ende la describe como pequeña, pero llena de energía y cuyo carácter fue formado por la temprana pérdida de ambos padres. Luise nació en Neunkirchen en Saarland, oeste de Alemania, pero a los cuatro años se fue a vivir a un orfanato donde aprendió a cuidar de sí misma. “Ella amaba y odiaba con más ferocidad que nadie que yo haya conocido. La pequeña familia absorbía toda su energía (…) para mi padre todo consistía en sus pinturas”. Luise nunca pintó sino hasta los últimos días de su vida, sus trabajos realizados en tempera tratan sobre poéticas escenas de sus memorias de infancia y cuentos de hadas olvidados. Michael Ende conservaría una serie de sus pinturas hasta su muerte, obras que aún pueden verse en el museo del autor en Múnich.
Michael Ende inició la escuela elemental en 1936 y cuatro años después sus padres decidieron mandarlo a la escuela primaria, pasó el examen de admisión a la Escuela de Humanidades Maximilian -escuela primaria en Múnich enfocada a las humanidades-, pero al fracasar en su evaluación de final de año, fue obligado a repetir el curso. Su fallo académico le afectó mucho y pensó en el suicidio “¡Dios mío!” exclamaba cuando le preguntaban acerca de sus días en la escuela, “fui terrible en la escuela, perdía la esperanza en clases, y vivía en constante terror por tener que volver al día siguiente. Para mí, la escuela fue una larga y gris prisión a la que estaba sentenciado por un tiempo indefinible. Los dos últimos años fueron un poco mejor –el curso fue cerrado por los nazis y reabierto después de la guerra-, pero era muy tarde para hacer una real diferencia. Verdaderamente quede traumatizado por la escuela”.
Edgar fue llamado a filas en 1941; normalmente todos los chicos de 12 años eran requeridos para las Juventudes Hitlerianas, pero Michael encontró una alternativa, se enroló en la escuela hípica de las SA en donde aprendió a montar a caballo.
Michael Ende sucumbió por primera vez a la magia de los cuentos cuando escuchó a Fanti, “un alcohólico pintor, el más dotado y excéntrico de los hombres”, quien contaba historias que invariablemente ganaban el afecto y la admiración de todos los chicos. Fanti narraba sus historias como si hubiesen ocurrido hacía mucho tiempo, eran historias llenas de imaginación y también realizaba en recortes de papel, fabulosas ilustraciones. “Quizá pensaba en él -escribió Michael Ende- cuando cree a Lucas el maquinista”. Para el joven Ende, las horas junto a Fanti, estaban tan llenas de emoción y embeleso que perdurarían con gran nitidez en su memoria. Guardó algunos dibujos de Fanti hasta su muerte.
Cuando fue interrogado acerca de su trabajo, Michael Ende mencionó la influencia de Fanti y sus historias de ficción “Mi verdadera educación fue impartida por uno de los vecinos –un anciano muy excéntrico-. Era pintor como mi padre, y toda su casa estaba llena de pinturas sacadas de cuentos de hadas. También era comunista y tenía una terrible bizquera, tanto que se disparó a sí mismo por error. Los chicos en el vecindario se le aferraban como lapas, pero él nunca se quejaba. Crecí en medio de travesuras, en una ocasión descarrilamos un tranvía y Fanti nos regañó por nuestro crimen, calculando el castigo que merecíamos por nuestras acciones, trajo su cucharón y repartió golpes a todos, nosotros fingimos aullar de verdadero dolor, pero en realidad él no nos golpeó, y aunque simulamos estar mortalmente ofendidos, realmente lo amábamos. Rememorando, aquellos fueron los años más felices de mi infancia”.
La estadía de la familia en la vieja villa de Joseph Flobmann fue el periodo clave en la formación de Michael, pues además de Fanti, tomó contacto con una familia de circo que buscaba refugio en la casa contigua, muy pobres para rentar su propia casa, se hospedaban con Hildegard Buchner, cuyos cuatro hijos aprendieron trucos de magia y acrobacia, los payasos también les enseñaron sus costumbres y así cada acto, hasta el más simple, era disfrutado enormemente por los chicos quienes todo lo hacían con gran entusiasmo. Para Michael, el performance se convirtió en la obra cumbre del artista, un trabajo como el del caminante de la cuerda floja o del payaso, responsables de una creación que no tiene ningún `objetivo´.
La búsqueda de Michael de un mundo mágico se vio reflejado en su producción literaria a través de novelas, historias cortas y poesías. Guiando a sus lectores a través de nuevos modos de ver y vivir el mundo y creyendo que es necesario unir el disparatado mundo de la vida moderna con la poética mitológica. En línea con la tradición romántica, su búsqueda se convierte en una historia que conjura la esencia del mundo que conocemos. Sus actitudes lo convierten en un mago y un prestidigitador.
En sus escritos o en las largas conversaciones con sus amigos, Michael Ende habla de su búsqueda para combatir la falta de sentido de la vida. En
La historia interminable, la Nada intenta destruir Fantasia y Ende percibe un peligro similar en la sociedad moderna; cree que el arte y la cultura tienen el poder de cambiar el mundo y hacer de él, un lugar más fácil y agradable para vivir. Como escritor el encontrarse a sí mismo ocurrió al plantearse tres grandes interrogantes: ¿de dónde vine?, ¿quién soy? y ¿qué estoy haciendo?
Luego de que
Jim Botón apareciera en 1960 y ganara el Premio al Libro Infantil Alemán, la situación financiera y la carrera de Michael Ende sufrieron un cambio dramático, después de la ceremonia de premiación el autor se embarcó en su primer viaje fuera por seis semanas.
Michael y su madre encontraron un nuevo apartamento en la esquina de las calles de Sieffried y Herzog y se mudaron inmediatamente, ese año
Jim Botón y Lucas el maquinista fue nominado al premio Hans Christian Andersen y recibió el Premio de Literatura de la ciudad de Berlín. El segundo libro que llevó por título
Jim Botón y los trece salvajes, fue publicado en 1962, ambos libros fueron transmitidos en radio y televisión por el Ausburg Puppet Theatre y traducidos a numerosos idiomas.
Michael dio fin a su trabajo en radio para continuar con su ambición original: escribir. Durante ese tiempo trabajo en su obra teatral
Die Spielverderber. Michael y Luise nuevamente se mudaron ahora a la Ainmillerstrasse pues el apartamento anterior era muy ruidoso. En 1963 Edgar Ende es galardonado como miembro honorario de la Academia de Artes de Múnich, durante ese año él y su compañera Lotte Schlegel se mudan a Netterndorf cerca de 30 km al oeste de Múnich.
Mientras tanto, Michael e Ingeborg Hoffman frecuentaban Roma y ambos sentían una fascinación creciente por la ciudad, así que gracias a su nueva estabilidad económica él decide proponerle matrimonio a Ingeborg luego de once años de tener una relación. El 7 de agosto de 1964 contraen matrimonio en la Colina Capitalina, sus padrinos fueron Walter Sedlmayr actor y amigo de Ingeborg y Nina Adler amiga de Michael desde la escuela de teatro de Múnich. Ingeborg se muda a la casa de Michael, pero su relación con Luise no es muy buena.
En diciembre de 1965 Michael visita a su padre en navidad en Netterndorf y al regresar a Múnich a la tarde siguiente recibe una llamada de Lotte quien le informa que Edgar sufrió un ataque cardíaco y murió. El funeral tuvo lugar en Antholing y asistieron amigos, vecinos y mandatarios de Múnich, Edgar dejó todo a Lotte pero Michael emprendió un proceso, al final él y Luise recibieron la parte que les correspondía de herencia.
Al siguiente año en 1966 Michael compró una casa de 550 años de antigüedad que requería de múltiples y necesarias reparaciones en Mangfall Valley a 30 km al sur de Múnich. El plan era dividir la casa en tres apartamentos, uno para Luise, otro para Helmut Ende (tío de Michael) y el otro para él e Ingeborg. Por cuatro años la pareja trabajó día y noche para reparar la casa y dejarla habitable. En 1968 quedó lista pero la renovación consumió sus recursos, además la presentación en 1967 del
Die Spielverderber fue un desastre, aunque se convirtió en una de las piezas favoritas de los grupos de estudiantes ningún teatro lo llevó a escena. Diez años después la K. Thienemanns Verlag lo publicaría como una versión revisada e ilustrada por Rolf Rettich.
Michael e Ingeborg pasaron su primer invierno en la casa de campo y descubrieron que esa vida no era para ellos, dos años después en 1971 Michael pone en venta la casa. Ingeborg escucha de una amiga acerca de la idílica vida en Roma y finalmente la pareja compra 3000 metros cuadrados en Genzano, 25 kilómetros al sur de Roma y cerca de las colinas albanas, situada en el Valle dei Spiriti Beati, la llamaron Casa Liocorno (Casa del Unicornio), tuvieron muchas mascotas: perros, gatos y tortugas; agradecido con el estilo de vida y clima italianos, Michael decide dedicar el libro
Momo, a la ciudad de Roma.
Su traslado a Roma le trajo algunos detractores pues si antes ya se decía que su obra incitaba al escapismo de la realidad, eso había “quedado confirmado” con su traslado. Cansado de justificarse a sí mismo y a su trabajo se encontró con un clima artístico más tolerante y libre en Italia y durante sus quince años de estancia en el país, participó en numerosas reuniones literarias convirtiéndose en una de las principales figuras del país. Además, su visión alemana se vio influenciada por la cultura italiana, reconsideró sus raíces y se convenció de que todo autor necesita pasar un tiempo fuera de su lugar de origen, vivir otra cultura y verse con otros ojos, descubriendo lo positivo y negativo de su cultura.
Michael visitaba regularmente a Luise y ella solía pasar temporadas de un par de semanas en Genzano hasta el 25 de junio de 1973 cuando murió de cáncer de estómago en su apartamento de Ainmillerstrasse a los 80 de edad, el funeral tuvo lugar en Nordfriedhof, Múnich. El libro
Momo fue publicado un año después.
El 11 de octubre, solo cuatro años después de la muerte de Luise, se publica el primer artículo sobre Momo en el
Die Weitt, ocupando una página completa se titulaba “Cuento de hadas sobre el tiempo robado. El siguiente año Michael fue galardonado con el Premio al Libro Juvenil Alemán por
Momo, nominado al Premio al Libro Juvenil Europeo y traducido a más de 20 idiomas. Poco a poco el libro ganó popularidad
Desde niño, Michael Ende sentía fascinación por Japón, amaba las historias de Lafcadio Hearn (leyendas japonesas e historias de fantasmas) y en 1959 escribió una obra inspirada en el material de Hearn, titulada
Die Päonienlaterne (La lámpara de peonia) escrito para radio que nunca se transmitió.
Se interesaba en Japón por considerarlo un completo “otro”, los japoneses con su lenguaje y escritura tan diferentes a los alemanes debían crecer con una conciencia diferente, una visión alternativa del mundo. Sus estudios del zen incrementaron el deseo de conocer más de cerca esa misteriosa cultura, particularmente estaba interesado en la manera cómo cada día las circunstancias se convertían en un intrincado ritual como el de la ceremonia de té y contrastaba las tradiciones del antiguo Japón con la moderna sociedad alemana. Michael Ende pronto ganó seguidores en Japón, quizá debido a su crítica de la sociedad moderna industrial y en 1993 vendió cerca de dos millones de copias de
Momo y
La historia interminable.
Conoció por primera vez a Mariko Sato en 1976, ella se había trasladado a Alemania en 1974 y encontrado trabajo para la Librería Internacional Juvenil de Múnich, después de conocerse en la Feria de Literatura Infantil de Bologna, Sato tradujo algunos libros de Ende al japonés y lo ayudó a resolver algunas de sus dudas sobre la cultura japonesa. De 1977 a 1980 Michael Ende y Mariko Sato trabajaron juntos en una traducción al alemán de diez cuentos japoneses escritos por Kenji Miyazawa, este trabajo no se publicó, pero a raíz de ello se convirtieron en amigos. Sato acompañó a Ende en varios viajes a Japón, el primero ocurrió en 1977 e incluyó visitas a Tokio y Kioto, Michael experimentó por primera vez el teatro Kabuki y el Noh, quedando gratamente impresionado por el drama tradicional japonés, también aprendió algo del arte de la arquería y asistió a un templo Zen.
El 3 de febrero de 1985
Der Goggolori (El Goggolori), obra teatral escrita en conjunto por Michael Ende y Wilfried Hiller, fue premiado por el teatro Gärtnerplate de Múnich; dirigido por Friedrich Meyer-Oertel ganó la admiración de los críticos y los amantes del teatro.
El Goggolori se convirtió en uno de los más representados en los operas alemanas del periodo posterior a 1945.
Ese mismo año Michael Ende y Joseph Beuys trabajaron en un simposio organizado por la Achberg Educational Institute, los controversiales debates tuvieron una duración de todo un fin de semana y fueron presenciados por cerca de cien personas en el auditorio de la escuela Waldorf en Wangen; una transcripción fue publicada bajo el título Kunst und Politik (Arte y Política)
En términos profesionales, Michael Ende tenía un gran éxito pero la fatalidad había de hacerse presente. El 27 de marzo de 1985 Ingeborg Hoffmann repentinamente falleció debido a una embolia pulmonar que tomó por sorpresa a todos. El día anterior junto con unas amistades, Ingeborg fue al cine en Genzano para ver la película La historia interminable, cabe destacar que ella nunca estuvo de acuerdo en su realización; cuando regresó a la villa, se fue a la cama y no volvió a levantarse. Genzano había sido su verdadero hogar, amaba el estilo de vida italiano. “Solamente dejaré esta casa cuando me saquen con los pies por delante”, solía decir. Sus restos descansan en el cementerio católico en Roma, cerca de la pirámide donde yace Hans Christian Andersen y el hijo de Goethe.
Michael Ende se encontró devastado por la muerte de su esposa, Ingeborg había sido su compañera y maestra artística y literaria; su apego por la verdad y la autenticidad fueron su mayor herencia. Luise Rinser una cercana amiga de Ingeborg, en
Im Dunkeln singen (Cantando en la oscuridad) escribió: “si no estuviera tan trastornada con el funeral, podría decir: ella fue la persona más noble que he conocido”.
Tras 14 años en Genzano, Ende vendió Casa Liocorno y regresó a Múnich a vivir con su tío Helmut Ende en un apartamento del Parque Arabella. Poco después Jörg Krichbaum condujo una serie de entrevistas con Michael referentes a Edgar Ende, su trabajo y su relación familiar, la K. Thienemanns Verlag publicó esas conversaciones en un libro titulado
Archäologie der Dunkelhelt (Arqueología de la oscuridad)
Para Michael Ende establecerse nuevamente en Múnich sin su compañera no fue fácil, entró en contacto con antiguos amigos e intentó conocer gente nueva, la literatura y el arte se convirtieron en el eje de su vida. Poco después de vender la villa en Genzano, Michael ganó el Friendship Prize de Roma, para Ende este fue el final de una era.
El 12 de junio de 1985 Michael junto con otros escritores, artistas y gente que gustaba de la literatura formaron un grupo literario llamado
Der Pagat (El Pagad) el primer contacto tuvo lugar en el restaurante Schwarzawälder en Múnich y se vio conformado por Reinhard Low, Ludwing Angerer Senior, Peter Boccarius, Wilfied Hiller, Roman Hocke y Jörg Krichbaum; con las ideas del colectivo reunidas en toda una década de trabajo, el mes de enero de 1996 se inauguró el Centro para las Artes Visionarias en Bohn, participando 40 artistas y escritores incluido Ludwing Angerer, Ernst Fuchs, Gisbert Haefs y Herbert Rosendorfer; para ese entonces Michael Ende ya había fallecido.
En 1986 una antología de sus canciones,
Trödelmarkt der Träume. Mitternachtslieder und leise Balladen (Mercadillo de sueños) fue publicado por la Weitbrecht Verlag. Mientras en Múnich, Ende conoció a Mariko Sato su traductora al japonés, haciéndose grandes amigos. Ese mismo año, fue invitado al congreso anual de la JBBY (Comité Japonés para la Literatura Internacional Infantil) en Tokio en donde dio lectura a Sobre el eterno infantil, la primera explicación detallada de su visión artística. 1989 marcó el inicio de la exhibición de Edgar y Michael Ende en Tokio, Otsu, Miyazaki, Nagasaki, Osaka, Nagoya y Fukuyama; por invitación del Shimbun, un diario japonés, Michael Ende fue a la inauguración de la misma convirtiendo su tercer viaje a Japón en dos meses en compañía de Mariko Sato.
El siguiente año se estableció la exhibición en el museo Kurohime Dowakan, en la ciudad de Shinano y Ende donó objetos personales y cartas para la colección. El 23 de octubre de 1992 el escritor hizo su viaje final a Japón acompañado de su ahora segunda esposa Mariko Sato, con quien contrajo matrimonio el otoño de 1989. En celebración del millón de ventas de
Momo viajo a Kanazawa, Hamamatsu y otras ciudades en busca de novedades, siempre intentando imbuirse en la cultura japonesa y comprender lo más posible, Ende opinaba que la cultura tradicional japonesa era como un haiku; obtuvo una mayor comprensión del teatro Noh y el Zen y dijo “Al mismo tiempo que amo y admiro estas cosas, amo mis ideas y sé que escribir no volverá a ser lo mismo después de esto”
En 1988 Michael Ende y Friedrich Meyer-Oertel producen
The hunting of the Snark (La cacería del Snark) y son premiados con el Príncipe Regente del Teatro en Múnich; Ende y Hiller son comisionados para escribir la ópera para el Teatro Estatal de Bavaria basándose ligeramente en el poema homónimo de Lewis Carroll, la producción fue dirigida por Carl Heinz Erkrath; pero el crítico alemán Joachin Kalser escribió una mordaz nota en el diario
Söddeutsche Zeitung, la obra no fue puesta en escena de nuevo; sin embargo, el libreto se publicó por la Weitbrecht Verlag con un prólogo de Herbert Rosendorfer.
Das Gauklermärchen fue estrenado el 4 de septiembre de 1988 como una ópera con música de Derhard Konzelmann, en la Opera House en Colonia, convirtiéndose en una sola presentación. Michael Ende recibe el Premio Cultural del Banco Bávaro Raiffeisenbanken el 1 de abril de 1988. La SWF Baden-Baden llevo a la televisión el
Trödelmarkt der Träume con canciones de Michael Ende interpretadas por Angelo Branduarti, Joana Emetz, Joyce Faber, Astrid Jakob y Hana Zagorawa.
En mayo de 1988, Ende descubrió que su contador lo había defraudado por varios millones de marcos, así que acudió al banco y vendió algunos artículos propios y de su padre, también sus editores lo ayudaron a minimizar el desastre; al final su nuevo contador logró estabilizar la situación. El siguiente año, el
Der Satanarchäolügenialkohöllische Wunschpunsch (El ponche de los deseos) se convertía en bestseller alemán en pocas semanas y acaparaba la atención internacional.
En los primeros años de la década de los 90, Michael Ende aparece en el programa
Der grosse Preis, de Wim Thoelke atrayendo a mucha audiencia televisiva, el autor tuvo la oportunidad de hablar sobre su nueva novela
El ponche de los deseos.
Este fue un año muy importante para Ende, en marzo el canal de televisión japonés HNK le ofrece trabajar en una serie sobre Einstein, en la cual Ende explicaba las implicaciones de las teorías del científico; la serie constaba de cinco episodios de 90 minutos y le mantuvo ocupado desde enero hasta abril, fue presentada en Japón y Baviera.
La colección de historias cortas La prisión de la libertad
se publica en agosto de 1992, cada historia en sí misma es una
perspectiva narrativa y un estilo diferente. Al siguiente año de su
publicación, surge el libro ilustrado La leyenda de la luna llena con ilustraciones de Binette Schroeder, entre ambos libros vendieron 15 millones de copias.
El
trabajo de Michael Ende fue ignorado por los críticos literarios
alemanes, sus libros tendían a ser clasificados “para niños”, aún si el
volumen iba dirigido al público adulto. Ende explicó la situación así:
“puedes entrar a un salón literario por cualquier puerta que elijas:
desde una prisión, un psiquiátrico, incluso desde un burdel, pero dentro
del salón existe una puerta cerrada, la puerta de la estancia
infantil”.
En
las raras ocasiones que los críticos mencionaban a Ende, se referían a
él mordazmente como “el fenómeno Ende”, nadie intentó involucrarse
seriamente en su trabajo a nivel literario.
En 1994 se publica Carpeta de apuntes
una colección de cuentos, ensayos, meditaciones y poemas de su trabajo
no publicado; esta era la primera vez que rompía con su tradición al
incluir material personal.
En el otoño del mismo año se publica La escuela de magia una colección de cuentos para niños ilustrado por Bernhael Oberdieck. Meses después aparece Der Ratternfänger Ein Hameliner Totentanz
ópera sobre la tradicional historia del flautista de Hamelin
adicionando un aspecto monetario y al Rey de las ratas como uno de los
personajes principales. La música corría a cargo de Wilfried Hiller y el
Flautista era interpretado por el clarinetista Giora Feidman; se
presentó en Hamelin y Kiel, fue premiado en Dartmann y el libreto
publicado por la Weitbrecht Verlag.
En junio de 1994 se le diagnosticó cáncer y fue intervenido quirúrgicamente en una clínica de Múnich, tras recuperarse de la operación, comenzó un ciclo de quimioterapia que finalizó en enero de 1995, año en que inició también un nuevo proyecto titulado
Mamonella oder Geist in der Flasche (Mamonella o el genio de la botella) comisionado por el Teatro Estatal de Bavaria –pero la pieza nunca fue terminada-. Lejos de la publicidad, celebró su cumpleaños número 65 rodeado de sus amigos; admiradores de todo el mundo festejaron también.
Su salud se deterioró dramáticamente y los tratamientos médicos convencionales no pudieron hacer nada por él, así que probó con la medicina antroposófica en el Hospital Filder de Stuttgart; su condición mejoró lo suficiente para hacerle regresar a su casa en junio, sin embargo, el cáncer aún progresaba. Michael Ende falleció a las 19:10 hrs. del día 20 de agosto de 1995, tranquilo por su inminente deceso, había expresado: “existen uno o varios mundos más, no detectados por nuestros sentidos, pero tan reales como el nuestro, o quizá más”
Su funeral tuvo lugar el día 1 de septiembre en Múnich, en el cementerio Waldfriedhof. Siguiendo sus deseos, las notas del
Ave verum corpus de Mozart y la
Danza de los espíritus bienaventurados de Gluck, se escucharon durante la ceremonia que concluyó con una representación del coro final de
El Goggolori “La vida es corta y muy pronto vendrá la muerte, sin embargo, la vida es la gracia del Cielo”. La tumba de Michael Ende se distingue por contar con una escultura de bronce de un libro abierto del cual emergen varias criaturas imaginarias, obra de Ludwig Valentin Angerer.
El 12 de noviembre de 1995 tuvo lugar un servicio memorial en honor de Michael Ende en el Teatro Estatal de Múnich, participando Angelo Branduardi, August Everding, Heinz Friedrich, Heino Hallhuber, Wilfried Hiller, Herbert Rosendorfer y muchos otros amigos, escritores, artistas, músicos y actores que trabajaron con él.
A manera póstuma Michael Ende ganó en 1996 el premio Kurt Lasswitz por la mejor historia corta con
Der lange Weg nach Santa Cruz (El largo camino a Santa Cruz). En la Casa de la Literatura en Múnich se presentó del 19 de junio de 1997 al 21 de septiembre del mismo año, una exhibición sobre el trabajo de Michael Ende titulada: Michael Ende und seine phantastische Welt (Michael Ende y su fantástico mundo). Además, el Museo de Ende fue establecido en la Biblioteca Juvenil Internacional de Múnich.