29.1.21

Diccionario de Fantasia -N-

Nada: descrita por primera vez por Úckuck el diminutense, en el Bosque de Haule como “si uno se quedara ciego al mirar ese lugar”. Se dice que, si alguien pone el pie o la mano dentro, este desaparece de pronto, aunque no es doloroso. La Nada tiene un poder irresistible, una gran fuerza de atracción tanto más intensa cuanto mayor es el lugar invadido, algunos fantasios se tiran dentro intencionalmente. Cuando Atreyu se acerca demasiado a la Nada, se torna en color gris, tanto él como su ropa. Mientras la Emperatriz Infantil se encuentra enferma, la Nada invade Fantasia y se traga países enteros.
La concepción oriental de la nada, no es la negación absoluta, la muerte de todo, sino la indiferenciación, es decir, la carencia de oposiciones y contrastes y, por consiguiente, la ausencia de color y de dinamismo. En cada transformación de la realidad, en cada crisis, sufrimiento, metamorfosis, en cada cambio de forma, el abismo de la nada es atravesado y se hace visible durante un instante místico, pues nada puede cambiar sin producirse el contacto con esa región del ser absoluto que los místicos orientales llaman la nada. Un anagrama cabalístico ratifica esa identificación al comprobar que «nada», en hebreo Ain, tiene las mismas letras que «yo», Ani.
[La historia interminable]


Nepomuk: medio dragón de cabeza gorda con dos enormes ojos redondos; cabeza como de rinoceronte con pequeñas manchas amarillas y azules. Cuerpo pequeño blando y cola delgada como de cocodrilo pequeño. Su padre era dragón, pero su madre hipopótamo. Se convierte en guarda de las grandes Rocas Magnéticas en el Mar de los Bárbaros y con la ayuda de Uchaurichuuum crea el cristal de la eternidad.
[Jim Botón y Lucas el maquinista]


Nicola: fuerte albañil, con un gran mostacho negro e hirsuto. Amigo de Momo.
[Momo y los ladrones del tiempo]


Nicolás Roba: maestro ladrón del Reino Izquierdo que debe robar la sopera del Reino Derecho.
[La historia de la sopera y el cazo]


Nikolaus Hornleiper: rico comerciante de la ciudad de Augsburgo, de más de cincuenta años, su esposa muere en una epidemia y él se casa con una joven de dieciocho años; es un hombre honrado pero grosero y violento. Padre de Jerónimo.
[La meta de un largo viaje]

Nino: hombre delgado que siempre parece cansado. Es tendero y amigo de Momo y Nicola.
[Momo y los ladrones del tiempo]


Nochedesufrimientos: sombra que se adhiere a la señorita Ofelia.
[El teatro de sombras de Ofelia]


Norberto Nucagorda: rinoceronte que vive en mitad de la estepa africana, en las cercanías de una charca cenagosa, es muy desconfiado y ve en cualquiera a un enemigo, es muy irritable y agresivo. Engañado por Carlitos Garraqueagarra, se despoja de su armadura y huye despavorido de la estepa.
[Norberto Nucagorda]


Nuncajamás: sombra que se adhiere a la señorita Ofelia.

[El teatro de sombras de Ofelia]

Diccionario de Fantasia -M-

Maddalena Bo: ultima descendiente del conde Fulvio di Baranova, señorita de más de ochenta años que vive sola en el palacio casi vacío, comunista convencida que se gana el sustento zurciendo media de la guardia suiza del Vaticano
[El pasillo de Borromeo Colmi]


Maledictus Oruga: encargado personal de Su Excelencia Infernal; de rostro inexpresivo y pálido, casi blanco, ojos descoloridos y un poco saltones sin parpados, en la cabeza tiene un par de pequeñas protuberancias rojas, viste de negro de los pies a la cabeza incluido el sombrero y el maletín. Se presenta para advertir a Sarcasmo y Tirania que deben cumplir con sus cuotas de maldades antes de terminar el año, en caso contrario, serán secuestrados.
[El ponche de los deseos]


Mamá perra: le lleva el muñequito a sus siete cachorros para que jueguen con él hasta que el dueño de los perritos descubre al muñequito y lo tira a la basura.
[El muñequito de trapo]


MAP: Montón de Algas Podridas, nombre del sitio donde viven las numerosas moscas que se creen los seres más importantes del mundo; nombre también de su equipo de futbol.
[Filemón el arrugado]


Margarita Horriblegrita: hiena que está en contra de todas las propuestas de la junta animal.
[Norberto Nucagorda]


Mar de Hierba: situado detrás de los Montes de plata, a muchos días de camino de la Torre de Marfil, es una pradera tan ancha, plana y grande como el mar. Una hierba jugosa crece en ella hasta la altura de un hombre y, cuando el viento la acaricia, las olas la recorren como si fuera el océano y murmura lo mismo que el agua. El pueblo que allí vive se llama «los hombres de hierba» o también «los pieles verdes».
[La historia interminable]


Mar de los Bárbaros: lugar en donde se encuentra el gran imán que provee de iluminación al mar pero que también atraía barcos con una fuerza tremenda que acababan estrellándose contra el imán. Si intentaban virar y huir, el imán arrancaba los clavos y las partes de hierro del barco, de forma que éste se rompía en pedazos y se hundía irremediablemente. Hoy día todos los lobos de mar lo saben y toman sus precauciones para no entrar en el mar de los Bárbaros.
[Jim Botón y los 13 salvajes]

 

Mar de Niebla: también llamado Skaidan, gigantesco océano de vapor blanco que separa Fantasia en dos partes. Sus olas blancas se mueven muy lentamente y sus corrientes y remolinos giran tan imperceptiblemente como las agujas de un reloj. La profundidad de Skaidan no la ha averiguado nadie aún, ni tampoco de dónde procede aquella monstruosa masa de niebla. Es verdad que se puede respirar perfectamente bajo su superficie y que, desde la costa, donde la niebla es todavía relativamente poco profunda, se puede andar un trecho por el fondo del mar, pero sólo amarrado a una soga de la que pueda ser uno remolcado. Efectivamente, la niebla tiene la cualidad de hacer perder, al cabo de corto tiempo, todo sentido de orientación. Muchos audaces o imprudentes han muerto en el transcurso del tiempo intentando atravesar Skaidan solos y a pie. Sólo unos cuantos han podido ser salvados. La única forma de poder llegar al otro lado del Mar de Niebla es la de los yskálnari: con sus barcos de juncos, movidos por la imaginación de sus tripulantes.
Su sentido simbólico corresponde al del «océano inferior», al de las aguas en movimiento, agente transitivo y mediador entre lo no formal (aire, gases) y lo formal (tierra, sólido) y analógicamente, entre la vida y la muerte. El mar, los océanos, se consideran así como la fuente de la vida y el final de la misma. «Volver al mar» es como retornar a la madre, morir.
[La historia interminable]


María: niña amiga de Momo.
[Momo y los ladrones del tiempo]
 

Massimo: niño gordo, con voz aguda, amigo de Momo.
[Momo y los ladrones del tiempo]


Maurizio di Mauro: presume ser un cantor de cámara, descendiente de una noble familia italiana pero su nombre verdadero es Félix, un gato pequeño y sumamente gordo, de pelaje pardo, negro y blanco. Es enviado por el Consejo Supremo de Animales a vigilar a Belcebú Sarcasmo, junto con Jacobo Osadías logra salvar la noche de San Silvestre y con ello al mundo entero.
[El ponche de los deseos]


Max: amigo de Lena que usa un aparato de ortodoncia y tiene un gato negro llamado Zorro.
[El secreto de Lena]


Max Muto: viajero por el mundo del sueño. Visita a la Vieja Cortesana para pedirle un libro, a cambio del cual, ella le encarga realizar una expedición e informe sobre la Ciudad Perfecta.
[Max Muto, viajero por el mundo del sueño]


Mayestril: viento del oeste, de nubes color rojo fuego.
En la mitología griega, Céfiro es el viento del oeste, hijo de Astreo y Eos. El más suave de los cuatro vientos, conocido como el fructificador y mensajero de la primavera. Su equivalente en la mitología romana era Favonio quien dominaba plantas y flores. Era representado como un hombre joven, imberbe y descalzo
[La historia interminable]


Menge: profesor de Bastián en la materia de Gimnasia.
[La historia interminable]


Miedoscuro: sombra solitaria que conoce a la señorita Ofelia en la iglesia.
[El teatro de sombras de Ofelia]


Minroud: la Mina de las Imágenes, donde reina la oscuridad y el único que puede ver en sus profundidades es Yor. En este sitio se encuentran los sueños de los humanos que, se depositan en capas cada vez más profundas dentro de Fantasia. Alrededor, sobre la superficie nevada se encuentran las más variadas imágenes que el minero ha sacado a la luz, tableros delgados semejantes al vidrio transparente en todos los tamaños y formas, dispuestos por su tamaño aproximado en innumerables filas, un ruido demasiado fuerte y las imágenes se hacen añicos.
Entre las imágenes sobre la nieve, se encuentran figuras embozadas que parecen flotar en un gran nido de pájaros (Edgar Ende), relojes que se funde como el requesón (Dalí), burros con toga de juez, muñecas articuladas que destacan sobre fondos chillonamente iluminados y vacíos (Giorgio de Chirico), rostros y cabezas compuestos totalmente de animales y otros que forman paisajes (Arcimboldo), hombres que siegan campos de maíz y mujeres que se sientan en un balcón, pueblos de montaña y paisajes marineros, escenas bélicas y funciones de circo, calles y habitaciones, y siempre rostros, viejos y jóvenes, inteligentes y bobos, de bufones y de reyes, sombríos y alegres. Imágenes terribles, de ejecuciones y danzas macabras (Pieter Brueghel), e imágenes divertidas de damiselas sentadas sobre una morsa o de una nariz que se pasea y a la que todos los transeúntes saludan.
La mina de las imágenes es un símbolo del subconsciente cuya expresión más importante son los sueños.
[La historia interminable]


Misraim: la Ciudad de las Sombras. Consiste en un sistema de catacumbas pasillos, túneles y escaleras ilimitadas, con nichos de reposo para sus habitantes y espacios destinados a cada necesidad de los mismos, construida en un material muy oscuro y pesado de donde el pueblo obtiene su alimento.
Según el Génesis, Misraim, hijo de Cam y descendiente de Noé se estableció en la región de Egipto que, a partir de entonces recibió el mismo nombre para los hebreos.
[Las catacumbas de Misraim]


Molly: pequeña locomotora, hija de Emma que, le es asignada a Jim Botón y lo acompaña hasta el Mar de los Bárbaros en donde es raptada por los 13 salvajes y rescatada por Sursulapitchi y Uchaurichuuum quien, ayudado por Nepomuk la modifica con cristal de la eternidad.
[Jim Botón y los 13 salvajes]


Momo: pequeña y delgada niña, que ni con la mejor voluntad se puede decir si tiene ocho años o  doce años. Tiene el pelo muy ensortijado, negro como la pez, y con todo el aspecto de no haberse enfrentado jamás a un peine o a unas tijeras. Ojos muy grandes, muy hermosos y también negros como la pez, y unos pies del mismo color, pues casi siempre va descalza. Sólo en invierno lleva zapatos de vez en cuando, pero suelen ser diferentes, y además le quedan demasiado grandes. Su falda está hecha de muchos remiendos de diferentes colores y le llega hasta los tobillos. Encima lleva un chaquetón de hombre, viejo, demasiado grande, cuyas mangas se arremanga alrededor de la muñeca. Su mayor cualidad es saber escuchar con atención. Vive en el anfiteatro de la ciudad y se enfrenta a los Hombres grises con la ayuda de Casiopea y el Maestro Hora.
[Momo y los ladrones del tiempo]


Monjes del conocimiento: viven en Guigam el Monasterio de las Estrellas, son fantasios que deben romper todo lazo con su país y familia de origen, su vida es dura y abnegada, dedicada exclusivamente a la sabiduría y al conocimiento, son lo más escogido entre los seres más inteligentes de toda Fantasia y van vestidos con un sayal pardo oscuro.
[La historia interminable]


Montaña del cuerno: una montaña alta y bastante empinada de cumbre redonda, con aparentes rocas agrietadas que en realidad son enormes placas de cuerno, en cuyas grietas y hendiduras crece el musgo. Se le llama así, aunque en realidad se trata del caparazón de la vetusta Morla.
[La historia interminable]


Montañas del Destino: las mayores y más altas de toda Fantasia, su cumbre más formidable llega literalmente hasta los cielos. En aquella región de hielos eternos no se atreven a adentrarse ni los más arriesgados alpinistas. O, dicho más exactamente: las Montañas del Destino sólo pueden ser vencidas por un escalador cuando el anterior ha sido olvidado por completo y no hay tampoco inscripción alguna, en piedra o en bronce, que lo recuerde. Por eso, todo el que lo logra es siempre el primero. Terminan en una meseta y en alguna ocasión, la Montaña Errante se situó en su cumbre.
En general, la montaña está asociada a la idea de meditación, elevación espiritual, la «montaña blanca» además, simboliza la inteligencia y pureza, este era el carácter dominante del Olimpo, la montaña suprema, celeste, es considerada asimilada al principio o número uno.
[La historia interminable]


Montaña de los Túneles: lugar donde habitan los Comerrocas, les provee de alimento y material para herramientas, utensilios y vehículos. Sus habitantes son muy frugales en su comer y un solo bocado les basta para semanas y meses, la montaña es muy grande pero debido a esta situación parece un gigantesco queso de Emmental llena de agujeros y cavernas.
[La historia interminable]


Montaña Errante: pequeña montaña de aspecto peculiar, bastante estrecha y alta, semejante a la Torre de Marfil, pero de un azul luminoso. Se compone de varios picachos de formas extrañas, que se elevan hacia el cielo como gigantescos carámbanos de hielo invertidos. Aproximadamente a la mitad de la altura de la montaña, descansando sobre tres de aquellas puntas, hay un huevo del tamaño de una casa. Formando un semicírculo en torno a ese huevo y detrás de él, subiendo hacia lo alto, como los tubos de un inmenso órgano, unas agujas azules mayores constituyen la verdadera cumbre. El gran huevo tiene una abertura circular que parece una puerta o una ventana. En este sitio vive el Viejo, la memoria de Fantasia.
Consideradas como vivienda de dioses y espíritus, las montañas asumen una función como mundo intermedio, por su forma, que, vista desde arriba, se ensancha progresivamente, como un árbol invertido cuyas raíces están en el cielo y cuya copa, en la parte inferior, expresando la multiplicidad, la expansión del universo. En la alquimia, se refieren casi siempre a la montaña hueca, cuya caverna es el horno de los filósofos, el crisol de la vida, encerrando sus dos aspectos rítmicos esenciales de la creación manifestada: luz-tinieblas, vida-muerte, inmortalidad-mortalidad, afirmación-negación, construcción-destrucción.
En Egipto, el huevo simboliza lo potencial, el germen de la generación, el misterio de la vida, la inmortalidad. En Alquimia se trata del continente de la materia y del pensamiento.
[La historia interminable]


Montañas Muertas: desierto donde no crece nada, con una media luz igual en todas partes que no ofrece ningún punto de referencia. Un viento frío sopla incesante en torno a las agujas de piedra, crestas y cumbres rocosas que conforman el paisaje. Pocos las han visto nunca y casi ninguno ha regresado de ellas. Pero en las leyendas que cuenta el pueblo de Atreyu se habla de esas montañas, como en la vieja canción:

Más valiera al cazador
sucumbir en los pantanos
porque en las Montañas Muertas,
en el Abismo Profundo,
habita Ygrámul el Múltiple,
el horror de los horrores...

[La historia interminable]


Montaña Pelos de Punta: el pico más alto de un conjunto de montañas desiertas y rocosas en donde se sitúa el Castillo Escalofrío, lleva a él un camino serpenteante lleno de tumbas, calaveras y montones de huesos.
[Rodrigo Bandido]


Montes de Plata: lugar cercano al Mar de Hierba, no se sabe mucho más de este sitio.
[La historia interminable]


Morla: llamada la Vetusta. Inmensa y antigua tortuga de pantano, con ojos como charcos negros, oscuros y vacíos que paralizan la mente. Se dice que habita en la Montaña del Cuerno, aunque en realidad, ésta constituye su caparazón. Su voz es jadeante y gorgoteante y habla consigo misma llamándose Vieja, como si hablara con otro ser.
Para ella nada es importante, el mundo está vacío y no tiene sentido. Pero ante la insistencia de Atreyu, le informa que la existencia de la Emperatriz Infantil se mide por nombres, para recuperarse necesita un nombre nuevo y quizá Uyulala, en el Oráculo del Sur sepa quién puede darle un nombre nuevo.
La tortuga integra diversos sentidos simbólicos. En el Extremo Oriente tiene un significado cósmico, su caparazón representa el cielo y su vientre plano, la tierra. También simboliza la corporeidad, la realidad existencial, la evolución natural y la longevidad. En alquimia simboliza la masa confusa, la pesantez y estancamiento.
Ver Tortugas.
[La historia interminable]

 

Mórgul: llamado El país del fuego frío, donde las llamas son peores que el hielo que rodea el lugar. En este sitio habita Smerg, el dragón.
Sobre el fuego frío, se dice que el calor y el movimiento no se dan sólo en el tiempo que discurre positivamente. Si se esparcen sobre ellos momentos negativos o partículas antitiempo, se anulan recíprocamente, y el fuego pasa a ser rígido y frío, como hojas cristalinas verdes y bordes dentados que encajan perfectamente.
[La historia interminable]


Muamaz: el Templo de la Selva, lugar donde existe una piedra lunar flotante.
La selenita, también llamada Piedra de Luna es parecida al marfil, por la noche refleja la luna como en un espejo.
[La historia interminable]


Muflón: rey del Reino Derecho que gobierna junto a su mujer Camella, juega minigolf en el jardín de palacio sobre todo en verano, pues en invierno juega a las siete y media en el salón del trono.
[La historia de la sopera y el cazo]


Mug: niño de alrededor de nueve años, ojos azules y pelo negro cortado a cepillo y Mali con coleta. Vive en Deseolandia y asiste a la Escuela de Magia.
[La escuela de magia]


Mujercitas salvajes: habitantes de Fantasia con piel de vellón dorado.
[La historia interminable]


Muñequito: formado con retales de colorines cosidos entre sí, siempre alegre porque su oficio es divertir al niño al que pertenece.
[El muñequito de trapo]


Murhu: el Lago de Lágrimas. Está constituido por las lágrimas que derraman los Ayayai. Sus aguas son violetas y tan saladas y amargas que destruyen todo lo que tocan, salvo la plata con que está construida Amarganz que flota sobre el lago.
[La historia interminable]


Muqua: antigua habitante de Amarganz, junto con Aqüil lograron encontrar a los Ayayai y convencerlos para que hicieran de Amarganz la ciudad más hermosa de toda Fantasia y fundaron la famosa Biblioteca de Amarganz en la que reunieron todas las  historias de Bastián Baltasar Bux.

[La historia interminable]



22.1.21

Diccionario de Fantasia -L-

Laberinto: gran llanura extendida de horizonte a horizonte, en realidad un jardín inmenso, lleno de perfumes turbadores y colores de sueño. Entre arbustos, setos, prados y macizos con las flores más extrañas y extraordinarias, discurren anchos caminos y estrechas veredas de formas tan artísticas y complicadas, que el jardín entero forma un laberinto de increíble extensión. Construido para jugar y divertirse, y no para poner seriamente en peligro a nadie ni para defenderse contra ningún atacante. Entre lilas y lluvias de oro, juega una manada de jóvenes unicornios y en su nido, puede verse al ave fénix.
Se supone que el laberinto posee una cualidad atrayente, como el abismo, el remolino de las aguas y todo lo similar. Su misión esencial es defender el centro, es decir, el acceso iniciático a la sacralidad, la inmortalidad y la realidad absoluta, siendo un equivalente de otras pruebas, como la lucha contra el dragón. El laberinto es propio de las ciudades antiguas u orientales.
[La historia interminable]

Libros de Ocasión: librería del señor Koreander, habitación larga y estrecha que se pierde al fondo en la penumbra, las paredes tienen estantes que llegan hasta el techo, abarrotados de libros de todo tipo y tamaño. En el suelo se apilan montones de mamotretos y en lagunas mesitas hay montañas de libros más pequeños, encuadernados en cuero, cuyos cantos brillan como el oro.
[La historia interminable]

La historia interminable: libro con tapas color cobre que brillan al moverlo, con el texto impreso en dos colores rojo y verde, sin ilustraciones, pero con letras iniciales de capitulo grandes y hermosas. En la portada, dos serpientes, una clara y otra oscura, se muerde mutuamente la cola formando un óvalo y en ese óvalo, en letras caprichosamente entrelazadas, está el título: La historia interminable.
El libro según dice Mohyiddin ibn Arabi: «El universo es un inmenso libro; los caracteres de este libro están escritos, en principio, con la misma tinta y transcritos en la tabla eterna por la pluma divina... por eso los fenómenos esenciales divinos escondidos en el «secreto de los secretos» tomaron el nombre de «letras trascendentes». Y esas mismas letras trascendentes, es decir, todas las criaturas, después de haber sido virtualmente condensadas en la omnisciencia divina, fueron, por el soplo divino, descendidas a las líneas inferiores, donde dieron lugar al universo manifestado».
En alquimia, simboliza el mundo, Líber Mundi de los rosacruces y Líber Vitae del Apocalipsis.
[La historia interminable]

La Corona del Mundo: conjunto de altísimas montañas estriadas de rojo y blanco con estilos de líneas diferentes.
[Jim Botón y Lucas el maquinista]

La meta de un largo viaje: pintura realizada por Isidorio Messiú que muestra un desierto pedregoso bajo una muy clara luz de luna, extrañas formaciones rocosas cierran un amplio valle en cuyo centro se alza una roca gigantesca en forma de seta carcomida por oquedades y cuevas. Ningún camino conduce a la cumbre; se alza con innumerables torrecillas y cúpulas, ventanales y balcones como un palacio de ensueño construido con piedra lunar lechosa, iridiscente y casi traslucida. En los nichos de los muros y encima de las balaustradas de las terrazas hay esculturas blanquecinas que parecen huesos, caballeros con barba y fantásticas armaduras junto a hadas coronadas de flores, dioses con cabezas de animales y demonios, penitentes con capucha y reyes con corona, bufones, ángeles, tullidos y parejas de amantes, niños jugando al corro y ancianos doblados por la edad. Todas las ventanas están iluminadas y en la que se encuentra situada sobre la gran y corroída puerta de entrada se distingue la silueta de un hombre con la mano alzada, en ademán de saludo o rechazo.
[La meta de un largo viaje]

La prisión de la libertad: gigantesca y blanca sala circular coronada por una cúpula del mismo color, muros lisos sin ventanas, pero con 111 puertas todas cerradas, un lecho circular en medio y una omnipresente luz verdosa y difuminada que hace daño a la vista, es llamado el Templo de la subversión y la egolatría.
[La prisión de la libertad]

Lavable: viejo y simpático osito de peluche que llevaba ese nombre en un letrerito colgado de la oreja cuando era completamente nuevo.
[El osito de peluche y los otros animales]

Lechuzas: enormes mensajeras aéreas de Guígam, enviadas por Uschtu, la Madre de la Intuición para llevar a Bastián hasta ese sitio.
En el sistema jeroglífico egipcio, la lechuza simboliza la muerte, la noche, el frío y la pasividad. También concierne al reino del sol muerto, es decir, del sol bajo el horizonte, cuando atraviesa el lago o el mar de las tinieblas.
[La historia interminable]

Lena: niña encantadora siempre que sus padres sean razonables con ella y hagan lo que les pide, hace un trato con Francisca Interrogaciones para que sus padres le obedezcan siempre.
[El secreto de Lena]

León XXVIII: Gran Sultán de todos los animales, pelea contra el tigre Zebulon Sabledentón y tras quedar gravemente herido, muere.
[Tranquila Tragaleguas, la tortuga tenaz]

Lewjothan: doctora llamada la Consoladora, alta y delgada, cabello corto y cobrizo, rostro demacrado y pálido, de rasgos finos y andróginos pero severos, ojos oscuros y ligeramente oblicuos; viste con un largo vestido blanco. Es la encargada de procesar el GUL.
[Las catacumbas de Misraim]

Liberio Dedoslargos: maestro ladrón del Reino Derecho que debe robar el cazo del Reino Izquierdo.
[La historia de la sopera y el cazo]

Ligerillo: el ser más veloz de Fantasia como corredor. Parece conejo, pero emplumado muy coloridamente.
[La historia interminable]

Liliana: cocinera de la taberna local donde trabaja con su esposo y cuida a su bebé.
[Momo y los ladrones del tiempo]

Limpiadores de orejas: trabajan como los limpia botas, cada limpiador tiene una pequeña mesa con una bandeja de plata con incontables cucharillas, pincelitos, palillos, cepillitos, bolas y tampones de algodón, tarritos y botellitas.
[Jim Botón y Lucas el maquinista]

Lirr:  viento del norte, de nubes color negro. En la mitología griega, el viento del norte que sopla en el invierno desde la cordillera del Herno y el Estrimón y, cuando llega la primavera con sus flores parece haber fecundado todo el territorio del Ática, se llama Bóreas, tiene en vez de pies, colas de serpiente y es llamado Ofión, la serpiente demiurgo del mito hebreo y egipcio; en el arte mediterráneo primitivo se muestra constantemente a la Diosa en su compañía.
[La historia interminable]

Li Si: hija del emperador de China, encantadora niña con dos trencitas negras y cara delicada como muñeca de porcelana. Contrae matrimonio con Jim Botón y se convierte en reina de Jimballa.
[Jim Botón y Lucas el maquinista]

Lola: la equilibrista, es pequeña, delicada como una niña, pero tiene la cara demacrada y triste. Lleva la negra cabellera, al estilo de las bailarinas, partida por una raya y recogida en un moño en la nuca. Va envuelta en un montón de mantas viejas. Cuando se mueve se entrevén varias prendas de lana rosa y unos gruesos leotardos de color carne. Una boa apolillada de plumas rosas, se enreda alrededor de su cuello.
[Jojo, historia de un saltimbanqui]

Lormoral: rey del mar, con una cara tan gigantesca como una ballena, de color verde transparente, bigote de bagre, cabeza calva y cubierta de conchas y algas. Porta una gran corona de cristal de la eternidad y tiene 6 000 años, así que es un tanto malhumorado.
[Jim Botón y los 13 salvajes]

Los trece salvajes: piratas vestidos con chamarras de colores, botas altas y cinturón del cual cuelgan puñales, cuchillos y pistolas. Debajo de la nariz en forma de gancho, lucen un bigote negro tan largo que les llega hasta el cinturón. Pendientes de oro y ojos diminutos tan juntos que parecen bizcos. Son trece y a veces se confunden entre sí; ninguno sabe cómo se llaman en realidad; pero no les importa, solo se distingue su capitán por una estrella roja en el sombrero. Jim descubre que en realidad son doce mellizos que, para reparar el daño causado, hunden el terrible sitio donde vivían: el País que no puede existir. Entran al servicio de Jim haciéndose llamar los Doce Invencibles y reciben un nombre de acuerdo a la única letra del alfabeto que conoce cada uno: Antonio, Emilio, Fernando, Ignazio, Xaverio, Ludowico, Maximiliano, Nikolo, Rudolfo, Sebastiano, Theodoro y Ulrico
[Jim Botón y los 13 salvajes]

Lucas: el maquinista, conductor del tren; su locomotora se llama Emma, algo pasada de moda, pero muy grande. Lucas es pequeño, algo regordete, lleva gorra de visera y overol de trabajo, ojos azules pero cara y manos ennegrecidas por el aceite y el carbón, una arracada de oro en la oreja izquierda y una pipa muy grande. Tiene una fuerza física extraordinaria y puede escupir muy lejos. Ama la tranquilidad y la paz.
[Jim Botón y Lucas el maquinista]

Lummerland: isla-país situado en el centro del inmenso océano, extraordinariamente pequeño, más o menos el doble de grande que una vivienda, está ocupado en su mayor parte por una montaña con dos picos, uno alto y el otro algo más bajo. En la montaña hay varios caminos con pequeños puentes y cruces y además un tendido de tren con muchas curvas. El tren pasa por cinco túneles que atraviesan la montaña y sus dos picos. También hay una casa corriente y otra con una tienda. Una pequeña estación, situada al pie de la montaña y en lo alto de la montaña, entre los dos picos, se levanta un castillo.

[Jim Botón y Lucas el maquinista]


Diccionario de Fantasia -K-

Kalophain: espejo mágico de la princesa Eli, grande como el disco de la luna, lo sujeta una figura femenina plateada, con múltiples arabescos y fundida en el marco. Se alía con Angramain para evitar que Eli y Joan esté juntos.
El espejo es símbolo de la imaginación, al reproducir las imágenes y en cierta manera contenerlas y absorberlas, sirve entonces para suscitar apariciones, devolviendo las imágenes que aceptara en el pasado, o para anular distancias reflejando lo que un día estuvo frente a él y ahora se halla en la lejanía. Esta variabilidad del espejo «ausente» al espejo «poblado» le da una suerte de fases y por ello, está relacionado con la luna, siendo atributo femenino. Además, es lunar el espejo por su condición reflejante y pasiva, pues recibe las imágenes como la luna la luz del sol. Es también símbolo de la multiplicidad del alma, de su movilidad y adaptación a los objetos que la visitan y retienen su interés.
[Jojo, historia saltimbanqui]

Karge: profesora de Bastián en la materia de Geografía.
[La historia interminable]

Karl Konrad Koreander: hombre grueso, rechoncho, calvo, por encima de las orejas le brotan mechones de pelos blancos. Tiene una cara roja que recuerda la de un bulldog de eso que muerden. Sobre las narices, llenas de bultos lleva unas gafas pequeñas y doradas, y fuma en una pipa curva que le cuelga de la comisura de los labios torciéndole toda la boca.
Cuando Bastián entra a su librería, Koreander viste un traje negro arrugado, que parece muy usado y como polvoriento, con un chaleco floreado. Se encuentra sentado en un sillón de orejas de cuero desgastado leyendo La Historia Interminable. Le dice a Bastián, que él no soporta a los niños, porque son unos estúpidos llorones y unos pesados que lo destrozan todo, manchan los libros de mermelada y les rasgan las páginas, y a los que les importa un pimiento que los mayores tengan también sus preocupaciones y sus problemas. No tiene libros para niños y los otros no se los vende a uno. Cuando el chico le contesta que no todos los niños son así, Koreander le presta atención y conversan, hasta que recibe una llamada, Bastián lee el título que el librero tuviera en sus manos, lo toma y escapa con él.
Cuando Bastián regresa a su mundo y le cuenta todas sus aventuras a su padre, decide regresarle el libro a Koreander a quien, también le cuenta lo vivido en Fantasia. Éste le dice que él es un experimentado viajero de ese mundo porque hay muchas puertas para ir a Fantasia, más libros mágicos y otras posibilidades de ir y volver. También le dice que, si es capaz de darle otro nombre a la Emperatriz Infantil, la volverá a ver. Y cada vez que lo consiga será de nuevo la primera y la única vez. Al retirarse, Koreander piensa que Bastián les enseñará a muchos el camino de Fantasia para que puedan traer el Agua de la Vida.
[La historia interminable]

Knietsch: profesora de Hermann.
[El largo camino hacia Santa Cruz]

Knöllinger: conserje que vivía en el sótano del edificio de la escuela de Hermann.
[El largo camino hacia Santa Cruz]

Kurt: padre de Lena que inicialmente medía 1.84 metros, antes de ser progresivamente reducido por arte de magia.

[El secreto de Lena]

12.1.21

En conversación con Wilfried Hiller

Texto: Susanne Schmerda en Radio Baviera

 
 
Schmerda: Bienvenidos al Foro Alfa. Hoy es invitado el compositor muniqués Wilfried Hiller, que se ha dado a conocer internacionalmente con su teatro musical para niños como Traumfresserchen, Pinocchio o Peter Pan y especialmente con su ópera popular bávara Der Goggolori. Buenos días, Sr. Hiller.

Hiller: Buen día.

Schmerda: Es bueno tenerte con nosotros en el estudio. Eres uno de los compositores alemanes más escuchados de nuestro tiempo. ¿Cómo explica este éxito?

Hiller: No puedo explicarlo porque cuando trabajo, no trabajo para tener éxito. En realidad, solo escribo para mí. Escribo lo que creo que es correcto. Y si a la gente le gusta, entonces es maravilloso, si no les gusta, entonces no hay nada que puedas hacer. Por supuesto que probé muy pronto a trabajar con música para niños. Tal vez eso es exactamente lo que importa, porque los niños escuchan de una manera completamente diferente a la de los adultos. De alguna manera no activan el cerebro y dicen: ¡Ah, ese es uno de sus alumnos que estudió con él! No, miran y escuchan una pieza y dejan que les afecte: o están hechizados o aburridos. Trabajo para los niños de la misma manera que trabajo para los adultos, sólo que los temas son simplemente diferentes.

Schmerda: Acaba de mencionarlo: escribe tanto para niños como para adultos. Así que no hay ninguna diferencia para ti si tienes un público adulto o niños escuchando tu música.

Hiller: Sí, para nada. Son solo los temas los que difieren. Para los niños, por ejemplo, he escrito una serie de fábulas musicales: por supuesto, el tema juega un papel importante, ya sea la historia de una tortuga que se embarca en un viaje, o la del tirano Norbert Nackendick. Todas estas son fábulas musicales, que trabajan con ejemplos del mundo animal, que se traslada a nuestro tiempo. La única diferencia en la música aquí es que es algo menos intensa, aún más relacionada con la letra. Porque los niños realmente tienen que entender cada palabra, lo que normalmente no es importante en la gran ópera.

Schmerda: ¿Existe una inclinación especial en el proceso de composición para niños? ¿Es eso muy diferente de escribir para adultos, aparte del tema?

Hiller: Es muy divertido; es realmente una gran diversión. Pero tengo que decir que se me ocurrió por casualidad. Cuando estudié en la universidad de Múnich, este tema era simplemente tabú: ¿Escribir para niños? ¡Por el amor de Dios, cómo puedes! No fue sino hasta más tarde que me di cuenta de que era algo realmente hermoso tratar conscientemente con gente joven.

Schmerda: ¿Cómo llegaste a escribir para niños?

Hiller: Es una historia que me gusta contar una y otra vez. En 1978 obtuve una beca para la Villa Massimo. Antes de ir a Roma, estaba en una tienda de música en el centro de Múnich en Odeonsplatz y quería comprar algunos discos para nuestro hijo. Él estaba allí y miramos y escuchamos algunos discos. Estaba Peter und der Wolf, pero ya tenía ese disco. Estaba la Kleine Nachtmusik o Die Zauberflöte para niños y así sucesivamente. También había obras de radio por unos cinco marcos. Pero dejamos las cosas sin concretar. Por supuesto que mi hijo estaba triste por eso, pero yo le dije cuando volvíamos a casa en la calle Maximilianstraße: «¿Sabes qué? Yo mismo te compondré un tema, como tú quieres y como yo lo imagino. Solo tengo que encontrar a alguien que haga las letras por mí». Me dijo espontáneamente: «¡El de Jim Botón!». Y «el de Jim Botón» era, por supuesto, Michael Ende. Pero, ¿cómo podría encontrar a este famoso autor y preguntarle si quería escribirme textos? Eso no era tan fácil, por descontado. Pero el destino a menudo cuadra como un mosaico. Unos días después conocí a Elmar Zorn del Departamento de Cultura de Munich en Neuhauserstraße. Me preguntó qué iba a hacer. Le dije: «Tengo una beca en Roma que recibiré la próxima semana». Entonces él respondió: «Hombre, yo fui taxista entonces, y ahí es donde obtuve mi doctorado. Te escribiré una nota con los mejores consejos». Entonces me escribió una larga nota: con los mejores restaurantes que se encontraban primero, y al final de la lista las iglesias y museos más importantes, etc.; al final escribió: «Por cierto, tengo un buen amigo en Roma que se llama Michael Ende y es como tú un gran fan del teatro japonés No-, Kabuki y Bunraku. Me imagino que podríais trabajar muy bien juntos». Y así es como se resolvió. Cuando estaba realmente en Roma, intenté contactar con Michael Ende. Nos conocimos entonces.

Schmerda: Ese fue el comienzo de una gran amistad y una estrecha cooperación artística. Primero empezaron a escribir canciones y canciones infantiles, y luego también estas fábulas de animales.

Hiller: Exactamente, eso estaba todo relacionado, por supuesto. Michael Ende me dijo en nuestra primera reunión que estaba en medio de una novela de la que no podía salir. Esta novela se convirtió más tarde en La historia interminable. Solo cuando hubiera terminado esta novela haría algo nuevo para mí. Luego me envió un paquete con poemas, cuentos, etc. También estaban El dragón y la mariposa, Tranquilla Trampeltreu y así por el estilo. Con estos empecé a tocar piezas.

Schmerda: Estas piezas también fueron publicadas por Deutsche Grammophon: hoy en día en CD, y en ese entonces también en disco.

Hiller: Estas piezas duran tanto como un álbum tenía en su capacidad: unos 60 minutos. Norbert Nackendick, por ejemplo, era un cuento que dramatizaba el final del argumento. Originalmente estas piezas no estaban destinadas al teatro, sino solo a la grabación. Uno puede casi decir que estos eran los primeros libros audio con la música para los niños. Pero luego estas obras se independizaron y se representaron en escenarios, salieron como teatro de títeres, etc.

Schmerda: Estas obras se han convertido en clásicos en los jardines de infancia alemanes y en las aulas de los niños. ¿Esperabas tanto éxito en ese entonces?

Hiller: No, no lo pensé, porque en realidad solo quería hacer esto por mi hijo para que tuviera algo. Que fuera mucho más allá de eso, por supuesto, me hizo especialmente feliz. El elogio más hermoso para mí fue que algunos jóvenes llegaron a la música a través de estos discos y se convirtieron en músicos o musicólogos. Eso es algo por lo que estoy particularmente feliz.

Schmerda: El año 1985 también fue muy importante para ti: este año su cuento de hadas bávaro Der Goggolori se estrenó aquí en Múnich en el Staatstheater am Gärtnerplatz. Michael Ende escribió el libreto, usted compuso la música: Fue una obra encargada por August Everding, el entonces director general aquí en Múnich. En ese momento quería una ópera para toda la familia. ¿De qué se trata el Goggolori? ¿Quién es el Goggolori? ¿Qué es lo que hace?

Hiller: El Goggolori es una figura antigua, que es mencionada por primera vez por Estrabón en la Historia Bavariae, es decir, ya antes de Cristo. Allí escribe que los bávaros adoran a un dios celta, que en esa época todavía se llamaba genius cuculatus, lo que estaba relacionado con el hecho de que el Goggolori era un dios de la fertilidad. Por lo tanto, también tenía un falo de gran tamaño. Querían cubrir este falo, así que colgaron una capa de tela alrededor de su cuerpo, un abrigo con capucha. A lo largo del tiempo, este nombre se convirtió en Goggolori. También hay otras variantes diferentes de este nombre. Esta es su casa, aquí en el sur de Alemania, en las montañas. Así que es una historia que se desarrolla exclusivamente en el sur de Alemania. La locura fue que nos encontramos por primera vez con esta historia en Roma. Hay que ir al extranjero para conocer mejor Alemania. En esa época vi una ópera, una actuación especial en el Teatro Olímpico de Roma del compositor Roberto de Simone, que era un compositor, director, actor y también musicólogo napolitano. Esta ópera se llamaba La Gatta Cenerentola. Estaba tan fascinado por esta ópera que mi familia y yo pasamos cuatro días seguidos asistiendo a esta obra una y otra vez. Esta obra duraba cuatro horas. Estaba tan entusiasmado porque vi en esta ópera algo que está fuera de la corriente principal y que resulta simplemente fascinante y que realmente interesa a la gente. Por ejemplo, una vez le pregunté a otro espectador, mi vecino, sobre qué decía el cantante porque yo no hablaba italiano muy bien. Pero este romano solo me dijo: «Yo tampoco lo entiendo, es napolitano». Sin embargo, era una gran pieza porque se explicaba muy sencillamente por la imagen. Así que fui hasta Michael Ende y le expliqué que quería hacer algo así con el idioma alemán. Solo dijo que tal cosa nunca iba a pasar en alemán en aquel tiempo. De ser así, entonces solo puede hacerse algo en algún dialecto.

Schmerda: Lo hicieron en dialecto bávaro.

Hiller: Eso es todo. Michael Ende es de Garmisch, nació en Garmisch. Así que dijo que escribiría algo en su dialecto natal. Fuimos a casa de August Everding en el Prinzregentententheater y hablamos con él. Él quería una ópera para toda la familia y nosotros habíamos tenido la intención de escribir El Flautista de Hamelín para él. Pero entonces nos dimos cuenta de que esto no era posible: El Flautista de Hamelín no es una ópera para toda la familia. En el nuevo concepto que Michael Ende había creado, era demasiado cruel: literalmente disuadiría a los niños. El mismo día Ende se encontró con su ilustrador, Nickel, quien le preguntó: «Dime, ¿cuándo haremos por fin nuestro libro ilustrado sobre Goggolori?» Ende le contestó: «¡Ja, eso es exactamente lo que estoy buscando!». Me llamó por la noche y me dijo: «Mira, hay viejas leyendas sobre Goggolori que Otto Reuther recogió a finales de los años veinte y principios de los treinta. Busca en la biblioteca estatal». Pero el destino quiso que este libro estuviera ya en mi despacho, porque alguien me había dicho 20 años antes: «¡Vaya, eso puede que sea importante para ti!» Sin embargo, nunca lo había leído antes. Así que lo leí la misma noche después de que la llamada de Ende. Y esa noche realicé la música del final: Así que la última escena de esta pieza fue la primera que tuve en mi cabeza, por así decirlo.

Schmerda: Me encantaría decir algo sobre este Volksoper napolitano: lo especial de esta ópera es que la seriedad y el entretenimiento coinciden en ella y se mezclan de la manera más bella y natural. Aquí en Alemania no lo logramos tan fácilmente: tenemos muchos problemas con esto y siempre hacemos una clara distinción entre U (Unterhaltungsmusik: ligera) y E Music (ernste: seria). En su ópera Goggolori, sin embargo, todo esto está maravillosamente unido en un mundo vivo y redondo: esto es realmente un teatro universal.

Hiller: Así es.

Schmerda: Hay un espectro de Goggolori, un pequeño gnomo y un duende que, por cierto, sigue en casa, en Finning am Ammersee. La ópera también está ambientada en Finning am Ammersee durante la Guerra de los Treinta Años. Realmente se unen muchas cosas diferentes. Quizás pueda decir algo más sobre esta ópera, sobre el contenido de esta ópera, porque dentro de un momento veremos un fragmento de la misma.

Hiller: Todo el asunto es sobre una rica familia de tejedores. Nadie sabe por qué esta familia es tan rica. Un día los dos padres, tejedor y tejedora, confiesan a los ermitaños del pueblo que son tan ricos porque hicieron un pacto con el Goggolori. Su contrapartida es que de todo lo que consiguen, Goggolori lo disfruta primero. Si tú compras cerveza, él bebe la primera cerveza, si tú compras trigo, él consume el primer trigo, y así sucesivamente. Un día convino en que él mismo tendría el primer hijo del tejedor. Pero el destino hizo que el tejedor solo tuviera un hijo, su hija Zeipoth. Los tejedores temen que Goggolori insista en su contrato y quiera a la chica para sí mismo. Así que los dos padres se asustaron y discutieron con los ermitaños qué podían hacer. Los ermitaños les dicen que solo hay una posibilidad: la chica tiene que casarse. Porque si ella estuviera casada, entonces la promesa a esta perversión pagana sería nula: él ya no podría exigir que se cumpliera la promesa. Pero como el destino quiso, un día esta chica va al bosque a recoger endrinas. En aquel entonces, las endrinas se recogían porque se necesitaban en el telar. Las endrinas se masticaban porque producen mucha saliva en la boca. Esto facilitaba el paso del hilo a través de la abertura de la boca. A menudo se mezclaba con aguardiente, lo que era muy estimulante para la persona. Así que se adentra en el bosque y de repente se encuentra con un pequeño gnomo del bosque. Ella le dice en bávaro: «¿Qué haces aquí?» Pero el gnomo del bosque le responde: «Me robas las endrinas. Las endrinas de aquí me pertenecen, ¡siempre me han pertenecido!». Así que toda esta historia de Goggolori ya se abre aquí. Pero la chica solo dice: «No, me gustas». Y se lo lleva a casa con ella. Ella puede sentir inconscientemente que se trata de un dios de la fertilidad o algo parecido Así que ella le dice: «Te llevaré a casa a mi cama conmigo». Y entonces lo pone en su cesta y se lo lleva.

Schmerda: Ahora, veamos esta escena. Hay una grabación de televisión de esta actuación.

Hiller: Sí, esta ópera fue prácticamente documentada en televisión. La chica es la cantante de Regina Klepper. La marioneta es interpretada por Siegfried Böhmke, quien junto con Eva Richter-Böhmke también tallaron la figura, esto es, una marioneta de mano. Aquí en esta escena algo juega un papel muy importante para mí: la conexión entre el teatro humano y el teatro de marionetas. Tal vez podamos hablar de esto más tarde (desvaneciéndonos en el fragmento de la película The Goggolori).

Schmerda: Tal vez ya se haya oído que los instrumentos de percusión son muy importantes para usted. En el caso de El Goggolori, la percusión de madera está en el centro. La madera aquí se asocia con este duende del bosque de Goggolori y la naturaleza.

Hiller: Eso está relacionado con lo siguiente. Estuve con mi esposa muchas, muchas veces en Finning, donde tiene lugar esta historia, cuando se escribió esta ópera. También nos encontramos con un maestro de aserradero que nos presentó toda la historia y nos mostró los lugares donde se desarrollan las escenas individuales de Goggolori. Me di cuenta de que incluso de noche se puede ver, oír y oler la madera por todas partes: había realmente madera, madera, madera, madera por todas partes. Los álamos crujían de noche; se oía el crujido de las ramas, y así sucesivamente. Lo más importante del lado del Goggolori en esta pieza es el sonido de la madera. Este sonido aparece una y otra vez en relación con este muñeco del Goggolori. Así que, de hecho, juega un papel importante, un papel central.

Schmerda: ¿Cómo fue eso entonces? Usted estrenó la obra en 1985 en el Staatstheater am Gärtnerplatz. Fue un gran éxito y experimentó más de 100 actuaciones.

Hiller: Sin embargo, esto no había sido algo previsto. Solo me habían prometido seis actuaciones por contrato. Ya habíamos hecho entrevistas antes, solo para probar a la gente. Entonces descubrieron que una ópera en bávaro no podía ir bien. Así que asumimos que esto podría ser un fracaso. Pero luego hicimos la matinée introductoria, que ya tuvo que ser trasladada del vestíbulo a la casa grande. Esa fue una buena señal. Y el día del estreno, Michael Ende me llamó y me preguntó: «¿Tienes un cronómetro?» «¿Por qué necesitas un cronómetro?» «¡Quiero saber cuánto durará el aplauso final esta noche! Así que, por favor, trae un cronómetro contigo». Nos sentamos entonces juntos en el estreno y realmente funcionó lo que habíamos planeado y pensado: la pieza realmente funcionó. Esta obra es mi primer trabajo completo en el escenario. Intenté conscientemente estas transiciones sin fisuras entre la palabra y la música por primera vez. Michael Ende estudió intensamente el libreto de Lorenzo Da Ponte en esa época. Lo que tanto le fascinaba eran las transiciones de la palabra hablada a la música, de lo recitativo al aria. Y eso es lo que hizo aquí. Los diálogos, por ejemplo, están escritos en prosa. Luego, de repente, se convierte en verso y comienza la rima, y con la rima también comienza la música. Esto da como resultado una transición completa y sin fisuras de la palabra a la música. En esta pieza esto se ha convertido en un elemento muy especial.

Schmerda: Lo que te atreviste a hacer con él entonces era algo muy especial e inusual: el teatro de marionetas y el teatro campesino y el teatro folclórico y el cómic y el demoníaco están codo a codo. Entretanto, El Goggolori ha sido traducido incluso al japonés. Realmente se puede decir que ahora está dando la vuelta al mundo. Nadie se lo esperaba en ese momento.

Hiller: Nadie se lo esperaba. Nos insultaron bastante, muy rudamente en el momento en que salió este artículo. Se dijo que ciertamente no iba a funcionar de esa manera. Un crítico escribió —en ese momento todavía estaba leyendo críticas— que se había sorprendido a sí mismo aplaudiendo. Entonces, de repente, se le encendió una luz y dijo: «¡Espera, ya no se puede hacer teatro musical así en 1985!». Y luego lo despachó. Para mí, este es un ejemplo típico de la autocensura: no puedes mostrar sentimientos, no puedes decir lo que piensas, tienes que poner algo en medio. Creo, y también enseño a mis alumnos, que la música es la más sensual de todas las artes: pero cuando se castra la sensualidad, simplemente no queda nada en la música. Lo mantendré hasta mi último aliento.

Schmerda: ¿Qué tan importante es la magia y la imaginación para usted?

Hiller: Juegan un papel muy, muy importante, igual que los sueños. No puedo escribir nada que vaya en la dirección del realismo puro: No habría razón para que yo cantara. Siempre necesito alguna ocasión. Cuando me acerco a una pieza nueva, siempre la llamo los oasis musicales que surgen. Gracias a mí, una gran escena de diálogo se convierte de repente en un oasis musical y toda esta historia se lleva a otro nivel. O puede utilizar medios musicales, por ejemplo, para mostrar a una persona en la mayor desesperación. Junto con mi esposa Elisabeth Woska también escribí un artículo sobre la última hora de María Estuardo antes de su ejecución. Ella conduce un diálogo con otra persona que no está presente, a saber, con su enemigo mortal y su base Elisabeth. O está la queja de Job, que pelea con Dios pero no responde: El trabajo es completamente desesperado. También busqué urgentemente en ese instante: ¿Qué puedo hacer en este momento? ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo puedo traducir esta figura en música? De repente se me ocurrió la idea de economizar. Everding quería sacar esta pieza en ese momento, es decir, quería hacer el Maria Stuart como estreno mundial en el Festival de Ópera de 1979, en combinación con otra cosa. Entonces lo llamé y le dije que necesitaba un viejo tenor para la segunda pieza. Dijo que eso no era ningún problema. Dije: «Pero este tenor debe ser inteligente». Dijo que eso era más difícil. Pero luego encontramos a Lorenz Fehenberger: realmente hizo que el estreno fuera maravilloso. Después de su muerte, varios otros tenores hicieron lo mismo; Ernst Haefliger en particular interpretó mucho esta pieza, incluso en Japón. También cantó este papel principal en la versión cinematográfica de Claus Guth, justamente este trabajo. Estaba en la versión alemana de Martin Buber. Martín Buber hizo algo diferente en su germanización de las Sagradas Escrituras de Martín Lutero. Tradujo las Escrituras a Kolen. Es decir, lo mantuvo en marcas de respiración. Para él, cada respiración es una unidad de sentido. Tampoco lo tradujo para ser leído, sino para interpretarlo en voz alta. Todo lo que se debe leer en voz alta también se puede interpretar en voz alta y cantar maravillosamente: Algo como esto es perfecto para cantar.

Schmerda: ¿Significa esto que te dejaste llevar e inspirar por el sonido del lenguaje?

Hiller: Exactamente. Tomen la palabra hullabaloo a mi modo. Lutero traduce esta palabra como: «Y la tierra estaba desolada y vacía». Buber, sin embargo, dice: «Y la tierra era locura y confusión». Así que tomó palabras que ni siquiera existen en alemán. En mi opinión, esto requiere música. Eso me fascinó.

Schmerda: Este es también, por así decirlo, el lado dramático del compositor Hiller. También les gusta ser un poco desconsiderados sobre el compositor de teatro musical para niños.

Hiller: No tiene importancia. Eso tiene que ver con el hecho de que hoy en día se piensa mucho en las etiquetas. Si alguien ha escrito tres piezas para niños, entonces ya no puede escribir nada más, eso es lo que piensas. Pero eso es sólo una señal de los tiempos, no me molesta.

Schmerda: Echemos un vistazo a este extracto ahora. En 1979 hiciste esta pieza Job. Así que también escogiste el título hebreo para él. ¿De qué manera creaste la demanda de esta representación de Job en el Antiguo Testamento, que se rebela contra Dios, que se queja de su destino? Aquí también los tambores ocupan un lugar central.

Hiller: Sí, los tambores juegan un papel central, al igual que la voz humana en la madurez. Para un tenor joven se trataría más bien de la cantilena, del canto puro. Un cantante mayor, por otro lado, está más preocupado por la expresión. Y un viejo desesperado tiene una expresión completamente diferente a la de un joven. También en la Biblia este Job ya es un hombre viejo cuando todos estos menesteres le llegan. Así que lo usé hasta el final. Los tambores son, por así decirlo, el entorno que lo rodea: están compuestos casi exclusivamente por instrumentos de piel y madera. Esto resulta en sonidos muy duros que lo cercan cada vez más y lo llevan cada vez más a la desesperación.

Schmerda: Aquí hay cuatro bateristas, una actriz, un piano y un órgano.

Hiller: Eso es todo. Sin embargo, el piano también se utiliza como instrumento de percusión. El órgano sólo juega un papel en términos de sonido. La actriz, como esposa de Job, dice como en la Biblia sólo dos frases: «Deja de lado tu sencillez. ¡Renuncia a Dios y muere!» Y esta forma agresiva en que su esposa lo ataca desencadena todo su drama. (se desvanece en el extracto de la película de Job)

Schmerda: Lo que se puede ver muy bien en este ejemplo es la referencia a la palabra y también el poder gestual que emana de la palabra. Su maestro fue Carl Orff junto a Günter Bialas. ¿Qué importancia tenía Carl Orff para usted como persona y como profesor? 

Hiller: Puedo decir que aprendí más de él en una noche que en todos los años del conservatorio. Porque también aprendí de él que no es sólo la música lo que cuenta cuando te involucras en algo, sino también todo el ambiente extramusical. Eso fue muy importante para mí. Además, me di cuenta de la intensidad con la que trabajaba en la búsqueda del sonido, el tiempo que se tanteaba una pieza hasta que estaba terminada. Después de todo, estuve involucrado en este proyecto durante doce años: También se me permitió escribir las anotaciones para él el año pasado, cuando le era demasiado difícil hacerlo él mismo.

Schmerda: Se unió al Orff en 1968 a la edad de 27 años.

Hiller: Eso es todo. En aquel momento ya me preocupaba que a Günter Bialas no le gustara eso. Y también estaba un poco apegado a él, porque siempre me había dicho: «¡No debes escribir ninguna melodía, no debes mostrar ningún sentimiento en la música!» Siempre le respondí: «Sí, ¿qué debo hacer entonces?» Y un día conocí a Carl Orff. Había tocado la batería en el Prometeo en la Staatsoper. Inmediatamente supe que sería mi maestro y nadie más. Así que fui a verle.

Schmerda: Le escribiste una carta la misma noche de la actuación de Prometeo.

Hiller Sí, eso es todo. Le escribí que quería ser su estudiante. Entonces no respondió durante mucho tiempo: Hizo preguntas sobre mí en la universidad, etc. Cuando él lo sabía todo sobre mí, me invitó. Debería traer un fragmento conmigo. Recuerdo que era una obra coral: los Muspilli. Con esta pieza bajo el brazo, me dirigí a él. Y a partir de entonces trabajamos intensamente durante doce años. Con el paso del tiempo, se desarrolló una amistad a partir de la relación profesor-estudiante.

Schmerda: ¿Qué tipo de música conociste con Orff? ¿Sólo música del propio Orff o te ha abierto los ojos a otra música?

Hiller: En realidad era mucho más abierto de mente que todos los estudiantes de música de la escuela secundaria juntos. A través de él conocí la música de Miles Davis, conocí a Don Ellis y su música de big band. Estaba particularmente interesado en lo rítmico, por ejemplo. Porque Don Ellis también había escrito piezas en el tiempo 34/8: Un grupo toca 34 octavos, mientras que la big band toca 34 dieciséis y otro grupo 34 cuartos. Esto se cambiaba todo el tiempo y sólo se combinaba en un momento dado. Eso fue muy emocionante. A través de Orff también conocí, por ejemplo, el No Theater, el teatro japonés. Y Orff también le envió todo lo que de alguna manera existía de Stockhausen, de Penderecki, de Ligeti, de Bernd Alois Zimmermann, etc.

Schmerda: Así que participó activamente en la composición contemporánea.

Hiller: Exacto.

Schmerda: Así que tenía una idea de lo que estaba pasando en Donaueschingen o Darmstadt.

Hiller: Sabía exactamente lo que estaba pasando. Y también me dijo: «Lo más importante para un compositor es que sepa lo que está pasando a su alrededor». Pero también debe saber si es su camino o no! Anteriormente había tomado un curso en Stockhausen en Darmstadt. Rápidamente me di cuenta de que esta no podía ser mi dirección.

Schmerda: Cuando estabas en Darmstadt, te acogieron como a un colorido pájaro exótico. Tenías dos partituras en particular en tu equipaje.

Hiller: Sí, tenía conmigo el Edipo de Carl Orff y una pieza de Shostakovich. Otro joven compositor me dijo: «¿Estás loco? ¡Esconde eso! ¡No deben verte aquí con eso!». Sólo dije: «¡Esas son grandes partituras!» «No, sólo la música en serie se puede usar aquí!» «Contigo probablemente no encaje bien, ¿no? Hay otras formas de música, ¡Y eso es bueno!» «No, aquí sólo cuenta la música en serie». Eso era realmente un problema en ese entonces. De repente, compositores de todo el mundo han compuesto en serie: ya sea que uno venga de Japón, Nueva Zelanda o Papúa Nueva Guinea. Todo sonaba igual y no había más estilos musicales individuales.

Schmerda: Fue muy valiente de su parte en ese momento retirarse de todo esto y dar así un paso poco convencional e ir a Carl Orff, que después de todo había puesto música a los dramas griegos, y así sucesivamente.

Hiller: Sí, pero no fue tan valiente por mi parte. Porque yo sólo lo vi: Este es mi camino y el otro no es mi camino! Más tarde pensé: "Hombre, la música es básicamente como un arquitecto, como un urbanista que primero construye callejones sin salida en su mapa. Y luego se dice a sí mismo que va a buscar dónde podría moverse en algunas calles más o callejones sin salida”. De todos modos, después de un tiempo me quedó claro: No, necesito grandes caminos, caminos tan grandes como la Leopoldstraße, que también conducen a alguna parte. ¡Esta es mi manera! Así que mi manera es no encadenarme primero y luego ver cómo puedo hacer música con estas cadenas, cómo puedo hacer música a pesar de estas cadenas.

Schmerda: Esto significa que cuando compones, pones tu corazón y tu alma en tu trabajo: no puedes simplemente llevar a cabo un encargo de una manera completamente disciplinada. Así que escribes lo que sientes y no puedes ignorar el sentimiento.

Hiller: Así es, y se supone que no debes hacerlo. Antes dije que la música es un arte sensual. Realmente captura todos nuestros sentidos. Piensa en la música pop por mi culpa: la música es absorbida por todo el cuerpo a través del volumen. Se pulsa, ya no hay ritmo, sino sólo el pulso o latido rítmico. Todo esto está relacionado con ello.

Schmerda: Muy importante para ti es también lo pictórico, lo visual, que los cuentos de hadas, leyendas y mitos desencadenan en ti. Como has dicho, necesitas este momento mágico para encender tu imaginación. No le interesan las telas realistas. También ha puesto música a toda una trilogía de leyendas. Eso lo hizo una vez El Flautista de Hamelín junto con Michael Ende: usted escribió el papel del juglar para la clarinetista Giora Feidman. Es un momento muy importante para ti que siempre trabajes muy intensamente con tus futuros intérpretes. A menudo se trata de un trabajo en curso: se intenta una escena una y otra vez y se intercambian y cambian ciertas cosas. Después del Flautista de Hamelín, el Jinete Blanco llegó a Theodor Storm. Y al final de esta trilogía llegó Eduard auf dem Seil, un cuento de hadas sobre el poeta Eduard Mörike. Su obra más reciente es una ópera de Wolkenstein, que es una leyenda, como se puede decir, porque la figura del caballero, poeta y cantante del Tirol del Sur Oswald von Wolkenstein también está envuelta en leyendas. Esta obra, interpretada recientemente en Nuremberg, fue compuesta especialmente para el barítono Bernd Weikl.

Hiller: Sí, he estado trabajando para gente específica desde que tengo memoria. Lo primero que escribí entonces, María Estuardo, lo escribí para mi esposa Elisabeth Woska, a través de la cual llegué por primera vez al teatro: ella me mostró el camino. Luego vino el Job para Lorenz Fehenberger y más tarde el Flautista de Hamelín para Giora Feidman. Todo resultó de esa manera. Feidman, por ejemplo, lo conocí en Munich en la Marienplatz. Se acercó a mí con un conocido y éste me dijo: «Disculpe, Sr. Hiller, ¿puedo presentarle al Sr. Feidman?» Y en ese momento me atravesó la cabeza: «¡Esto es un golpe del cielo!»

Schmerda: Así que no crees en las coincidencias.

Hiller: No, no creo en las coincidencias. Creo en las convergencias. Inmediatamente llamé a Michael Ende y le dije: «Oye, hoy conocí a Giora Feidman, ¡quiero que sea el cazador de ratas!» Entonces echó un vistazo y dijo: «Ya he oído muchas cosas, pero probablemente sea la primera vez que Dios interfiere en los asuntos de la ópera». Feidman también interpretó al Flautista de Hamelín. Inmediatamente llamé al teatro de Dortmund, pero allí me dijeron: «¿Quién? ¿Giora Feidman? ¡Nadie aquí en la casa lo conoce!», «No importa, le contesté, es el reparto ideal». Y entonces también era el elenco ideal. Más tarde Martin Fröst desempeñó este papel. Y en diciembre de 2000 sonó de repente el teléfono y el Sr. Weikl estaba al teléfono y me dijo: «Sr. Hiller, ¿le gustaría escribir una ópera para mí?» Me dije a mí mismo: «Bueno, es increíble». Le pregunté dónde podía encontrarme con él. Dijo que se había alojado en el Hotel am Isartor. Eso fue maravilloso y nos conocimos de inmediato. Y qué puedo decir, nos entendimos inmediatamente. En los últimos tres años, más o menos, esta pieza ha crecido y se ha desarrollado.

Schmerda: ¿Qué le fascinó de esta figura del último minnesinger? Oswald von Wolkenstein fue, se puede decir, el último minnesinger.

Hiller: Estaba particularmente fascinado por el destino de su vida. Siempre tenía que agotarse y también agotarse a sí mismo: Más tarde también estuvo en un aprieto con su amante, que luego lo traicionó; estuvo en un aprieto con sus propios parientes, sobre todo con su hermano; estuvo en una pelea con el obispo de Brixen, con el duque Friedrich, etc., etc., y así sucesivamente. Esta lucha, esta lucha personal por la vida, sin embargo, lo motivó tanto que podía escribir. Desde el momento en que toda esta gente estaba muerta, Oswald von Wolkenstein no pudo pensar en nada más. Así que necesitaba esta pelea. Para mí es, por lo tanto, en todo lo que ha hecho, el destino de un artista típico, que de forma variada aún hoy en día es puede ocurrir.

Schmerda: Se trata, pues, de una ópera de artista que muestra cómo un artista, en este caso un poeta y un cantante, está agotado: en este caso entre la nobleza y el clero y, en principio, entre la política y la emoción.

Hiller: Así es, tiene encanto. Además, es el primer compositor de lengua alemana, del que hay unas 130 composiciones: monofónica, de dos, tres y cuatro partes.

Schmerda: También tienen música original de Oswald von Wolkenstein.

Hiller: Sí, mucho. También utilicé algo de música sólo de forma fragmentaria, es decir, en pequeñas partes individuales.

Schmerda: No sólo se habla y se canta el alto alemán, sino también el medio alto alemán.

Hiller: Se canta el alemán medio-alto; se canta el ladino; el grupo de teatro también habla el dialecto del Tirol del Sur. La mayoría de los actores proceden del Tirol del Sur: se trata de una coproducción entre el Teatro Municipal de Núremberg y Bolzano.

Schmerda: Bueno, ahora queremos ver un extracto de este trabajo. De nuevo la percusión está en primer plano, quizás no tan central como en Goggolori. Además, hay un conjunto de cámara que caracteriza al Oswald y que se coloca a su lado.

Hiller: Hay dos orquestas: una en el escenario y otra en la zanja. La orquesta en el escenario sólo acompaña las canciones de Oswald. La orquesta de la zanja utiliza todos los demás elementos: estados de ánimo, agresiones, etc. Allí -porque también estoy muy involucrado en esta música- también incluí elementos de jazz e incluso hip hop.

Schmerda: El detalle que veremos viene de la cuarta escena. Oswald von Wolkenstein ha cantado un minnelied y ha animado toda la escena en la corte del obispo. La hipocresía de la iglesia también se expone en su obra.

Hiller: Sí, esto es particularmente sorprendente en otra escena. Allí, en esa otra escena, los tres papas están sentados en la bañera: en el Concilio de Constanza. Esta escena ha desencadenado muchos debates controvertidos. Estuve en el monasterio durante ocho años, tal vez me tome la libertad de escribir una escena así.

Schmerda: Veamos ahora este extracto. (Inserción de película de "Wolkenstein")

Schmerda: Wolkenstein, una ópera de artista que también combina la actuación y la danza. ¿Cómo empezó todo esto contigo? ¿Cómo llegaste a la música? Nació en 1941 en Weißenhorn, cerca de Ulm.

Hiller: Eso es todo. Llegué a la música a través del teatro de títeres cuando tenía cinco años. Más tarde oí la Flauta Mágica en la radio y vi la Jenufa de Janacek en Augsburgo en el teatro. Desde entonces supe que la ópera sería mi futuro. Desde 1963 estudié música en Munich. Fue un momento muy, muy emocionante para mí.

Schmerda: También ha fundado una serie de conciertos y es increíblemente versátil; desde 1971 también ha trabajado como editor musical en la Bayerischer Rundfunk.

Hiller: Exacto.

Schmerda: ¿Cuándo tendrás tiempo para componer?

Hiller: Oh, eso es posible. El día tiene 24 horas y las noches son largas. No necesito dormir mucho y tengo la suerte de que mi esposa me lo quite todo para que tenga el mayor tiempo posible para componer. Ahora ya estoy en una jubilación parcial: por lo tanto, puedo jubilarme en Grecia seis meses al año, donde mi esposa ha construido una casa. Allí puedo dedicarme a mis pensamientos compositivos entre pescadores y cabreros en total aislamiento.

Schmerda: Nuestro tiempo de emisión está llegando a su fin. ¿Cuáles son sus planes para el futuro?

Hiller: Hay un número increíble de planes. Lo más difícil para mí es resolver estos muchos, muchos planes. Pero probablemente habrá una ópera en la iglesia sobre San Agustín. Eso es algo que se está cocinando ahora mismo. Probablemente habrá un contrato para ello en las próximas semanas.

Schmerda: Sr. Hiller, muchas gracias por venir. Fue muy instructivo hablar con usted. El tiempo ha pasado volando.

Hiller: Muchas gracias, fue divertido.

Schmerda: También me gustaría darle las gracias en casa por vernos. Muchas gracias por su interés, adiós y hasta la próxima. 



El ponche de los deseos

Texto: Omar González en Las mil notas y una nota
Imagen: Regina Kehn
 
 
 
¿Qué cuesta el mundo entero?
¡Dinero! ¡Dinero!


Para Rebeca Madrid, dotada para lo visual

 
Escrita en alemán y traducida al español por Jesús Larriba y Marinella Terzi, El ponche de los deseos (1989), novela para niños, adolescentes y adultos, del germano Michael Ende (1929-1995), es un abrazo de Año Nuevo: los buenos deseos (imposibles de realizar) de un moralista que quisiera un mundo mejor.

El ponche de los deseos ocurre durante unas horas de un solo día: de las 5 de la tarde a las 12 de la noche, es decir, hasta el momento en que las campanas de la Iglesia anuncian el punto de la celebración de San Silvestre y el comienzo del Año Nuevo. Al mago Belcebú Sarcasmo, Consejero Secreto de Magia y distinguido Miembro de la Academia de Negras Artes, precisamente a las 17 horas con 11 minutos, lo visita el burócrata Maledictus Oruga, enviado nada menos que por el mero Belcebú (de quien el mago es tocayo), el mero Ministro de las Tinieblas Supremas. Maledictus Oruga le recuerda a Belcebú Sarcasmo que no ha cumplido con su cuota de maldades pactadas en un contrato, cuyo plazo vence a la medianoche, y que de no cumplir (lo cual es poco probable), será secuestrado y remitido por siempre jamás al horrorosísimo Infierno. Esta es una de las razones por las cuales cada capítulo de la obra está precedido por el dibujo de la carátula de un reloj, cuyas manecillas van indicando el avance inmisericorde del tiempo.

El mago Belcebú Sarcasmo egresó del Instituto de Sodoma y Gomorra y de la Universidad de Técnicas Mágicas de Hediondburgo; ahora es Encargado de la Cátedra de Infamia Aplicada, Doctor Horroris Causa y Miembro del Consejo Supremo de Aquelarres. Paralelamente a su infausto destino, ocurre que su tía Tirania Vampir también ha recibido la visita del mismo burócrata Maledictus Oruga, y que ella, como bruja multiplicadineros, tampoco ha cumplido con su contrato, mismo que por igual vence a la medianoche. Ante los males que diezman la flora y la fauna del globo terráqueo, el Consejo Supremo de los Animales ha distribuido espías por todos los rumbos del planeta. Su cometido es indagar quiénes son los malandrines que los causan. Así, el mago Belcebú Sarcasmo y la bruja Tirania Vampir cohabitan, cada uno en su respectiva mansión, con su correspondiente espía: el cuervo Jacobo Osadías, vagabundo, perspicaz y pesimista, convive con la bruja; y el gato Félix —medio tonto, megalómano y gordinflón, quien se hace llamar Maurizio di Mauro— con el mago.

Belcebú Sarcasmo se halla deprimido ante la certidumbre de que no salvará su maligno pellejo. Así, escribe su testamento. De pronto lo visita su tía Tirania Vampir. Entre la lucha que implica el egoísmo y la ambición sin límite de ambos, la bruja le confiesa que trae la mitad de una receta (la del ponche de los deseos) que con toda probabilidad salvará a quien lo tome y le cumplirá todos los negros y crueles propósitos que pronuncie. Pero hay un pero: el ponche tiene que ser preparado y bebido antes de la primera campanada de la medianoche de San Silvestre; si no es así, su poder de inversión se torna nulo.
El poder de inversión del ponche consiste en que, por ejemplo, si el santo bebedor recita a gaznate pelado:

Que diez mil árboles enfermos
vuelvan a brotar

En realidad está deseando y ordenando lo contrario.

Belcebú Sarcasmo tiene la otra mitad de la receta del ponche de los deseos. Como el tiempo corre vertiginoso y sin que nadie lo detenga, no les queda más que pactar entre sí. El mago hace que las dos mitades de la receta se unan; ésta resulta ser una serpiente de pergamino con más de cinco metros de largo (¡una auténtica mazacuata prieta!). Mientras efectúan el complicado proceso de desciframiento y preparación del ponche de los deseos, la pugna entre ambos permanece latente; es decir, llegado el momento, cada uno pretenderá exterminar al otro y ser el único que lo tome. Cuando el gato Félix y el cuervo Jacobo Osadías, que no eran amigos, oyen, ocultos en un depósito de residuos especiales, los nefastos planes de la bruja y del mago, se unen y emprenden una azarosa búsqueda del medio que los auxilie para impedir la hecatombe mundial. Así, transformados en representantes del Bien, en previsibles héroes y salvadores del planeta Tierra, trepan, no sin esfuerzos que ponen en peligro sus deterioradas vidas, hasta lo alto de la torre de la Iglesia, con el fin de adelantar la campanada que vuelva nulo el poder de inversión del ponche de los deseos. San Silvestre, quien reside, convertido en piedra, en lo alto de la torre de la Iglesia, cobra vida para ejecutar su tradicional concierto de 12 campanadas. Debido a las explicaciones y peticiones del cuervo y del gato, San Silvestre les regala, congelada en un trozo de hielo, la primera de las 12 campanadas, que deberán mezclar al ponche de los deseos.

El cuervo Jacobo Osadías y el gato Félix lo hacen, no sin eludir otros inconvenientes, y así anulan el poder de inversión del ponche. De este modo, la bruja y el mago, que se embriagan bebiendo la pócima e improvisando y vociferando versos. Por ejemplo:

Ponche de los ponches, cumple mis deseos:
¡Se acabó la matanza de focas, fuera el comercio de marfil!
¡Salvemos las ballenas, quedan pocas! ¡Abajo el tratante vil!

Pues así deben cifrar los negros y malvados deseos, y por ende, sin saberlo, firman el acta de su condena transmutados en benefactores del planeta Tierra, de todos los animales y de la humanidad entera, pese a que nadie lo sepa.

Se trata, como se ve, de una proverbial y edificante lucha entre el Bien y el Mal, en la que el triunfo del Bien, reza la cuentística y ancestral tradición, beneficia y premia a los héroes, pequeños y de origen humilde, que lucharon por él: el cuervo Jacobo Osadías, de debilucho y desplumado, queda convertido en un pajarraco fuerte y con el plumaje de un galán de cine; mientras que el gato Félix, de gordito, enano, con ridículos colores, sin voz, se transfigura en un bicho musculoso y atractivo, con dotes de cantante de ópera.

La fantástica novela-fábula El ponche de los deseos expresa una victoria utópica, idealista, un sueño evanescente e inasible, desde luego, acentuada por la nota angelical (el elemento clave del triunfo) que a los animales les regala San Silvestre. Sin embargo, en el transcurso, la obra no elude flechazos críticos y cáusticos, que son parte de la carga moral, quizá concientizadora. De pasadita se dice que los rincones de la Iglesia no sirven de escondite, porque es posible que los funcionarios infernales entren y salgan de allí con toda libertad. Se dice que un jefe de estado (arquetipo de la demagogia, de la insaciable corrupción, de las impolutas Casitas Blancas y de los pseudodemocráticos pactos del blablabá), cliente del malvado mago Belcebú Sarcasmo, le encargaba lágrimas de cocodrilo. Se dice que siempre ha habido, y sigue habiendo, hombres que no retroceden ante nada con tal de conseguir el poder y el dominio sobre los otros. Entre las sanguinarias y apestosas especialidades del mago Belcebú Sarcasmo se cuentan la contaminación del aire, el envenenamiento de mares y ríos, la destrucción de bosques y campos, las enfermedades de humanos y fauna, pero también el congelamiento de los espíritus elementales (que no pueden morir), como los gnomos, los elfos, las ondinas, los juzgalibros (seres diminutos y prescindibles que suelen pasar su somnífera vida poniendo reparos a los libros, a veces en un blog en la web). El mago Belcebú Sarcasmo, como arquetipo y cerebro de laboratorio, es el paradigma del científico involucrado, moral y políticamente, en empresas privadas e instituciones públicas, cuyos experimentos e investigaciones inciden en la polución atmosférica, en el exterminio de las especies y en la degradación de los ecosistemas. Esto se subraya al referir su cuota contractual y al cifrar sus supuestos buenos deseos mientras bebe el ponche (y en ello no se encuentra ni por encima ni por debajo de la bruja), pero también se transluce en las maldiciones que lanza en sus explosivos enojos, pataletas y berrinches: “por todos los pesticidas”; “por la lluvia ácida”; “por el estroncio radiactivo”; “por todos los genes clonizados”. Mientras que la bruja Tirania Vampir, como arquetipo multiplicadineros, es el paradigma de los grandes capitalistas y especuladores bursátiles (que emplean técnicos, economistas y científicos): los banqueros con estratosféricos aguinaldos (gordinflones, pelotudos, sin ningún catarrito, tránsfugas y fanáticos, detrás de la barrera, de los trumpistas cortos de terror), los manipuladores de la bolsa, los poseedores de las acciones de las empresas e industrias transnacionales que dañan el orbe y propician el cambio climático: el ultracacareado calentamiento de la aldea global con sus consabidos desastres, exterminios y tragedias. Así, la villana Tirania Vampir presume ser la presidenta de la Sociedad Internacional de Níquel Corrosivo e intenta que su malévolo sobrino Belcebú Sarcasmo jure por el Tenebroso Banco-Palacio de Plutón. Y en una de sus cantaletas radiográficas, grita:
¿Qué cuesta el mundo entero?
¡Dinero! ¡Dinero!”
 
En este sentido, ante sus pestilentes negocios y confabulaciones, el cuervo, metido a filósofo de cine, le dice al gato: “Entre los hombres, te lo aseguro, el dinero es el punto capital, especialmente en el caso de tu maestro y mi madam. Hacen todo por dinero, y con dinero pueden hacer todo. Es el peor instrumento mágico que existe.”
 
Como se advierte, El ponche de los deseos es una caricaturesca novela-fábula, placentera, que además celebra los juegos de palabras y la improvisación que implica el verso popular. Por ejemplo:

Ponche de los ponches, cumple mis deseos:
Las acciones de “Talar y Hermanos” comenzarán a bajar
y sólo como papel higiénico
se podrán utilizar.

De cumplirse los buenos deseos de Año Nuevo que, sin querer, expresan los horrorosísimos malvados (y que en realidad son los del recóndito espíritu de Michael Ende), se estaría ante la reinvención del Paraíso Terrenal y quizá en vías del regreso al auténtico Jardín del Edén, a esa eternidad, que según San Silvestre, como si escuchara a San Agustín, está más allá del tiempo, de la dualidad del mundo, donde sólo existe el Bien sin contrincante.

La descripción de los personajes, de los objetos, de las escenas, refrendan que Michael Ende era un colorista, un magnífico tejedor de fantasías, de filigranas, un dotado para lo visual. Es por ello, en parte, por lo que sus novelas Momo (1973) y La historia interminable (1979) fueron adaptadas al cine. Y es por ello, al parecer, que el binomio Ediciones SM/Thienemann reza en las solapas que Michael Ende se sentía influido por su padre Edgar Ende (pintor surrealista), por El Bosco, por Brueghel y por Klee.
 
 
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