Imagen: Barbara Sobczynska
Decía el maestro Borges que los libros son los que buscan al lector. Los libros con magia tienen ese poder. Así conocimos nosotros a Momo: en las bibliotecas suelen ofrecer libros de expurgo, es decir, libros que están muy usados o ediciones viejas, las suelen dejar en el mostrador para que la gente pueda llevárselos. Nos llamó la atención un libro con tapa dura, de fondo negro y sin letras impresas, entonces una fuerza nos imantó hacia el. Al abrirlo el dibujo de la portada -dibujos del mismo autor- y el subtitulo de "los ladrones del tiempo" ya nos hizo sentir que sería un libro fascinante, de esos libros que nunca olvidas y que sin duda alguna siempre vuelves a releer.
No conocíamos al autor, nos enteramos que era el mismo escritor de la obra "La historia interminable" más conocida por la película de cine del mismo título. Gracias al libro de Momo conocimos también el mágico libro -que absolutamente nada tiene que ver con la película- por lo cual recomendamos leer la novela de "La historia interminable" de Michael Ende. Curiosamente el escritor alemán en un vídeo critica la versión cinematográfica que se hizo de su obra. Ciertamente al leer "la historia interminable" nos dimos cuenta de la profundidad y sabiduría que encerraba y que en la película no hay ni atisbo de ello.
Tiempo más tarde conocimos- esta vez sí - dos excelentes películas basadas en la obra de Momo, una de ellas de animación italiana y otra un poco más antigua, alemana. Aquí os dejamos los enlaces, ambas películas siguen fielmente la historia original e incluso en la película alemana participa en los minutos iniciales Michael Ende.
Momo es un libro que fácilmente lo podréis conseguir en bibliotecas, suele estar catalogado como novela juvenil.
En conclusión, Momo es un libro que recomendamos sobre todo en estos tiempos de tanto estrés y materialismo, donde el tiempo de la gente se mide en lo que produce y puede acumular, donde no hay tiempo para las actividades creativas ni para el deleite sano. El ser humano viviendo de esta manera va quebrándose lentamente, aislándose o como bien dice uno de los personajes de la novela, el llamado Maestro Hora:
Todavía puedo hacerles llegar a los hombres su tiempo no contaminado. Pero cuando la campana de humo se haya cerrado en nuestro alrededor y encima de nosotros , en cada hora que yo envíe se mezclará un poco del tiempo muerto, fantasmal de los hombres grises. Y cuando los hombres lo reciban enfermarán de ello, enfermaran de muerte. Al principio apenas se nota. Un día, ya no se tienen ganas de hacer nada. Nada le interesa a uno, se aburre. Y esa desgana no desaparece, sino que aumenta lentamente. Se hace peor de día en día, de semana en semana. Uno se siente cada vez más descontento, más vacío, más insatisfecho con uno mismo y con el mundo. Después desaparece incluso ese sentimiento y ya no se siente nada. Uno se vuelve totalmente indiferente y gris, todo el mundo parece extraño y ya no importa nada.(...) Se olvida de reír y de llorar. Entonces se ha hecho el frío dentro de uno y ya no se puede querer a nadie. Cuando se ha llegado a este punto la enfermedad es incurable. Ya no hay retorno. Se corre de un lado a otro con la cara vacía, gris, y se ha hecho uno igual que los propios hombres grises. Se es uno de ellos. Esta enfermedad se llama aburrimiento mortal.
¿Acaso no estamos viviendo algo parecido a lo que dice el Maestro Hora? Aburrimiento mortal, ciudades cada vez más grandes, donde nadie conoce a nadie, falta de tiempo para lo que se considera "improductivo", falta de creatividad, de entusiasmo, cada vez más alejados del contacto sincero con nuestros semejantes, por falta de tiempo las relaciones son esporádicas, las conversaciones banales, el entretenimiento vacío e insano. Jamás un teléfono móvil "smartphone" ni un ordenador podrán suplantar las potencialidades que por natura nos es dada a los seres humanos. Para vivir bien necesitamos desarrollarnos, crear, sentir, experimentar la curiosidad y el asombro, la reverencia. Sin todas estas cosas, el humano se vuelve gris y marchito.
Cada hombre posee un templo dorado del tiempo porque tiene corazón
Y todo el tiempo que no se vive en el corazón es tiempo perdido..., nos recuerda el Maestro Hora. Misterioso personaje el del Maestro Hora, él es el Tiempo: Es la Vida y la Muerte. Eternamente unidos, en armonía. En su inmensa sabiduría nos recuerda y nos invita a volver al origen, a la sabia inocencia, recuperar Nuestro Tiempo para que no se contamine y se marchite definitivamente. Pues el tiempo es lo único que poseemos realmente. El don que se nos ha regalado: la vida compuesta del tiempo de las hermosas flores horarias.
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