29.4.20

Michael Ende en verso

Texto: Giovanni de Feo en Pulplibri
Imagen: portada de El mercado de los sueños

 
El mercado de los sueños. Canciones de medianoche y baladas en voz baja.


Y te preguntas por qué lo olvidamos,
por qué no creemos
que somos libres como pájaros en el mar
y que podemos volar.

Al leer a los escritores que amamos, a veces descubrimos que tienen diferentes facetas, dependiendo de las formas que adoptan sus escritos.

De Michael Ende conocía no solo las novelas (que otras personas etiquetan 'para niños'), también las historias y ensayos, estos últimos publicados no hace mucho por Rubettino con el título Storie Infinite.

De las novelas, haremos como si se hubieran escrito en abundancia, que no es así al menos en italiano. Pero sabemos de qué estamos hablando, Momo y La historia interminable ya forman parte del imaginario colectivo.

Un poco espinosas y oscuras para ser dirigidas al público infantil, demasiado imaginativas para ser consideradas seriamente por los críticos, pero también demasiado imaginativas para ser 'Kafkianas', incluso si con Franz Kafka comparten algo más que el lenguaje. De hecho, el escritor al que más se parece Ende es a menudo ETA Hoffman, aunque en historias cortas su narración se manifiesta más como enigmas, imágenes puras, casi como si el hijo de Edgar Ende estuviera tratando de relatar las pinturas de su padre.

Si, le sucede como a mí que La historia interminable ha sido un hito en su lectura, léala de nuevo. Habla, entre otras cosas, de la función de la imaginación en el arte, de la poesía en la vida, de la burla hacia la "literatura infantil" y de la belleza del idioma italiano, un idioma que Ende hablaba bien.

Llegando a la poesía. ¿Qué tipo de poeta es Ende?

Olvidemos por un momento quién es Michael Ende, e incluso olvidemos que tenemos sus poemas frente a nosotros. Si fueran historias, de hecho, si fueran pinturas, ¿qué veríamos? Aquí hay una lista no exhaustiva: flores que se secan en prados polvorientos; una marioneta hablando con una muñeca; un hombre que envía un mensaje embotellado a su corazón en el exilio; un pájaro negro en un árbol en medio de una tierra de "arena y ceniza impura"; jueces enmascarados en un barco en medio de la noche; una chica de papel que se vuelve amarilla esperando un amor. Y así sucesivamente.

La lista es fascinante, pero intentaremos desentrañar su corazón mediante la interpretación. Bueno, hay dos palabras, o más bien, dos conceptos, que continuamente se muestran en estos poemas: Sueño e Infinito. Así que estos serán la llave y la puerta del mundo de Michael Ende para nosotros. ¿Pero cuál es la llave y cuál es la puerta?

Comencemos con el Sueño (Traum): esta palabra está en todas partes. Hay ciudades de ensueño, mercados de ensueño, canciones de ensueño, mares de ensueño, sueños de amor, sueños sobre vuelos, pescadores de ensueño, y cuando no hay una palabra, a menudo existe esa sensación de posibilidad onírica, como si todo lo que sucediera fuera al mismo tiempo un símbolo incognoscible y una imagen impaciente que será revelada a la luz de la razón.

La palabra Infinito, por otro lado, no se encuentra a menudo, pero es un concepto que aparece constantemente, tanto aquí como en otros de sus trabajos, en diferentes formas: un espacio infinito, inmensos espacios progresivos, un tiempo infinito, una negrura eterna.

En lugar de hacer una nueva lista, hablaré de dos poemas, haciendo una labor de traducción de poesía a prosa, del sueño a la vigilia. Uno de los poemas que más me impresionó es La balada del príncipe O-no-es-nada, una traducción brillante de Morgenland, que en alemán equivale tanto a 'tierra del mañana' como simplemente a 'oriente'. Precisamente a partir de este doble significado, Ende construye una imagen: la de un vagabundo que es en realidad un príncipe de oriente y del mañana, quien de hecho afirma no ser realmente alguien 'presente', sino solo un eco de su futuro yo. El príncipe O-no-es-nada vive real y literalmente en su futuro. Precisamente por esta razón, única entre todos los hombres, él es libre. "El poder y el honor para él son solo sueños lejanos". Hasta que un día lo encuentran muerto en un banco del parque. Este es, entendemos, el futuro desde el cual nos miró con una sonrisa benevolente. No desde un tiempo cualquiera, sino el tiempo fuera del tiempo, un tiempo sin fin. Solo entonces, escribe Ende, el vagabundo se volvió real para todos, excepto para los niños. De hecho, estos eran los únicos que siempre habían podido ver al príncipe O-no-es-nada como realmente era.

(¿Por qué los niños? Escribo esta consideración entre paréntesis porque debe permanecer entre paréntesis en el estudio de un autor como Ende, quien se ve obligado a hablar sobre los niños, a veces explícitamente a los niños, porque a menudo son los únicos que ven las posibilidades imaginativas del mundo sin tener que darle sentido y propósito a toda costa. Dado que en esto, pocos adultos tienen éxito, al menos despiertos, esta preciosa habilidad se delega a los más jóvenes. Que este diálogo con ellos sea visto por la mayoría como un síntoma de inferioridad artística, perteneciente al 'gueto de los escritores infantiles', por decirlo en palabras de Ende, no es accidental: es sintomático).

El segundo poema, La balada de la inútil vida de Jonathan Glib. Parece ser exactamente el contrario del poema del príncipe O-no-es-nada. Glib nacido presumiblemente rico, vive anhelando una vida que nunca llegará. Al igual que el sultán de La prisión de la libertad, la única historia islámica de Ende, ante infinitas opciones, elige no elegir. Pero si para el sultán esa elección fue su salvación, para Glib será la condenación, la pereza eterna, un pecado que alude explícitamente a Dante. Glib podría amar a una mujer u otra, podría ser dentista o panadero... podría, pero teme sobre todo el deseo que "suprime la posibilidad". En otras palabras, Glib teme, al igual que el pianista del siglo XX, el angustioso potencial del infinito.

Aquí estamos de vuelta a esta palabra. Recordemos entonces cómo en La historia interminable esta palabra no tiene ese aire benevolente y un poco disneylandense que generalmente se le atribuye. En la novela más famosa de Ende, la historia se vuelve poco común precisamente cuando Bastián se niega a elegir entrar al libro que está leyendo (el libro de su vida, diríamos) provocando entonces que la Emperatriz Infantil lo obligue mediante "el eterno retorno", una historia cíclica infinita y maliciosa.

En resumen, la belleza de la poesía de Ende radica en el hecho de que, como en el símbolo del Tao, cada elemento imaginativo contiene su opuesto, la salvación y la condenación. Glib es la otra cara de O-no-es-nada: una figura aterrorizada por el infinito de posibilidades contra aquella que vive en el tiempo sin tiempo, que incluso ha convertido en su reino.

En este sentido, para Ende el Sueño es la llave, el acceso interno a todo tipo de posibilidades y el Infinito es la puerta que debe cerrarse rápidamente para quienes la temen, o permanecer abierta para quienes no le temen. "El ojo del sueño se ha abierto", escribe Ende haciéndose eco de Novalis. ¿Y qué es lo que ve el sueño?

En El sueño de volar, quizás la mejor poesía de la colección (permítanse las acrobacias), Ende escribe: "te sientes paralizado y prisionero, por una red de reglas, hábitos y violencia", "permanecerás en un espacio estrecho" mientras " no sueñes con el sueño que nunca muere": es decir, tener alas, flotar en el aire, sentirse feliz.

Para los cretinos que todavía hablan de escapismo cada vez que hablamos de fantasía, Ende parece responder que precisamente, su literatura es literal y verdaderamente escapista. Porque, ¿cómo puede alguien que no es libre llegar a serlo, si no sueña con ser libre? La fantasía, el sueño, "no serviría de nada", si no fuera por esto: por actualizar el Infinito fuera y dentro de nosotros.

Según una cierta lectura de la cábala, Malkhut, la última sefira, está vinculado a la luna y al símbolo de la Imaginación que es la parte del espíritu que puede conducirnos a cualquier sitio, incluso a donde no podríamos ir, incluso a donde no deberíamos ir. Ende fue quizás el último autor alemán en ser propiamente romántico, es decir, dotado de una confianza ilimitada en el poder de la imaginación. Nada, literalmente, nada está cerrado para nosotros, si sabemos cómo producirlo en imágenes aunque al despertar, a menudo lo olvidamos. Pero, como Ende termina su poema, "en el sueño lo sabes: no es un sueño".


Y te preguntas por qué lo olvidamos,
por qué no creemos
que somos libres como pájaros en el mar
y que podemos volar.




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Bibliografía

Ende, El mercado de los sueños, Elara, 2018
Ende, Storie Infinite , Rubettino, 2009
Ende, La historia interminable, Longanesi, 1983
Ende, Momo, Longanesi, 1993

13.4.20

La historia interminable de Wolfgang Petersen, 1984

Texto: Jaume Cardona en Cine y psicología
Imagen: Juan Saniose
 
 
 
DUELO Y VIAJE DEL HÉROE

A mi Madre...

 
 
Cada libro es una aventura de la mente y una invitación a vivir la experiencia de los regalos de la imaginación (Hermann Hesse)
La historia interminable (Die unendliche Geschichte, 1984), es una película dirigida por el director alemán Wolfgang Petersen (director de la reconocida "El submarino" -Das boot, 1981-), basada en la gran novela de Michael Ende. La historia interminable, en principio película "infantil", se caracteriza, como leí en una interesante crítica, por ser un cine para niños que "no era, ni mucho menos, cine infantilizado como el que después hemos tenido que soportar". [1] Y es ese un comentario que me parece destacable, porque cuando hablamos de que un cine para niños no es un cine infantilizado quiere decir que es también un cine para adultos. A partir de la historia inicial de Bastian (Barret Oliver), un niño cuya madre ha fallecido recientemente, La historia interminable nos ofrece dos posibles lecturas que, distintas a la vez, no obstante son complementarias, pudiéndose ambas contemplar desde el clásico tema del "Viaje del héroe" tal y como fue descrito por Joseph Campbell y C. G. Jung. Por un lado, tenemos el duelo de la muerte de la madre que, a la vez, coincide con el fin de la infancia, pero con un fin de la infancia relacionado con una entrada en un mundo adulto que también parece significar el fin de la fantasía, y de ahí que, tanto el libro como la película, se erigen como una crítica social que si en los años ochenta ya era acertada, mucho más lo es en la actualidad. Esta dimensión de acceso a una "realidad" árida aparece representado por el padre de Bastian (Gerald McRaney), cuando al inicio de la película le dice: "... procura tener siempre los pies en el suelo. Deja de soñar despierto y empieza a ver las cosas como son en realidad".

 
I. EL ENCUENTRO Y EL INICIO DE LA AVENTURA.
 
Bastian se nos presenta como un niño tímido y un tanto apocado, acosado por algunos chicos bravucones dela escuela y por un padre que no lo atiende suficientemente y que le precipita en el mundo adulto. Justo después de uno de estos acosos, del cual huye, se refugia en la librería Koreander, cuyo encuentro con su librero cascarrabias va a constituir el inicio del viaje del héroe para nuestro pequeño protagonista. Como todos los viajes del héroe la historia se inicia, tal y como Joseph Campbell nos mostró con sus estudios sobre el tema, con un encuentro imprevisto en el que sucede algo que va a perturbarle profundamente, lanzándole a un camino que no es más que el camino de encuentro con unos mismo. Así aparece el misterioso libro que está leyendo el librero Koreander, el cual provoca con sus comentarios que Bastian lo coja prestado: La historia interminable.

El libro se erige, en consecuencia, en el mentor del joven, pues él realizará la función de acompañarle a través de sus páginas en la que va a transformarse en su propia aventura. En una entrevista realizada a Michael Ende dice acerca de su novela:

Cuando nos fijamos un objetivo, el mejor medio para alcanzarlo es tomar siempre el camino opuesto. No soy yo quien ha inventado dicho método. Para llegar al paraíso, Dante, en su Divina comedia, comienza pasando por el infierno. Para descubrir las Indias, Cristóbal Colón levó anclas en dirección a América. Para encontrar la realidad hay que hacer lo mismo: darle la espalda y pasar por lo fantástico. Ése es el recorrido que lleva a cabo el héroe de La historia interminable. Para descubrirse, a sí mismo, Bastián debe primero abandonar el mundo real (donde nada tiene sentido) y penetrar en el país de lo fantástico, en el que, por el contrario, todo está cargado de significado. Sin embargo, hay siempre, un riesgo cuando se realiza tal periplo; entre la realidad y lo fantástico existe, en efecto, un sutil equilibrio que no debe perturbarse... [2]
Joseph Campbell, C. G. Jung o Erich Neumann podrían subscribir ese texto sin problema.

El inicio de la lectura del libro (en una habitación abandonada en el colegio) nos pone en contacto con algunos de sus personajes fundamentales:

- La Nada, descrita como una enorme devoradora que va destruyendo y acabando con el mundo de fantasía y a la que, en relación a la historia, la podemos entender desde dos puntos de vista:

1) Como el mundo depresivo que afecta a Bastian tras la muerte de su madre. Recordemos que el inicio de la película comienza con Bastian despertando de una pesadilla y que, momentos más tarde, le cuenta a su padre que ha vuelto a soñar con su madre, a lo que éste le responde fríamente: "Es natural hijo, pero tenemos que acostumbrarnos a que tu madre ya no está con nosotros... Los dos hemos de hacer un esfuerzo para no dejar que la muerte de mamá no sirva de excusa para cumplir nuestras obligaciones".

2) Como el acceso a la "realidad" que, a través del padre, se propone, y que, por decirlo en lacaniano, oculta el núcleo de esa nada como un "real" que implica la muerte de la imaginación y la fantasía, y cuyo máximo exponente es nuestra actual sociedad de consumo y de distracciones permanentes. El paso del niño al adolescente, y de éste al joven y al adulto, implica un gradual proceso que conlleva una desesperación de la que hablaremos posteriormente, una depresión aparentemente no obvia, pero que podemos considerar un estado subdepresivo en el que la vida transcurre sometida a una visión productiva (Byung-Chul Han) y en la que el tener substituye al ser (E. Fromm, H. Marcuse).

- Atreyu (Noah Hathaway), el joven guerrero, un niño como Bastian, que llegado de las grandes llanuras de Fantasía deberá afrontar cerrar el paso a la Nada sanando a la Emperatriz del reino de Fantasía, aquejada de una enfermedad relacionada con esa Nada. Obviamente, Atreyu es el "alter ego" de Bastian ("es un chico como yo" - dice sorprendido -), no tanto en el sentido de la sombra junguiana, como de los aspectos de algunos de sus aspectos integrados positivamente en la personalidad como el valor, el coraje y la determinación propios del arquetipo del héroe. Esta dimensión se confirmará en la prueba del espejo, de la que hablaremos posteriormente.

- La Emperatriz infantil (Tami Stronach) del reino de Fantasía, que aunque no es mostrada en este momento - no lo será hasta el final - es una niña como Atreyu o Bastian. Siguiendo el esquema de las leyendas arturianas - cuya deuda Michael Ende reconoce -, Atreyu será "el héroe-caballero" que se lanzará a la aventura para salvar a su "emperatriz" y su reino. En ese sentido, podemos considerar a la Emperatriz infantil como una representante del arquetipo del ánima que atrae a Bastian, a través de Atreyu, a recuperar la energía de su vida, una vida que debe seguir adelante. De ella Atreyu recibe a Auryn, el símbolo de la emperatriz infantil, que actuara como uno de los clásicos amuletos que ayuda al héroe en su viaje.

Desde los dos aspectos que hemos considerado de "La Nada", también podemos considerar a la Emperatriz infantil como:

1) La posibilidad de reconexión de Bastian con la energía de la vida para salir de la dimensión depresiva en la que le mantiene el duelo melancólico por su madre.

2) El mismo tipo de reconexión con la energía de la fantasía necesaria para afrontar realmente al acceso a hacerse hombre, entendido éste acceso como un camino no sólo hacia la socialización, sino también hacia la propia individuación, sin quedar presa exclusivamente de los contenidos colectivos que se nos imponen (recordemos la frase del padre: que la muerte de mamá no sirva de excusa para cumplir nuestras obligaciones. En ningún caso se habla, como diría Lacan en el Mayo del 68, de cumplir nuestros deseos).

En ambos casos reconocemos en las anteriores palabras de Michael Ende el camino del héroe, entendido este como un viaje hacia el propio interior: Para descubrirse, a sí mismo, Bastián debe primero abandonar el mundo real (donde nada tiene sentido) y penetrar en el país de lo fantástico, en el que, por el contrario, todo está cargado de significado.

- Finalmente tenemos a Gmork, una especie de gran perro o lobo negro, encarnación de La Nada, que tiene como función impedir que Atreyu realice su cometido. Coincide con el "guardián del umbral", personaje o entidad descrito por Campbell que tiene como función evitar que se cruce el umbral que da acceso al mundo de lo desconocido, y donde más allá de las tinieblas y el peligro que lo caracterizan, reside también la verdad que sana, en un claro paralelo con los versos de Hölderlin que dicen: "Allí donde está el peligro / crece también lo que salva".

Gmork representa el gran enemigo de Atreyu, aunque esencialmente de Bastian, es decir, el miedo, sobretodo el miedo que paraliza, que tiende a asustar y a complicar el acceso del héroe a su iniciación. El miedo que, como dice también Michael Ende, en relación con el camino de la fantasía implica un riesgo, y es que "entre la realidad y lo fantástico existe, en efecto, un sutil equilibrio que no debe perturbarse: separado de lo real, lo fantástico pierde también su contenido." [3]

En realidad Bastian se enfrenta a este equilibrio sutil en el que se trata no de entrar en una realidad árida, sin lugar para la fantasía, como tampoco de refugiarse en la fantasía desentendiéndose de la realidad. Todo viaje hacia el interior de uno mismo es un viaje de retorno a la realidad a la que, no obstante, volvemos con las perlas halladas en las imágenes que ese mundo interno nos ofrece, retornamos como un ser más individuado - que no individualista -.

 
II. EL CAMINO DE LAS PRUEBAS.

Tras partir de la Torre de Marfil, sede de la emperatriz infantil, empieza la iniciación que significan el camino de las pruebas para Atreyu. Dicho camino se caracteriza por la entrada en un extraño mundo de ambigüedad, entre lo onírico y la pesadilla, y en la que el héroe encontrará distintas ayudas que le permitirán afrontar los desafíos que le esperan.

- Los pantanos de la tristeza y la vieja Morla: depresión y melancolía.

Tras recorrer distintas regiones sin éxito, Atreyu deberá entrar en los pantanos de la tristeza, un lugar deprimente en el que, no obstante, vive la vieja Morla, considerada el ser más sabio de Fantasía. En el pantano deberá luchar contra una tristeza de naturaleza melancólica que se llevará a Artax, su caballo. Recordemos, en relación al duelo de Bastian por la muerte de su madre, que uno de los problemas de la depresión melancólica tienen que ver con una renuncia al deseo y a los conflictos que comporta, lo cual, trasladado a Bastian, se refiere al miedo a enfrentar la vida, a hacerse mayor. Esta ausencia de deseo la hallamos también en Morla, quien como toda respuesta a Atreyu tiene un "Nada tiene importancia .. Todo da igual... Olvídalo" o "morir por lo menos sería algo". La definición de que la depresión es también el rechazo al inconsciente (Lacan), podría leerse en Morla como el abandono ya de todo interés por la muerte de la fantasía. Encontramos este rechazo tanto al deseo, como indiferencia al futuro de fantasía, cuando tras estornudar le dice a nuestro joven guerrero: "es que tenemos alergia a la juventud".

No obstante, finalmente, Morla le dirá a Atreyu, y tras la insistencia e inteligencia de éste, hacia donde debe dirigirse para encontrar la solución a la enfermedad de la Emperatriz infantil: el Oráculo del Sur... a diez mil millas de distancia. Atreyu, desolado por lo insalvable de esta distancia intenta salir de los pantanos, viéndose invadido por su mortal tristeza, así como perseguido por Gmork. Pero justo en el instante final, cuando parece hundirse en la ciénaga, o que Gmork va a atraparle, aparece otra de las ayudas con las que contará: el dragón blanco Fújur.

- La puerta de las esfinges: el miedo y la duda.

Si en el pantano de la tristeza Atreyu se enfrentó a la depresión melancólica, ante la Puerta de las Esfinges - al cual le llevará Fújur -, se enfrentará al miedo y la duda. Allí contará también con la ayuda de dos viejos gnomos, Urgl, la mujer gnomo que le curará de sus heridas, y Enguivuck, el hombre gnomo que le mostrará el oráculo (dos grandes esfinges a través de las cuales debe pasarse) y le explicará algunos de sus secretos.

Efectivamente, cuando el miedo se adueña de nuestros corazones cede la confianza y, en consecuencia, se apodera de nosotros la duda que, a su vez, hace flaquear el convencimiento y la determinación. Esto es lo que observa Atreyu a través del telescopio del viejo gnomo, quien ve un caballero acercarse al oráculo y disponerse a cruzarlo, siendo fulminado por unos rayos lanzados desde los ojos de las dos esfinges... Las esfinges aparecen de nuevo como "guardianes del umbral", como obstáculos a sobrepasar antes de llegar al destino del héroe.

Atreyu marchará hacia el oráculo con ese convencimiento y determinación, buscando fuerza en el amuleto Auryn, pero cerca del cadáver del caballero, al contemplar su rostro calcinado, le llegará el miedo, y la duda le invade. Es entonces cuando las esfinges empiezan a abrir sus ojos, pero ante los gritos de que pase de Bastian (primer contacto de Fanatasía con el mundo humano), Atreyu recompondrá su confianza y determinación y logra pasar antes de que las esfinges lancen sus rayos.


- La puerta del espejo mágico: la confrontación con "la sombra".

La puerta del espejo mágico trata el tema de la confrontación con la Sombra como nos diría Jung. Y así lo indica Enguivuck cuando le dice a Fújur: "Tendrá que enfrentarse consigo mismo mirándose al espejo [...] allí la gente amable descubre que es cruel y los valientes que, en realidad, son cobardes. En el espejo mágico se ven tal como son y la mayoría de los hombres huyen aterrados". Así Atreyu lo encontrará en un lugar gélido azotado por una fuerte ventisca de nieve. Al llegar a él se reflejará en el espejo, y en su superficie, poco a poco, se definirá la imagen de Bastian.

En realidad, quien pasa está prueba es el propio Bastian, quien al leer lo que sucede le convierte a él en la sombra de la imagen de Atreyu el guerrero como Bastian el cobarde. Lanza entonces al suelo, asustado, el libro: ¿Cómo es posible que alguien me conozca a mí en fantasía? - dice -. Tras sus dudas iniciales decide continuar con la lectura del libro, momento en el cual vemos a Atreyu atravesar la superficie del espejo.

La contralectura a aquello que dice Engivuck de que allí los valientes descubrirán que son cobardes, es también justamente la contraria, que los cobardes pueden ser valientes. Aquella valentía que Bastian necesitará para superar el duelo y continuar con su vida, de la misma manera que continuar con ella no sólo es cuestión de los pies en el suelo, sino también de llevarlos al cielo, uniendo así realidad y fantasía, mundo externo y mundo interno.

Es también en este momento donde toma más fuerza lo que antes ya se había atisbado... la conexión de fantasía con la realidad del mundo humano a través del vínculo de Bastian con Atreyu.


- El Oráculo del Sur: El enigma.

Tras cruzar el espejo mágico Atreyu llega al Oráculo del Sur, donde las esfinges (que se están destruyendo por efecto de La Nada) le revelan que para salvar a la Emperatriz infantil se le debe dar un nombre nuevo, pero sólo valdrá si ese nombre es dado por un niño humano. La esfinge también le dice que hallará el mundo humano más allá de los límites de fantasía. Nos encontramos una vez más con el nexo de unión entre el reino de fantasía y el mundo humano. Atreyu parte con Fújur para encontrar estos límites, pero el encuentro con La Nada le desequilibra y cae al abismo, despertando luego en las playas de La Ciudad de los Espectros.

Esta cuestión del nombre es importante porque, unos instantes más adelante, vemos a Bastian diciendo: "Que pena que no me hayan preguntado a mi lo del nombre, porque mi madre si sabía uno maravilloso". Lo aclararemos al llegar al punto V.

 
III. EL ENCUENTRO TRAUMÁTICO: LA LUCHA CON EL MONSTRUO.

Es en la Ciudad de los Espectros, donde Atreyu ve toda su historia narrada en unos murales pintados en las paredes de los restod de la ciudad. En uno de esos murales Atreyu ve la imagen de un perro terrorífico. Se trata de Gmork, quien de repente toma vida. Se trata del encuentro clásico encuentro y con el monstruo . Este es el momento decisivo de la iniciación que tuvo su inicio con las pruebas que vimos en el anterior punto. Es muy interesante el diálogo que mantienen los dos protagonistas, antes de que Atreyu se de a conocer como tal a Gmork:

Gmork: Valiente guerrero. Lucha contra La Nada.
Atreyu: No puedo, no se traspasar las fronteras de Fantasía.
Gmork: - riéndose - Fantasía no tiene fronteras.
Atreyu: Eso no es cierto. ¡Mientes!
Gmork: Pequeño necio. ¿Qué sabes tú del país de Fantasía? Es el mundo de la fantasía humana, cada parte de su reino, cada criatura suya, no es más que un trozo de los sueños y esperanzas de la humanidad. Por lo tanto no tiene fronteras.
Atreyu: ¿Por qué se está muriendo Fantasía entonces?
Gmork: Porque los hombres han empezado a perder sus esperanzas y olvidar sus sueños. Por eso la nada avanza cada día más.
Atreyu: ¿Qué es La Nada?
Gmork: El vacío que queda, como una ciega desesperación que destruye este mundo. Yo lo odio y por eso ayudo a La Nada.
Atreyu: ¿Por qué?
Gmork: Porque las personas que no tienen ninguna esperanza son fáciles de dominar. Y quien tiene el dominio tiene el poder.

Demasiadas personas hoy aprenden a vivir sumergidos en la rutina sin ninguna esperanza, entregados a ella y a los sucedáneos de vida que nuestra sociedad compulsiva nos impone lanzándonos de la productividad a la distracción, y viceversa. No se generan deseos genuinos, sino que se compran deseos impuestos. La sociedad imperante no quiere sujetos deseantes, sino sujetos creyentes. No quiere sujetos que quieran y deseen, sino que obedezcan y se resignen (ya lo dijeron Jung y Lacan): es esta la ciega desesperación que destruye el mundo, De alguna manera viven como las personas aquejadas de depresión melancólica... aunque sin saberlo. Sin darnos cuenta somos lanzados a la pulsión de muerte, de la cual el capitalismo, como un cáncer devorador, está destruyendo lo mas preciado que tenemos: nuestra propia casa, la Tierra. El cambio climático, la destrucción de la biodiversidad, la contaminación de los mares y los océanos, etcétera, son su testimonio.

Tras vencer a Gmork, vemos a Atreyu a lomos de Fújur, quien le rescata antes de ser tragado por La Nada (la pulsión de muerte avanzando), y navegando ya por un reino de Fantasía fragmentado y prácticamente a punto de desaparecer. Gracias al amuleto Auryn encuentra los restos del Palacio de Cristal, y ahí se da el encuentro de Atreyu con La Emperartiz de Fantasía.

 
IV. LA RECONCILIACIÓN CON EL PADRE Y EL REENCUENTRO CON LA DIOSA.

Dice Joseph Campbell: 
La última aventura, cuando todas las barreras y los ogros han sido vencidos, se representa comunmente con un matrimonio místico del alma triunfante del héroe con la Reina Diosa del Mundo. Esta es la crisis en el Nadir, en el cenit, o en el último extremo de la Tierra, en el punto central del cosmos, en el tabernáculo del templo o en la oscuridad más profunda del corazón. [3]

Esta fase requiere de dos momentos fundamentales:

El primero de ellos, trata de la reconciliación con el Padre, y para ello Bastian debe vencer el mensaje paterno (como introyecto o creencia interioridad, ahora en manos del superó) que le impide creer que la historia del libro no sólo le tiene a él como protagonista, sino que converge en él como héroe, y que en él reside la solución, la clave para salvar a Fantasía dándole, a su vez, el nombre que la madre había creado a la Emperatriz. Esta, entre ruegos para que le de el nombre, le dice: "¡Bastian, ¿porqué no haces realidad tus sueños?", a lo que él le responde: "¡No puedo... Mi padre dice que tenga los pies en el suelo!". Sin embargo, y ante la que parece inevitable destrucción de Fantasía, Bastian vence la orden paterna, dando lugar al segundo momento.

El segundo momento está determinado por la liberación del apego materno al darle a la Emperatriz el bello nombre que su madre había creado, "Hija de la Luna". Con esta donación se simboliza la liberación de su apego y la proyección de su energía hacia delante, hacia la vida, de la misma manera que es deseable que Fantasía y el Mundo humano vuelvan a encontrarse para generar individuos más libres y más críticos. Individuos capaces de generar esperanza, ilusión y creatividad en lugar distracción, deseo e ilusión genuina en lugar del embotamiento que genera el deseo compulsivo.

Ya así, finalmente, en la oscuridad, en "la crisis del Nadir, en el cenit, o en el último extremo de la Tierra, en el punto central del cosmos, en el tabernáculo del templo o en la oscuridad más profunda del corazón..." se encuentran La Emperatriz y Bastian - "al principio siempre está oscuro, le dice la Emperatriz" -, dándose el matrimonio místico. Ella sostiene un grano de tierra brillante, lo único, y lo suficiente, que queda de fantasía. Sólo hace falta que Bastian desee, que vuelva a tener esperanza... cosa que sin duda hace. La película acaba con las siguientes palabras:

Bastian pidió muchísimos más deseos y tuvo otras muchas aventuras maravillosas ante de regresar, por fin, al mundo rutinario de cada día... pero eso ya es otra historia.

Pero algo que si sabemos es que el Bastian que retorna de su historia al mundo cotidiano ya no es el mismo que partió al inicio.



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REFERENCIAS

[1] Blog de Spinof: La historia interminable.
[2] El País (22-04-1984). Entrevista: Michael Ende, la realidad de la fantasía.
[3] Campbell, Joseph. El héroe de las mil caras. Fondo de Cultura económica, pág.


7.4.20

¿Haz lo que quieras o desea lo que quieras?

Texto: Tatjana Schaefer en Papers: Explorations into Children's Literature
Imagen: Sebastian Meschenmoser



 
Fantasia de Michael Ende y la imaginación moral de Rudolf Steiner.

En La historia interminable de Ende, un chico llamado Bastián viaja al interior de Fantasia, un mundo fantástico que está siendo devorado por la Nada (Ende 1983, p.19). Él salva este enfermo mundo dando un nuevo nombre a su dirigente la Emperatriz Infantil y crea una nueva Fantasia gracias a personajes e historias de su propia invención. Por medio de sus deseos y siguiendo la instrucción de “haz lo que quieras” (p.189) Bastián eventualmente debe encontrar su camino de regreso al mundo real.

Ende leyó y comentó los escritos filosóficos de Rudolf Steiner, en La historia interminable reformula la búsqueda de la libre voluntad como un valioso principio del viaje de Bastián en Fantasia. Existen diversas y eruditas interpretaciones de La historia interminable, pero comúnmente se interpreta el viaje de Bastián como un viaje de crecimiento interno, psicológico o espiritual. Mientras las lecturas psicológicas, didácticas o religiosas sólo pueden ser interpretaciones especulativas sobre La historia interminable, este artículo será una fuente más definitiva del empleo activo que hace Ende de los conceptos filosóficos de Steiner.

Una lectura de la postura psicológica es la de Groneman (1985) quien ofrece un recorrido al proceso de individuación ilustrado por el viaje de Bastián: “En psicología profunda, el proceso que Bastián experimenta (aceptándose a sí mismo y obteniendo una visión positiva del mundo) es llamado individuación… un proceso sintético de integración de lo consciente e inconsciente” (p.9; ésta y las siguientes traducciones son mías). Groneman muestra los paralelismos entre el texto y su interpretación psicológica de una forma muy metódica, paso a paso, las imágenes y eventos de La historia interminable son explicados como parte del proceso de individuación. Un ejemplo básico es el tratamiento que Groneman da al personaje de Atreyu como la sombra de Bastián y a Fantasia como la psique de Bastián en la cual el mismo personaje debe realizar una introspección. De forma similar, Filmer (1991) sugiere que la Emperatriz Infantil “probablemente simboliza la mente subconsciente, donde las imágenes y formas arquetípicas que emergen de la imaginación, se manifiestan” (p.61). En ambos casos, el libro de Ende es presentado como una exploración interna de la psique de un solo personaje.

En otra línea de interpretación Huse (1988) ve la situación de vida-muerte de Fantasia y la Nada como un aprendizaje con el cual Bastián se equipa a fin de “[controlar] el vacío dentro de sí mismo [tras la muerte de su madre] y [emplear] su último deseo en aprender a amar” (p.40). Bosmajian (1986) toma la postura contraria donde el viaje de Bastián es un desafortunado trabajo para superar la pena de perder a su madre, con el cual confirma “nuestros patrones culturales de negación de la muerte” (p.120). El principal énfasis de ambos, Huse y Bosmajian en sus lecturas es la inutilidad del viaje de Bastián en el mundo real y particularmente en el caso de Bosmajian, para los lectores.

De forma similar, la lectura ofrecida por Prodczynsky (1983), se concentra en Bastián siguiendo sus deseos como una lección de vida aplicable en el mundo real. Von Prodczynsky puntualiza la necesidad de Bastián de aplicar Wunsch-Okônomie (economía de deseos, p.44) y presenta el potencial límite de continuar deseando como un Strudel der Wûnsche, un remolino de deseos (p.44) Bastián necesita controlar este remolino y dar a sus deseos una dirección definitiva que lo lleve a su hogar. De este modo la historia es un proceso de aprendizaje para Bastián y para el lector de emplear la tentadora idea de los deseos infinitos orientados hacia una meta aspiracional: “las metas no pueden realizarse sin desearlas, igual que los deseos no pueden serlo sin una meta final” (p.45)

Por último, el punto de vista de Klaus Berger, un cristiano fundamentalista, que ve a La historia interminable como un viaje hacia el ocultismo y el satanismo. En su lectura, la Emperatriz Infantil apoya a Lucifer y el lector es manipulado hacia un sistema ocultista donde “solo en el mal se puede hacer lo que se quiera por siempre” (Berger 1984, p.96) para él, La historia interminable se convierte en el “camino al reino de la magia, del que la única salida posible es renegar de la magia y aceptar a Dios” (p.98). En una carta de respuesta a una lectora que aparentemente leyó el libro de Berger, Ende desestima esa lectura donde La historia interminable es una antibiblia impía, diciendo que es casi cómica (Hocke 2004, p.291). Sin embargo, la lectura de Berger muestra otro punto de vista, donde lo fundamental del significado del libro es la exploración del personaje principal hacia su interior, no las lecciones que debe aprender, sino una advertencia contra las trampas de la magia, de la fantasía. Al final Berger sugiere que de hecho el libro de Ende no debería ser leído en lo absoluto.

El concepto de libre albedrío de Steiner es abordado por Ende para cubrir varias perspectivas. La primera y más importante es el viaje de Bastián en Fantasia como una exploración de su interior, una búsqueda de su impulso [deseo] más profundo. En segundo lugar, el viaje de Bastián como una lección aplicable en el mundo real tras regresar de Fantasia. Bastián no sólo debe encontrar la libre voluntad en su interior sino que debe ser capaz de aplicarla día a día en su vida fuera de Fantasía. Finalmente la aventura de Bastián como una oscura advertencia de Ende al lector y una crítica a Steiner, sobre la delgada línea que separa la búsqueda interna de la libre voluntad y la irremediable pérdida dentro de la propia imaginación.

Las lecturas de La historia interminable como viaje interior coinciden con la propia idea de Ende sobre la aventura de Bastián en Fantasia. “Esta es la historia de un chico que pierde su mundo interior, su mundo mítico, en una noche de crisis vital que se disuelve en la Nada en la que él mismo se adentra; nosotros los europeos también debemos hacer esto porque hemos tenido éxito en disolver los valores y ahora debemos saltar dentro de la Nada pero sólo si tenemos el valor de recuperarnos a nosotros mismos, a nuestras fuerzas creativas internas lograremos construir una nueva Fantasia, esto es, un nuevo mundo de valores” (citado en Hocke y Kraft 1997, p.112).

Ende usualmente rehusaba ofrecer una interpretación definitiva de La historia interminable, pero aquí da un raro vistazo de su propia opinión sobre su famosa obra. Ende no sólo advierte al lector que debe usar su creatividad para crear una Fantasia nueva, sino que también explica que su personaje central representa en sí mismo un viaje interior hacia la creatividad y un mundo de nuevos valores.

En lo que concierne a Ende, la fantasía como una exploración de valores puede coexistir de manera importante en los dos mundos de La historia interminable. Fantasia necesita del impulso creativo del mundo, puesto que las criaturas de Fantasia no pueden crear ni inventar cosas nuevas, de igual forma el mundo real necesita de Fantasia como una salida creativa en donde explorar el mundo de los valores. Con la destrucción de este terreno de fantasía por la Nada, todas las creaciones regresan al mundo real como su inverso: mentiras, desesperanza, desilusiones, esto es mencionado por Gmork el hombre lobo en la primera parte del libro (p.132) cuando explica que las mentiras y la desesperanza de nuestro mundo son las criaturas enfermas de Fantasia. Ejercitando nuestra imaginación de forma positiva podemos curar a Fantasia y reducir el éxodo de mentiras, desesperanza y desilusión que provoca la Nada en nuestro mundo, o como Mason Ellerby (1998) nota, “sin Fantasia, aprendemos que los humanos no tendrán una saludable forma de emplear su imaginación en la creación y recreación de ideas. Además se convertirán en manipuladores que controlarán a los humanos, porque no existe un mejor instrumento que la mentira”. (p.117)

Sin embargo, en La historia interminable Bastián el protagonista, no está únicamente explorando Fantasía como un mundo de valores sino también comprendiendo la idea de la libre voluntad, al final su aventura lo lleva hacia su más secreto y profundo deseo y la exploración de los valores a lo largo de su camino solo tendrá significado al final de la misma. Ende explica en una carta que el “haz lo que quieras” es la máxima que da a Bastián un poder absoluto en Fantasia, pero también lo que le da la libertad de salir de este reino (Hocke, 2004,p.281), en la misma carta aclara que esta máxima se refiere a la búsqueda de su verdadera voluntad (p.280). De acuerdo con Kaminski (1983), Bastián debe seguir su verdadera voluntad y mantenerse alejado de la seductora arbitrariedad de esta máxima, pues no tiene permitido perderse en su fantasía, debe llamar a la razón (p.191). Yo sugiero que el viaje de Bastián a través de Fantasia no es arbitrario, más bien es una exploración de la imaginación moral que le guiará al libre albedrío, tomando el término imaginación moral de Rudolf Steiner de La filosofía de la libertad (1964), el reino de Fantasia de Ende es una dramatización del concepto de imaginación moral de Steiner como un camino hacia la libre voluntad.

Los escritos de Rudolf Steiner van desde la arquitectura hasta la educación y de la filosofía al ocultismo. La exploración del concepto de libre voluntad se encuentra en sus escritos filosóficos, y en particular en su Filosofía de la libertad, que tiene como principal objetivo explicar cómo lograr ejercer la libre voluntad. Wilson considera este libro como "un intento consciente de sentar las bases para todo el trabajo futuro [de Steiner] y cita a Heimleben que afirma, que este escrito encarna esencialmente todo lo sería el contenido de la antroposofía que Steiner desarrollaría más tarde”(Wilson 1985, p.78. Para selecciones relevantes del propio trabajo de Steiner ver Seddon 1988, en particular el capítulo 8, Philosophical Foundations, pp.127-138).

Diversas fuentes biográficas apuntan a la familiaridad de Ende con la filosofía de Steiner, el padre de Ende leía los libros de Steiner y le gustaba discutirlos con su hijo quien además asistió a una escuela que seguía las directrices de Steiner. (Hocke y Kraft 1997, p.19 y p.69) Es evidente que Ende profundizó en la filosofía de Steiner particularmente en su "gran error", “[Steiner] pensaba que la cognición podía ser construida artísticamente, sin duda estaba destinado a fallar no solo porque él carecía de talento artístico, sino también por su comprensión sobre lo correcto e incorrecto en el arte'' (Hocke & Kraft 1997, p.73). Ende no continúa explicando cómo la comprensión del arte de Steiner es incorrecta, pero su crítica es indicativa de dos cosas: que había leído y entendido lo suficiente de la filosofía de Steiner para ser específicamente crítico de ella y que él mismo estaba preocupado por lo que el arte puede o no lograr.

A pesar de sus críticas, el conocimiento que Ende tenía sobre la filosofía de Steiner influyó en su escritura de La historia interminable y la creación de Fantasia, que en efecto, puede verse como una representación artística del viaje de Steiner hacia la libre voluntad por medio de la imaginación moral. Steiner habla sobre este tema en la su Filosofía de la libertad:

Ser libre significa poder determinar por uno mismo, por medio de la imaginación moral, las representaciones (motivos) en los que se basa el actuar. La libertad es imposible si algo externo a mí (un proceso mecánico, o un Dios extraterrenal meramente inferido) determina mis representaciones morales. Por lo tanto, soy libre únicamente cuando soy yo mismo quien produce esas representaciones, no cuando puedo ejecutar los motivos que otro ser me ha impuesto. Un ser libre es aquél que puede querer lo que él mismo juzga correcto.” (Steiner 1964, capítulo 12)

Al espíritu libre a quien no impulsa ni el ejemplo, ni el miedo al castigo, etc., le es siempre necesaria esta conversión del concepto en representación. El hombre produce representaciones concretas, a partir de la suma de sus ideas, ante todo por medio de la imaginación. Lo que el espíritu libre necesita para realizar sus ideas, para afirmarse, es, por lo tanto, la imaginación moral” (Steiner 1964, capítulo 12)

Según Steiner, tenemos que ser conscientes de las circunstancias que influyen en nuestras decisiones y una vez que hayamos sido capaces de identificarlas, alejarnos de ellas y elegir no dejarnos influir. Debemos actuar “de acuerdo con [nuestros] impulsos, es decir, de acuerdo con las intuiciones seleccionadas de la totalidad de [nuestro] mundo de ideas.” (Steiner 1964, capítulo 12) Steiner presupone un impulso moral intuitivo inherente a todos los humanos, que él llama intuición moral o individualismo ético y asume una capacidad de intuición conceptual o puro pensamiento práctico. Entonces la libre voluntad significa primero, liberarse de las circunstancias externas, y luego poder hacer una decisión totalmente basada en la intuición moral y el pensamiento conceptual, como esto no es posible en la práctica, debemos ejercitar la imaginación moral en su lugar. “La imaginación moral como técnica es la capacidad de transformar el mundo de las percepciones, sin violar las leyes naturales que las relacionan entre sí”. (Steiner 1964, capítulo 12) En otras palabras, es a través de la imaginación moral que podemos pensar o visualizar hipotéticamente una decisión ideal, libre, pero dentro de parámetros realistas.

Se pueden establecer varios vínculos entre la idea de Steiner de la imaginación moral y La historia interminable de Ende. Ya el término de Steiner, moralische Phantasie (imaginación moral), deja en claro que su búsqueda de la libre voluntad no trata únicamente de conceptos áridos y teóricos sino también sobre las representaciones (percepciones) del mundo de las ideas. Parece revelador que el reino de fantasía de Ende sea llamado Phantásien en alemán, además Ende comenta que Bastián experimenta de cerca un viaje hacia un mundo de valores, esto hace eco de la idea de Steiner de ejercitar la imaginación moral. Esto muestra que La historia interminable no es una aventura escapista, sino una búsqueda interna para encontrar los propios valores, la propia intuición moral.

El vínculo más obvio entre Fantasia y la libre voluntad es el amuleto que Bastián lleva consigo a lo largo de su viaje, grabado con la inscripción “haz lo que quieras”, escrito en mayúsculas siempre que aparece en el libro. La importancia de esta instrucción no puede ser ignorada y actúa como un recordatorio constante para el lector de que el viaje de Bastián está impulsado por la necesidad de encontrar su deseo más profundo. Una de las primeras criaturas que Bastián encuentra en Fantasia es un león llamado Graógraman, Bastián le muestra el amuleto y le dice: "Eso quiere decir que puedo hacer lo que me dé la gana, ¿no crees?", el león le dice: “No. [...] Quiere decir que debes hacer tu Verdadera Voluntad. Y no hay nada más difícil.” (p.213) En otro capítulo del libro, Ende le da Aiuola, otro personaje, la tarea de explicar la verdadera voluntad, tras enlistar las varias cosas que la gente podría desear como libertad, riqueza, paz en la tierra, etc., concluye que en la mayoría de estos casos “no están utilizando su verdadera voluntad, simplemente piensan que lo quieren o lo desean, pero es realmente una voluntad externa, una que no sale de la profundidad de su propio ser, sino que creen por una razón u otra, que deberían tenerlo para conseguir mayor éxito, ser más importantes, o incluso mejores personas. Pero no es su verdadera voluntad.” (Hocke 2004, p.19).

En La historia interminable, dos héroes llevan consigo el amuleto, Bastián es el niño que lee en secreto la historia de fantasía en el ático de su escuela, Atreyu es el niño héroe embarcado en una búsqueda para salvar a Fantasia, el reino en el que tiene lugar esta novela. A medio camino de La historia interminable, Bastián mismo entra en el mundo de fantasía sobre el que está leyendo y tiene sus propias aventuras ahí, recibe el amuleto Auryn, lo que hace que todos sus deseos se hagan realidad pero a costa de sus recuerdos del mundo real, queda claro que cuando sus recuerdos se agoten quedará atrapado en Fantasia para siempre, así que debe encontrar un camino de regreso al mundo real antes de que esto suceda, cosa que se vuelve cada vez más difícil para él, incluso el desear regresar a casa, ya que poco a poco pierde todo recuerdo del mundo real. El amuleto con su inscripción en mayúsculas es un leitmotiv, un recordatorio de que Bastián solo puede irse a casa una vez que haya encontrado su verdadera voluntad.

En la primera parte del libro, cuando el amuleto le es entregado a Atreyu, el joven del mundo de fantasía, a punto de comenzar su búsqueda, se le dicen las siguientes palabras:

AURYN te protegerá y guiará, pero tú no deberás intervenir, porqué tu propia opinión no cuenta a partir de ahora.[…] Debes dejar que ocurra lo que tenga que ocurrir. Todo debe ser igual para ti: mal y bien, belleza y fealdad, necedad y sabiduría [...]. Sólo debes buscar y preguntar, pero nunca juzgar por ti mismo. (p.38)

Siendo una creación de fantasía, Atreyu es el personaje ideal para seguir estas indicaciones pues solo en un mundo de fantasía podría un joven héroe actuar de forma totalmente intuitiva, sin juzgar, sin tener ningún motivo oculto. Atreyu nunca tiene opinión o juicio propio sobre nada de lo que encuentre en su viaje, para él la libre elección es aquella que se hace por pura intuición y pensamiento lógico, hace lo que hace por una elección libre. Y como Atreyu no puede leer, incluso la inscripción en el amuleto en sí, no puede influir en su comportamiento. Después de que Bastián entra en Fantasia y se convierte en el portador del amuleto, lee la inscripción a Atreyu y le pregunta:

Si lo hubieras sabido, [lo que dice] ¿habrías actuado de otra forma?
- No -dijo Atreyu-, hice lo que quise. (p.238).

Atreyu es entonces, el epítome de la libre voluntad que puede existir para los fantasios. Como criaturas que viven puramente en el mundo de las ideas que se han traducido en percepciones, viven en la imaginación moral y han sido creados precisamente para actuar de acuerdo con sus propios impulsos e intuición (moral o conceptual). Sin embargo, para los visitantes del mundo real el caso es diferente, si Atreyu no tiene familia, amigos o antecedentes personales, Bastián llega con lo que podría llamarse bagaje personal, mientras se cuenta muy poco sobre la vida de Atreyu antes de su búsqueda, de Bastián se nos dan constantes menciones a eventos que le ocurrieron en su casa o en la escuela, mientras Atreyu parece existir en una burbuja libre de circunstancias, Bastián está cargado desde el principio con el peso de sus experiencias personales.

Es lógico entonces que Bastián entre a Fantasia con poca capacidad para ejercer la libre voluntad en el sentido de Steiner. Durante gran parte de su viaje, sus deseos en Fantasia están basados en sus inseguridades del mundo real, tanto físicas como sociales, él no es atlético sino gordito, marginado social y constantemente intimidado, sus primeros deseos en Fantasia por lo tanto son ser fuerte, guapo y popular. Ende establece un vínculo muy específico entre los deseos de Bastián y sus experiencias de la vida real, sus recuerdos; cada vez que un deseo se cumple, se nos dice explícitamente qué memoria de la vida real ha perdido. De este modo Ende remarca cómo las circunstancias llevan a Bastián a tomar decisiones y por lo tanto, determinan la forma en que ejerce su libre voluntad, para que encuentre su deseo más profundo y verdadero, primero debe dejar de lado todas las influencias mundanas que normalmente guían sus deseos, por ello Ende lo despoja de sus recuerdos, uno a uno elimina las cosas que determinan sus motivos para llevar a cabo una acción, cuando Bastián desea ser fuerte, guapo y popular, estos deseos se hacen realidad y al mismo tiempo pierde todo recuerdo de haber sido poco atlético, gordito e impopular, en otras palabras, a través de sus deseos no libres y su posterior pérdida de memoria, Bastián se despoja gradualmente de su equipaje personal.

Ende explora qué deseo logrará que finalmente Bastián logre irse a casa una vez que no le quedan más recuerdos del mundo real, podemos suponer que cualquier deseo que expresa realmente proviene sólo del pensamiento conceptual y no de la intuición como Atreyu. Bastián nunca pierde su capacidad de pensamiento conceptual, pierde sus recuerdos pero no su capacidad de pensar racional o lógicamente y este no es un punto trivial, ya que encuentra en Fantasia otras personas del mundo real que no lograron encontrar su verdadera voluntad y como resultado perdieron su habilidad para el pensamiento conceptual. Bastián debe encontrar su impulso interno o intuición moral mientras todavía es capaz de pensar conceptualmente. Aquí, como en Steiner, ambos son necesarios para lograr ejercer la libre voluntad.

Hacia el final del libro gracias a su intuición personal, Bastián descubre su último deseo que es amar a su padre aunque ha perdido todos sus recuerdos de la vida real, incluidos los recuerdos de este. Pero a medida que el deseo de amar crece dentro de él, Bastián sabe que el objeto de su amor se encuentra en el mundo real, no en Fantasia. Cuando encuentra una imagen de un sueño que tuvo una vez sobre su padre en el mundo real, lo embarga una fuerte reacción emocional, aunque no recuerda el sueño ni reconoce al hombre en la imagen, el deseo de encontrar y amar a este hombre es lo que lo conduce al final de su viaje y de regreso al mundo real.

Según Steiner, "al soñar, el alma se libera del estado de esclavitud del cuerpo y vive de acuerdo a su propia naturaleza” (Steiner, 1985). Entonces, aquello que guía a Bastián hacia su verdadero deseo no es un recuerdo, ni parte de su bagaje personal, sino una imagen creada por su alma en estado libre. Bastián descubre que “Fantasía entera se asienta sobre unos cimientos de sueños olvidados.” (p. 373) Esto confirma que Fantasia de Ende es, en efecto, un mundo interior donde los ideales se almacenan y por lo tanto, puede ser explorado y descubierto. De esta manera, Bastián finalmente pide un deseo que es aplicable al mundo real, pero no ha sido influenciado por él, ha surgido de su propia intuición moral y pensamiento conceptual.

El hecho de que el verdadero y libre deseo de Bastián sea el poder amar, se hace eco de la idea de Steiner de la libre voluntad, al explicar por qué la libre voluntad es necesariamente "buena", dice Steiner:

Sólo cuando me guío por mi amor hacia el objeto, sólo entonces soy yo mismo el que actúa. En este nivel de la moral no actúo porque me someto a un superior, ni a una autoridad externa, ni a la llamada voz interior. No reconozco ningún principio externo para mis actos, porque he encontrado en mí mismo la razón de mi actuar, el amor a la acción. No examino intelectualmente si mi acción es buena o mala; la llevo a cabo porque la amo. Será “buena”, si mi intuición impregnada de amor se sitúa correctamente en el todo universal vivenciado intuitivamente; “mala”, si no es así.(Steiner 1964, capítulo 9)

Aquí se refiere al ejercicio de la libre voluntad que se logra a través de nuestra propia intuición moral, así que una libre elección siempre será una elección buena. En el caso de Bastián, el deseo de amar inicialmente no está vinculado específicamente a su padre, es su deseo de poder amar lo que lo impulsa a encontrar un objeto apropiado para este deseo. Cuando se destruye la imagen soñada de su padre, Bastián piensa que ha perdido su único camino de regreso al mundo real, pero todo lo que ha perdido es la imagen no el deseo de amar ni el objeto de su amor en sí mismo, habiendo encontrado su verdadero deseo, él todavía puede irse a casa.

En este punto crucial Bastián se quita el amuleto, mostrando así que ahora ha encontrado su verdadera voluntad y por lo tanto no necesita usar el Auryn. Entonces se encuentra transportado al instante a un santuario que existe dentro del amuleto, es la puerta de regreso al mundo real y el hecho de que ahora pueda pasar a través, es una indicación más del hecho de que Bastián ha completado con éxito su viaje hacia ejercer la libre voluntad.

Tan pronto como Bastián abandona Fantasia, Ende reafirma la nueva habilidad de Bastián de ejercer la libre voluntad. Al regresar al ático de la escuela del mundo real donde había estado leyendo el libro de fantasía, Bastián se encuentra con la escuela cerrada y la única salida es a través de un andamio que cuelga afuera de una ventana del primer piso. Bastián se encuentra dividido entre su miedo a las alturas y la vergüenza de tener que gritar pidiendo ayuda esperando ser rescatado, toma la decisión al recordar su tiempo vivido en Fantasia, cuando olvidó que le tenía miedo a las alturas y escaló el árbol más alto del bosque, emplea su razón e intuición para ejercer su libre voluntad en el sentido de Steiner: "Con prudencia y calma buscó asidero y apoyo para sus manos y pies y descendió por las vigas verticales.” (p.390). Al imaginar que puede hacerlo se encuentra en un estado libre de circunstancias, luego usa solo su pensamiento conceptual y su intuición para llevarlo a cabo, ha ejercido su imaginación moral a pequeña escala.

Puesto que Bastián ha aprendido a liberarse de lo externo que le influía en Fantasia y ha llegado a su más profundo y verdadero deseo basado completamente en su pensamiento conceptual e impulso moral interno, ahora puede servirse de esto como un modelo para una mayor toma de decisiones. Su viaje a través de Fantasia ha sido una dramatización física de la idea de Steiner de la imaginación moral, que él puede aplicar de ahora en adelante.

Pero Ende no solo aplica la idea de Steiner como una imaginativa moraleja, también le da al lector un resultado alternativo. Una situación problemática a lo largo de todo el viaje de Bastián es su gradual pérdida de identidad, a medida que pierde sus recuerdos, se convierte primero en “Alguien”(p.349) y finalmente en “el muchacho que no tenía ya nombre” (p.378), se convierte en una tabula rasa y está en peligro de convertirse en un espacio en blanco por completo -una persona sin historia, sin lenguaje ni identidad, incluso sin pensamiento conceptual-, pero tiene la suerte de cambiar su último recuerdo por su verdadero deseo justo a tiempo. Ende señala el peligro potencial de no tener éxito en la búsqueda de la libre voluntad y lo representa con la ciudad de los antiguos emperadores (pp.337-345), en esta ciudad las personas del mundo real que han gastado todos sus recuerdos posteriormente han perdido la cabeza, han perdido según Steiner, su pensamiento conceptual antes de encontrar su impulso moral y ahora están atrapados en Fantasia para siempre como pobres tontos. Bastián llega a ese lugar prematuramente y se le permite salir de nuevo pues aún le quedan algunos recuerdos para completar su búsqueda.

La ciudad de los antiguos emperadores nos da una idea de lo que puede criticarse en la teoría de Steiner. El viaje a través de la imaginación moral, puede resultar de dos formas, si tiene éxito, puede conducir a la libre voluntad, si no tiene éxito puede conducir a un desapego peligroso de la realidad. Ende parece sugerir que la libre voluntad solo puede llegar una vez que las circunstancias se han eliminado, entonces, ¿cómo puede uno retener la propia identidad y no perder contacto con la realidad al final? Este es un destino al que Bastián solo escapa por poco (con la ayuda oportuna de Atreyu y Falkor).

Con La historia interminable, Ende nos ha dado una representación artística de la imaginación moral y la libre voluntad de Steiner y nos presenta los peligros de esta al mostrar cómo puede explorarse nuestra imaginación tomando en cuenta que este viaje es una precaria caminata por la cuerda floja cargado de posibles desastres. El viaje de Bastián a través de Fantasia es exitoso porque su rica imaginación le proporcionó amigos y ayudantes 'fantásticos' a lo largo del camino (intuición moral) que complementaron a su pensamiento conceptual dentro del paisaje de su imaginación moral.

 
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REFERENCIAS
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Filmer, K. (1991) ‘religion and romanticism  in Michael Ende’s The Neverending Story’, Mythlore 69: 59-64. 

Gronemann, H. (1985) Phantásien —  Das Reich des Unbewussten: Die Unendliche Geschichte’ von Michael Ende aus der Sicht  der Tiefenpsychologie. Zürich, schweizer  spiegel Verlag.

Hocke, A. & R. (2004) Das große Michael Ende Lesebuch. München, Piper Verlag GmbH. 

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Huse, N. (1988) ‘the blank mirror of death: protest  as self-creation in contemporary fantasy’,  The Lion and the Unicorn 12.2: 28-

Kaminski, W. and Krause, M. t. (1983)  ‘West German young people’s literature since 1965’, New German Critique 30: 171-194 

Mason Ellerby, J. (1998) ‘Fiction under siege: rushdie’s quest for narrative emancipation  in Haroun and the Sea of Stories’, The Lion  and the Unicorn 22.2: 211-220. 

Steiner, R. (1964) Philosophy of Freedom.  translated from German by Michael Wilson. [online] rudolf steiner Archive, KnowNews  dot Net. www.rsarchive.org/Books/ [Accessed 12 August 2008].

Steiner, R. (1985) On the life of the soul: the human soul in the twilight of dreams. translated from German by samuel Borton.  [online] rudolf steiner Archive, KnowNews dot Net. www.rsarhive.org/Articles/ [Accessed 12 August 2008].

Von Prondczynsky, A. (1983) Die unendliche Sehnsucht nach sich selbst. serie ‘Jugend  und Medien’, Band 3. Frankfurt am Main,  dipa-Verlag.

Seddon, R. (ed.) (1988) Western Esoteric  Masters Series: Rudolf Steiner. Berkeley,  North Atlantic Books.

Wilson, C. (1985) Rudolf Steiner: The Man and His Vision. Wellingborough, the Aquarian Press.



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