Imagen: F.J. Tripp
¡Buenísimos días!
Michael Ende dijo que sus libros son solo para niños y que todo adulto que los lea, debe estar acompañado de un niño. ¡Oh! ¡Cuánta razón tenía!
Jim Botón y Lucas el maquinista es un libro cargado de hechos inverosímiles, absurdos y con una lógica aplastante pero a la vez sin sentido; no hay que malentender, me parece un libro fabuloso, exquisito y divertido. Y cuando le di sus cinco estrellitas en Goodreads me di cuenta de algo que todo adulto se dio cuenta, excepto yo, ya sea porque soy un poquito subnormal o porque lo leí como niña o porque este mundo está bajo una peligrosa epidemia.
No voy a adelantarme. Empiezo por contar de que va este libro que tristemente ya está descatalogado y finalmente, la reflexión en torno a como la peste del siglo XXI ha asesinado a Jim Botón. Los que conocen La Letra como Alimento saben que no me corto, si tienes flojera de leer, abandona ya el blog, que sin comentarios no me muero de hambre. :)
LA HISTORIA
Lummerland es un reino en una isla. Los únicos habitantes son el rey Alfonso Doce-menos-cuarto; sus dos súbditos: el señor manga y la señora Quée; y el maquinista, Lucas, junto con su locomotora Emma. En realidad la isla es tan pequeña que solo caben ellos.
Un buen día, llega a Lummerland el cartero con un paquete misterioso, la tarjeta de destino está tan mal escrita que el cartero supone que el destino es la isla. Todo el reino se reúne para abrir el paquete, del que sale un bebé negro al que llaman Jim. Años después por una circunstancia particular, le apellidan Botón.
La historia toma un giro cuando el rey Alfonso Doce-menos-cuarto cita a Lucas para decirle que Jim es muy pequeño y solo es medio-súbdito pero que cuando crezca y sea un súbdito completo Lummerland sufrirá de un peligroso caso de sobrepoblación, por lo que el rey ha resuelto que se prescinda de Emma, la locomotora, para que todos puedan vivir tranquilos. Como es natural, Lucas decide que no abandonará a Emma y debe marcharse con ella pero Jim Botón, al tanto de la situación, decide marcharse con él, pues se han hecho muy amigos. Los dos amigos deciden huir de noche, le instalan una vela a Emma y deciden navegar sobre ella por los mares.
Al cabo de un mes, llegan a China. Merece la pena mencionar que China es un país con árboles largos y transparentes como el cristal, en todas partes hay campanillas de plata y los puentes son de porcelana, además los tejados son todos de oro; la gente de China está toda vestida igual, son gente muy limpia pues les encanta lavar, los chinos tienen muchos niños, y los niños tienen niños que son "niños de niños" (no que sean realmente niños de niños, sino que el niño es una versión pequeña de un adulto, pues un niño de niño es una versión pequeña de un niño más grande; por lo que hay niños de niños hasta del tamaño de un pulgar).
Al cabo de un mes, llegan a China. Merece la pena mencionar que China es un país con árboles largos y transparentes como el cristal, en todas partes hay campanillas de plata y los puentes son de porcelana, además los tejados son todos de oro; la gente de China está toda vestida igual, son gente muy limpia pues les encanta lavar, los chinos tienen muchos niños, y los niños tienen niños que son "niños de niños" (no que sean realmente niños de niños, sino que el niño es una versión pequeña de un adulto, pues un niño de niño es una versión pequeña de un niño más grande; por lo que hay niños de niños hasta del tamaño de un pulgar).
La aventura se centra en China, Lucas y Jim deberán cruzar una serie de lugares totalmente increíbles e inverosímiles como El Valle del Crepúsculo o El Fin del Mundo y conocer personajes únicos como Tur Tur, el gigante aparente o Nepomuk, el medio dragón; para llegar al País de los Dragones y rescatar a la pequeña hija del emperador que ha sido secuestrada junto con otros niños de alrededor de todo el mundo por la señora Maldiente, un dragón temible que goza maltratar y torturar a los niños dándoles clases todo el día en su escuela privada. Cabe mencionar que Emma, la locomotora, es también un personaje y de los más dulces que tiene el libro, tiene personalidad propia y verdaderamente está viva.
Jim Botón y Lucas el maquinista es recomendable para niños a partir de los 9 años de edad. Es un libro bastante largo pero se puede leer fácilmente en capítulos. Originalmente era un cuento mucho más extenso, sin embargo se editó en dos partes para comodidad de los niños. La segunda parte se titula Jim Botón y los trece salvajes.
LA VIRUELA DEL SIGLO XXI
Hace poco, recibí por e-mail la entrada del blog de Anatarambana llamada Literatura infantil y género: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar?, donde Ana habla de como lo "políticamente correcto" llegó a la literatura infantil y juvenil. Se centra mas en la literatura de género y la parte fuerte de su reflexión es el esfuerzo de grupúsculos que buscan erradicar figuras femeninas "nada ejemplares". Es importante recalcar y espero estar comprendiendo bien las palabras de Ana, que están buscando quitarle el poder al niño de interpretar una lectura, se duda de su interpretación, de su inteligencia e incluso de los adultos que le rodean.
El niño lector a veces entiende todo, otras veces no, otras veces entiende entre líneas cosas maravillosas. Y el "leer entre líneas" significa interpretar, analizar, reflexionar; nada más y nada menos que el proceso mental para generar conocimiento.
Si me preguntas qué pensé al leer la historia de Jim Botón, te lo diré tal cual. Que Jim pensara que ser maquinista era su oficio ideal porque él ya era negro y así el hollín no se le vería en la piel me pareció divertido; que llegaran a China y todos "fueran iguales" me pareció divertido; los chinos son un pueblo muy listo y muy limpio, todas las características de los chinos son simpáticas.
Jim Botón y Lucas el maquinista es recomendable para niños a partir de los 9 años de edad. Es un libro bastante largo pero se puede leer fácilmente en capítulos. Originalmente era un cuento mucho más extenso, sin embargo se editó en dos partes para comodidad de los niños. La segunda parte se titula Jim Botón y los trece salvajes.
LA VIRUELA DEL SIGLO XXI
Hace poco, recibí por e-mail la entrada del blog de Anatarambana llamada Literatura infantil y género: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar?, donde Ana habla de como lo "políticamente correcto" llegó a la literatura infantil y juvenil. Se centra mas en la literatura de género y la parte fuerte de su reflexión es el esfuerzo de grupúsculos que buscan erradicar figuras femeninas "nada ejemplares". Es importante recalcar y espero estar comprendiendo bien las palabras de Ana, que están buscando quitarle el poder al niño de interpretar una lectura, se duda de su interpretación, de su inteligencia e incluso de los adultos que le rodean.
El niño lector a veces entiende todo, otras veces no, otras veces entiende entre líneas cosas maravillosas. Y el "leer entre líneas" significa interpretar, analizar, reflexionar; nada más y nada menos que el proceso mental para generar conocimiento.
Si me preguntas qué pensé al leer la historia de Jim Botón, te lo diré tal cual. Que Jim pensara que ser maquinista era su oficio ideal porque él ya era negro y así el hollín no se le vería en la piel me pareció divertido; que llegaran a China y todos "fueran iguales" me pareció divertido; los chinos son un pueblo muy listo y muy limpio, todas las características de los chinos son simpáticas.
Yo no pensé que qué fortuna que hayan incluido a un personaje "de color" (¿de qué color?). Jamás se me ocurrió pensar que esa forma en la que los chinos son retratados eran "estereotipos raciales".
Fuera juicios, aunque queramos ser muy correctos, es verdad que en primera instancia siempre relacionamos las nacionalidades con comida, vestimentas o actitudes. No por representarlo con o sin sátira o ironía significa que estés perpetuando "estereotipos raciales" porque no querer ver que todos somos diferentes y por regiones algo más parecidos y con características singulares, es querer ser ciego y además tonto.
Aunque yo pueda decirlo de este modo, parece ser que muchas personas no han opinado lo mismo, por un lado aplauden que Ende siendo alemán incluyera un niño negro pero a la vez les contraría que Jim sea tan abierto con respecto a que no se quiere bañar porque no se le nota la mugre; por otro lado piensan que el libro es "racista" o que tiene "estereotipos raciales" negativos por cosas como que los chinos comen arroz, los holandeses queso y los esquimales aceite de hígado de bacalao, es decir, tonterías.
Lo curioso, es que Ende escribió Jim Botón y Lucas el maquinista inspirado en el horror que vivió el mundo a raíz del régimen del Tercer Reich. Al terminar de escribir el libro que nos reúne (1960), Michael Ende fue rechazado por un par de editoriales debido a que se reflejaban referencias políticas que habían sucedido hace menos de 20 años. Sin embargo hizo de Jim, un niño negro, un altavoz a la amistad y amor entre los niños y adultos de toda nacionalidad donde todos habitan un mundo en general pacífico y hablan un mismo idioma.
60 años después, dicen que es racista.
Lamentablemente, la viruela de la "inclusión" y lo "correcto" parece suceder con mayor impacto y frecuencia en los Estados Unidos y lo han contagiado al resto del mundo a través de internet. Estados Unidos al ser el melting pot más grande del mundo, provocó esta enfermedad que lejos de fomentar la tolerancia, parece estar poniendo en guerra a todo mundo, y los creadores (escritores, pintores, músicos, programadores, etc.) ven coartada su libertad creativa por satisfacer a gente que de un modo u otro nunca estará contenta.
Qué bueno que Michael Ende ya no está con nosotros.
En la historia (spoiler), Lucas lleva a los niños raptados en la locomotora, a toda velocidad y está preocupado porque deben estar asustados, dice "eran todavía muy chiquitines y además había varias niñas", dato que no es muy agradable, pero al final no vale para nada, a los niños se les bajó el susto, jamás supimos si las niñas se asustaron más o menos que los niños, lo cual pues no está mal. Donde la historia queda muy mal parada es casi al final que comprometen a Li Si con Jim para que se casen cuando sean adultos (ellos acceden). Li Si le regala una pipa a Jim (para que le de enfisema pulmonar, yo creo) y Jim le regala a su prometida una tabla para lavar ropa porque a los chinos en general les encanta lavar ropa; fue como para decir "haré de cuenta que no leí eso". Si, tampoco soy de piedra. Pero como sea, me alarma más que le den una pipa a un jovencito que lo de la tabla para lavar ropa.
LA LECTURA COMO HERENCIA
Todo libro que leemos forma parte de una herencia o patrimonio, cada vez que leemos aprendemos algo de nuestro presente o pasado a pesar que sea una obra de ficción para pasar el rato; mientras más tiempo pasa, más aprendemos.
Hoy le decimos adiós a un precioso clásico cuyos frutos no pueden volver a surgir por la enfermedad de la que estamos presos. El libro no está mal, no está demasiado viejo; algo añejado, puede ser; pero si va a levantar cejas, las editoriales no van a dar un peso para reimprimirlo. En Alemania, no tienen ese problema, Jim Botón y Lucas el maquinista es un clásico de la literatura alemana infantil.
Jim Botón y Lucas el maquinista de Michael Ende
Edición utilizada: Noguer/ Arlequín
Páginas: 298
Fuera juicios, aunque queramos ser muy correctos, es verdad que en primera instancia siempre relacionamos las nacionalidades con comida, vestimentas o actitudes. No por representarlo con o sin sátira o ironía significa que estés perpetuando "estereotipos raciales" porque no querer ver que todos somos diferentes y por regiones algo más parecidos y con características singulares, es querer ser ciego y además tonto.
Aunque yo pueda decirlo de este modo, parece ser que muchas personas no han opinado lo mismo, por un lado aplauden que Ende siendo alemán incluyera un niño negro pero a la vez les contraría que Jim sea tan abierto con respecto a que no se quiere bañar porque no se le nota la mugre; por otro lado piensan que el libro es "racista" o que tiene "estereotipos raciales" negativos por cosas como que los chinos comen arroz, los holandeses queso y los esquimales aceite de hígado de bacalao, es decir, tonterías.
Lo curioso, es que Ende escribió Jim Botón y Lucas el maquinista inspirado en el horror que vivió el mundo a raíz del régimen del Tercer Reich. Al terminar de escribir el libro que nos reúne (1960), Michael Ende fue rechazado por un par de editoriales debido a que se reflejaban referencias políticas que habían sucedido hace menos de 20 años. Sin embargo hizo de Jim, un niño negro, un altavoz a la amistad y amor entre los niños y adultos de toda nacionalidad donde todos habitan un mundo en general pacífico y hablan un mismo idioma.
60 años después, dicen que es racista.
Lamentablemente, la viruela de la "inclusión" y lo "correcto" parece suceder con mayor impacto y frecuencia en los Estados Unidos y lo han contagiado al resto del mundo a través de internet. Estados Unidos al ser el melting pot más grande del mundo, provocó esta enfermedad que lejos de fomentar la tolerancia, parece estar poniendo en guerra a todo mundo, y los creadores (escritores, pintores, músicos, programadores, etc.) ven coartada su libertad creativa por satisfacer a gente que de un modo u otro nunca estará contenta.
Qué bueno que Michael Ende ya no está con nosotros.
En la historia (spoiler), Lucas lleva a los niños raptados en la locomotora, a toda velocidad y está preocupado porque deben estar asustados, dice "eran todavía muy chiquitines y además había varias niñas", dato que no es muy agradable, pero al final no vale para nada, a los niños se les bajó el susto, jamás supimos si las niñas se asustaron más o menos que los niños, lo cual pues no está mal. Donde la historia queda muy mal parada es casi al final que comprometen a Li Si con Jim para que se casen cuando sean adultos (ellos acceden). Li Si le regala una pipa a Jim (para que le de enfisema pulmonar, yo creo) y Jim le regala a su prometida una tabla para lavar ropa porque a los chinos en general les encanta lavar ropa; fue como para decir "haré de cuenta que no leí eso". Si, tampoco soy de piedra. Pero como sea, me alarma más que le den una pipa a un jovencito que lo de la tabla para lavar ropa.
LA LECTURA COMO HERENCIA
Todo libro que leemos forma parte de una herencia o patrimonio, cada vez que leemos aprendemos algo de nuestro presente o pasado a pesar que sea una obra de ficción para pasar el rato; mientras más tiempo pasa, más aprendemos.
Hoy le decimos adiós a un precioso clásico cuyos frutos no pueden volver a surgir por la enfermedad de la que estamos presos. El libro no está mal, no está demasiado viejo; algo añejado, puede ser; pero si va a levantar cejas, las editoriales no van a dar un peso para reimprimirlo. En Alemania, no tienen ese problema, Jim Botón y Lucas el maquinista es un clásico de la literatura alemana infantil.
Jim Botón y Lucas el maquinista de Michael Ende
Edición utilizada: Noguer/ Arlequín
Páginas: 298
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