17.5.16

El espejo en el espejo, Serás libre o no existirás


Texto: Rocío V. Ramírez en Fabulantes




¿Qué se ve en un espejo que se mira en otro espejo? ¿Lo sabes tú, Señora de los Deseos, la de los Ojos Dorados? ― Viejo de la Montaña Errante en La historia interminable.


El inconsciente, ese otro lugar al que nuestra conciencia no alcanza, quedó definitivamente separado de la razón en los albores de la Modernidad. La mente interior, con sus visiones y espacios oníricos, sólo podía aceptarse cuando aparecía domesticada por las teorías científicas. De otro modo era rechazada hacia los territorios exteriores, hacia la locura. El pintor Edgar Ende (1901-1965) creó una obra que rompió esta impostura de la racionalidad, ahondó en introspecciones para pescar las imágenes y visiones más puras e incorruptibles para los procesos conscientes. Aunque se le tildó de pintor surrealista, nunca pretendió reflejar el mundo de las ideas con símbolos oníricos. Cada pintura era el resultado de una metodología visionaria única: el artista se encerraba en su estudio, donde se concentraba en alejarse de todo pensamiento. Apartando de sí toda intención, toda emoción previa, la mente terminaba mostrando imágenes cuyo significado era inexpresable y que le sorprendían a él mismo. Estas visiones se convirtieron en la materia prima de sus obras, mostrando sus deliberados paseos por el inconsciente.

Su hijo, el escritor Michael Ende, representó este proceso de recuperación creativa en La historia interminable (1979). En el Pozo Minround, Yor, el minero ciego, desenterraba cada día los sueños olvidados por la humanidad. Este personaje, al igual que su padre, huía de la influencia del materialismo. Así conseguía unas imágenes que, sin la resonancia de su creador, podían generar ideas y sentimientos en los espectadores, ayudándoles a conformar su identidad a través de su experiencia estética. Cinco años más tarde, en 1984, Ende presentó una obra en la que treinta relatos surrealistas se mezclaron con las pinturas de su padre en un extraño híbrido creativo: El espejo en el espejo (Cátedra Letras Populares, 2014). A la pregunta formulada años atrás a través del Viejo de la Montaña Errante, la mejor respuesta son unas narraciones que reflejan, como un espejo en otro, las infinitas posibilidades de la existencia.
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